viernes, 29 de mayo de 2009

Titular premonitorio



Cosas que tiene este cielo bajo Berlín: hace algo más de un mes el diario El Mundo me envió a Múnich a entrevistar al ya ex entrenador del Bayern, Jürgen Klinsmann, y al centrocampista Marc Van Bommel, el único futbolista de la plantilla bávara que jugó en el Barcelona. La razón: el equipo alemán estaba a punto de enfrentarse al de Guardiola en el Camp Nou en la ida de los cuartos de final de la Champions League.

Mientras Klinsmann tragaba saliva ante la más que previsible derrota (al final por un contundente 4 a 0) que le esperaba a su equipo en el campo del Barça, Van Bommel, en un aparente arrebato de masoquismo, parecía alegrarse de jugar contra sus ex compañeros. Mientras Klinsmann veía como su puesto pendía de un hilo (finalmente no consiguió acabar la temporada en el banquillo del Bayern), el medio holandés era todo alabanzas a sus ex compañeros. De la charla con Van Bommel decidí rescatar la frase "Si el Barça nos elimina, ganará la Champions" como titular. La elegí por considerarla excéntrica y un poco exagerada, la impresión que, sorprendentemente, me llevé de un jugador que sobre el campo parece todo lo contrario.

Tras lo visto el pasado miércoles en Roma, Van Bommel demuestra que no sólo es jugador de fútbol (dejaré a cada uno que juzgue si bueno o malo), sino que también parece saber de fútbol. Me concedió, sin saberlo, un titular premonitorio. Como última reflexión dejo escrito que, para aquéllos a quienes les gusta el fútbol, no queda duda alguna: el miércoles venció el fútbol (y también el negocio, pero ¿hace falta recordar eso?).

lunes, 25 de mayo de 2009

'In Berlin': ¿un intento documental honrado?


Un intento de captar el espíritu de esta ciudad. La pregunta es: ¿se trata de un intento honrado o más bien de un movimiento de relaciones públicas y márketing? Es lo que me planteo tras haber visto la película documental de Michael Ballhaus y Ciro Capellari In Berlin.

In Berlin es, por momentos, una película de bella y sugestiva factura que arranca carcajadas y enternece. Busca mostrar la esencia de la capital alemana, convertida en una urbe multinacional y poliédrica referencial en todo el mundo para las artes y la vida placentera, a través de una serie de entrevistas a personalidades como Frank-Walter Steinmeir (actual Ministerio de Exteriores y candidato socialdemócrata a la cancillería alemana), el escritor Peter Schneider, el dj Jeff Mills, la artista Danielle de Picciotto o incluso el propio alcalde de la ciudad, Klaus Wowereit, y también a personajes anónimos berlineses.

Los directores de In Berlin, sin embargo, dejan pasar una magnífica oportunidad para mostrar los conflictos abiertos en la capital alemana, inmersa en un proceso de reconversión urbana y económica que está dando lugar a procesos de gentrificación varios y evidentes contrastes sociales que ponen en peligro su equilibrio. Sólo hace falta echar un vistazo a los apoyos y sponsors con los que cuenta la película para confirmar las sospechas sobre la falta de honradez documental del intento de Ballhaus y Capellari: mucha institución pública y adscrita al Ayuntamiento de Berlín

De todas las figuras que desfilan por el filme, me quedo con la de la fotógrafa-artista Beate Gütschow: entre tantas declaraciones definitivas sobre el carácter único de la ciudad, ella no dice ni una sola palabra en todas sus apariciones. Se limita a sacar fotografías de diferentes relieves urbanos berlineses. Con las imágenes monta posteriormente collages que, creo, representan bastante bien el puzzle urbanístico berlinés. Un caótico puzzle del que habrá ver cómo acaba saliendo esta maravillosa e inquietante ciudad.

miércoles, 20 de mayo de 2009

Have you ever squatted an airport?



Parece que algo se mueve en los bajos celestiales de Berlín: desde los márgenes subterráneos de la capital alemana se anuncia a diestro y siniestro que se está planeando la okupación masiva del aeropuerto de Tempelhof, aeropuerto que fuera fundamental para el abastecimiento de la parte occidental de la ciudad durante los bloqueos soviéticos de finales los años 40 y 50. El aeropuerto, una brutal edificación herencia del régimen nazi, fue cerrado definitivamente al tráfico aéreo el pasado 31 de octubre tras una larguísima y aburrida discusión e incluso un referéndum.

Mientras el destino de las 400 hectáreas que ocupa el terreno sigue siendo incierto, y se especula con la construcción de viviendas de lujo, de espacios para la creatividad, etc... los promotores de la okupación masiva lo tienen claro: "¡No a la gentrificación! Seremos muchos y llenos de rabia porque nunca podemos decidir sobre lo que pasa en nuestro entorno más cercano. Exigimos al Senado de Berlín que abra la verja del aeropuerto...".

Pase lo que pase el próximo día 20 de junio, la acción seguro que provocará un buen manojo de titulares y, consiga o no su objetivo último, pondrá una nota de diversión en esta ciudad a la que están transformando sin prisa pero sin pausa.

miércoles, 13 de mayo de 2009

La fotógrafa es la estrella


En la galería C/0 Berlin mantiene sus puertas abiertas hasta el próximo 24 de mayo la exposición Annie Leibovitz. A photographer's life 1990-2005: un repaso a la carrera de esta fotógrafa estadounidense que, reconozco, ni conocía ni me sonaba.

Al visitante le sacude la esperanza tras dar los primeros pasos en el primer tramo de la exposición, que abre con una serie de imágenes de la intelectual Susan Sontag, imprescindible en el pensamiento del siglo XX, con la que Leibovitz compartió una importante parte de su vida: les unió el amor y también, en parte, el trabajo. Una de las instantáneas más interesantes de la expo es una que la fotógrafa hizo de la misma Sontag en Petra: la foto ofrece una composición preciosa y mágica, valores remachados por la reflexión que Leibovitz lanza sobre la imagen en concreto y el valor de la fotografía como medio de expresión capturador de la realidad y del paso del tiempo: "Las fotografías cambian su significado cuando alguien muere. Cuando tomé esta foto [de Susan en Petra] pretendía transmitir una emoción del lugar fotografiado. Hoy pienso que la foto más bien muestra cuan atraída estaba Susan por el mundo. Era tan curiosa, estaba tan hambrienta de experiencias, tan llena de ganas de aventura...".

Sin embargo, conforme el visitante avanza por las diferentes salas de la exposición, la desilusión se va apoderando de él. El contenido de la misma deriva en fotos de celebrities, de personajes famosos en poses del gusto de revistas tan poco fundamentales como Vanity Fair o Rolling Stones. No en vano, Annie Leibovitz es conocida como la fotógrafa de las estrellas. Se ha convertido en algo así como el ojo que todo lo ve en el Star System estadounidense. Un vídeo sobre su trabajo la muestra como una mujer enérgica, con un toque elitista y vanidoso tan (lamentablemente) habitual en el mundo de los medios. Otra de las columnas de la exposición son fotografías de la vida personal y familiar de la propia Leibovitz. Nada que me parezca interesante ni necesario. Un redactor de uno de los principales diarios berlineses titulaba su reseña sobre la exposición con la meridiana y finamente maliciosa frase: "Cuando la fotógrafa es la estrella".

Y así va paseando el visitante, sin quedar especialmente seducido por lo que ve, pero encontrando pequeñas gotas de buen arte fotográfico. Para el paseante, amante del fotoperiodismo y la fotografía documental, son de especial valor algunas imágenes capturadas por Leibovitz durante estancias en Ruanda o Bosnia-Herzegovina, ambos países envueltos en sangrientas guerras civiles: Leivobitz es capaz de transmitir el horror de la guerra y la muerte sin la necesidad de mostrar el horror, la guerra y la muerte explícitamente. Una sutileza que se agradece y que cumple igualmente con el objetivo de dejar acta sobre la dura realidad.

jueves, 7 de mayo de 2009

Por dignidad...

Cuando la profesión se desmorona, cuando los sueldos son de miseria y la precariedad, el pan de cada día. Cuando se te quitan las ganas de ir a trabajar porque te sientes un simple obrero de la cadena informativa que cumple órdenes sin autonomía ni poder de decisión alguno, en lugar de un profesional que cumple con su deber responsable, libre y seriamente. Cuando las empresas (diarios, canales de televisión, radios, webs) cierran porque el negocio no se aguanta, porque el modelo informativo ha perdido su sentido y necesidad, y ha entrado en una crisis desbocada e imparable. Cuando el periodismo está muriéndose sin remedio, es el momento de iniciar proyectos autónomos y alternativos de información, como lo es el del Setmanari Directa: información semanal de corte independiente, crítico e íntegramente en catalán. Una propuesta a contracorriente que sale adelante con la ayuda de mucha gente. Y no por dinero, sino para salvar la dignidad de esta profesión.

"La solución no pasa por la independencia"


Halil Aksoy fue una de las personas detenidas durante la operación contra el PKK urbano del pasado 27 de abril. El presidente del DTP Estambul fue liberado horas después de su detención. Si se le pregunta si su partido considera al PKK un grupo terrorista, Aksoy, político kurdo de discurso relativamente moderado, muestra las heridas que le dejaron las torturas por su paso por prisión en los años 80.

¿En qué medida es culpable el Gobierno de Erdogan de la falta de integración de partes de la población kurda en grandes ciudades turcas?

El Estado turco es culpable de esa situación en la medida en que toma parte en una guerra que comenzó hace casi 30 años y que está obligando a grandes partes de la población del Kurdistán a dejar sus casas y sus pueblos para emigrar al oeste del país.

¿Cuál es la situación de la población kurda en Estambul?

La situación en Estambul es aún más complicada que en otras grandes ciudades de Turquía, porque aquí hay muchas más minorías: en esta urbe hay armenios, griegos, gitanos e incluso africanos. La sociedad es increiblemente cosmopolita. La amalgama de culturas en esta ciudad es brutal, por ello que necesitamos una reorganización de la misma que permita el reconocimiento de todas esas minorías. Por ejemplo, la creación de escuelas donde las lenguas minoritarias también sean enseñadas sería un paso muy importante. Este tipo de medidas son necesarias para alcanzar un sociedad integrada y bien articulada.

¿Por dónde pasa la solución de la llamada cuestión kurda?

El DTP trabaja con un concepto llamado autonomía política: es decir, que minorías culturales y nacionales existentes dentro del Estado turco, como la kurda, por ejemplo, tengan acceso a poder político que les permita cambiar las cosas y mejorar su vida dentro del propio Estado, dentro de las propias instituciones turcas. Nos parece que esa autonomía política dentro del Estado turco es más relevante que la autonomía del Kurdistán como territorio geográfico y nacional. El respecto mutuo entre diferentes comunidades es fundamental. La construcción de una sociedad multicultural en el seno del Estado turco sería la solución a conflicto entre el PKK y el Estado turco, así como a los problemas de integración en la sociedad turca. En ningún caso pienso que la independencia del Kurdistán turco sea la solución al problema, de momento.

La UE y Estados consideran al PKK un grupo terrorista: ¿cuál es la relación del DTP y el PKK?

Desde los años 80, tras la Junta militar, en toda Turquía, y en especial en el Kurdistán turco, se produjeron muchas detenciones arbitrarias y muchas desapariciones de ciudadanos por el simple hecho de intentar participar políticamente en la vida pública. Yo mismo fui detenido y torturado por el simple hecho de poner a mis hijos nombres kurdos. Para muchos, coger las armas y echarse al monte ha sido la última opción, e incluso así, muchos han optado por esa vía. Cuando el poder del Estado y la represión te lleva hasta tal punto de desesperación, a veces sólo ves en la lucha armada una posible solución a tus problemas. El PKK es una simple reacción a tanta represión por parte del Estado turco. Cuando te aplastan una y otra vez, a veces ya sólo te queda la opción de tomar las armas para defender tus derechos. Además, el PKK cuenta con millones de seguidores. ¿Cómo se puede afirmar que el PKK es simplemente un grupo terrorista?

P.D: la foto corresponde al momento de la detención del Hakoy durante la operación contra el supuesto PKK urbano del pasado 27 de mayo.

lunes, 4 de mayo de 2009

La cuestión kurda: ¿un conflicto sin fin?


Los días 6 y 7 del pasado tuvo lugar el segundo foro de la Alianza de Civilizaciones. La iniciativa, promovida por el presidente español José Luis Rodríguez Zapatero y el primer ministro turco Recep Tayyip Erdoğan en el marco de las Naciones Unidas, busca “avanzar en el entendimiento intercultural” a través de “la forja de asociaciones que permitan la construcción de una interacción entre diversas comunidades y la reconciliación entre culturas”. Un intento de establecer una agenda carácter multilateral e intercultural en el maltrecho panorama de las relaciones internacionales dejado tras de sí por los ocho años de la Administración Bush.

Pese a que su programa suene bien, algo no encaja en la Alianza de Civilizaciones cuando su segundo foro tiene lugar en Estambul sin que en él se aborde un conflicto que tiene lugar en el patio trasero de Turquía desde hace más de dos décadas: en el Kurdistán turco, al sureste del país, sigue abierta una guerra no declarada entre el PKK (Partido de los Trabajadores del Kurdistán) y el Estado turco. Un conflicto armado que parece interminable y que ya se ha cobrado la vida de alrededor de 45.000 personas, además de provocar el desplazamiento de millones más. Una herida que no deja de sangrar en el seno de Turquía, el único país de tradición musulmana miembro de la OTAN (desde 1952) y aliado fundamental de Estados Unidos en su estrategia expansionista en Oriente Medio de los últimos años. Esa alianza estratégica con los poderes occidentales parece ser la coartada perfecta para que la cuestión kurda siga siendo silenciada en foros internacionales como el de la Alianza de Civilizaciones.

Con estimaciones que oscilan entre los 12 y los 15 millones de personas, la kurda es la mayor minoría existente dentro del Estado turco. El Kurdistán turco, que tiene su capital en Diyarbakir, se extiende en la parte suroriental del país. Tras la última Junta militar que gobernó el país entre 1980 y 1983, el PKK, considerado como un grupo terrorista tanto por la Unión Europa y Estados Unidos como, por supuesto, por el Gobierno turco, decidió en 1984 levantarse en armas contra el Estado para luchar por el reconocimiento de los derechos nacionales y culturales del Kurdistán y, en última instancia, conseguir la independencia.

Mucho ha llovido desde entonces: atentados, detenciones ilegales, torturas, desapariciones, guerra sucia y millones de desplazados. Tras casi tres décadas de conflicto, la guerra sigue abierta y el conflicto sin resolver. El desplazamiento forzado de millones de kurdos del este al oeste de Turquía ha extendido además el conflicto por todo el país. Kurdos y turcos conviven ahora en las grandes ciudades occidentales, y cuando la cuerda entre el PKK y el Ejército turco se tensa en el oriente del país, afloran inevitablemente tensiones entre ambas comunidades en urbes como Estambul, Izmir o Ankara.

Elecciones municipales

Las elecciones municipales del 29 de marzo le demostraron al AKP (Partido de la Justicia y el Desarrollo), el partido islamista moderado de Erdogan que detenta el poder, que la cuestión kurda está más presente que nunca en la política oficial turca. El DTP (Partido de la Sociedad Democrática), representante de la minoría kurda, ganó terreno sobre todo el sureste de Turquía y, con un 5% de votos a escala estatal, dio un golpe en la mesa en la provincia de Diyarbakir, donde consiguió el 75% de los votos. Con el 39,1% de los votos, el Partido de la Justicia y el Desarrollo, por otra parte, perdió más de 7 puntos respecto a las legislativas de 2007 en detrimento de los otros dos grandes partidos turcos, el CHP (Partido Republicano del Pueblo), centroizquierda de corte kemalista y laica, con el 23,2% de los votos, y del MHP (Partido de Acción Nacionalista), derecha ultranacionalista que consiguió el 16% de los sufragios.

El AKP, que había hecho algunos gestos hacia la minoría kurda en los últimos tiempos, como la apertura de una televisión en lengua kurda, en busca de avanzar electoralmente en el sureste del país, se topó con unos resultados excelentes del DTP, calificado por los islamistas moderados como el brazo político del PKK. La parlamentaria del DTP Sabahat Tuncel tiene claro que estos resultados demuestran un cambio muy importante en la sociedad kurda: “Los últimos comicios municipales demuestran que el DTP representa a una parte muy importante de la sociedad turca. Hay que subrayar que hasta estas últimas elecciones municipales, todos los partidos que habían gobernado Turquía apostaron por la mejoría de la situación económica del Kurdistán para alcanzar una solución al conflicto. Sin embargo, los últimos resultados del DTP demuestran que la población kurda es muy consciente de que la solución pasa por la política, y que esa solución política se llama DTP”.

“Low Intensity Conflict”

Como explican los investigadores alemanes Andreas Berger, Rudi Friedrich y Kathrin Schneider en su libro La guerra en el Kurdistán kurdo (Der Krieg in Türkei-Kurdistan), el Estado turco ha aplicado el concepto de “conflicto de baja intensidad” (“Low Intensity Conflict"): es decir, además de las ofensivas periódicas por tierra y aire del Ejército contra las posiciones del PKK, el Estado aplica medidas de castigo contra la población civil allí donde sospecha que la guerrilla cuenta con un apoyo social importante. De esta forma, se calcula que alrededor de 4.500 poblaciones han sido despobladas en el Kurdistán a través de esas medidas represivas que persiguen acabar con la base social del PKK. Esta política de tierra quemada ha provocado el desplazamiento forzado de unos 4 millones de kurdos del este al oeste del país durante los últimos años. La ONG IHD, que defiende el respeto de los derechos humanos en Turquía, calcula que sólo en Estambul viven alrededor de 5 millones de kurdos, la mitad de los cuales llegó a la ciudad durante la década de los 90.

El coordinador de la asociación IHD, Insan Haklari, ve en esa migración forzada una fuente de conflicto y de fractura social: “La llegada masiva de población kurda a las grandes ciudades provoca obviamente problemas de integración: los kurdos procedentes de zonas rurales se encuentran obligados a vivir en un contexto urbano ajeno a ellos, por lo que les cuesta adaptarse económica y culturalmente. Ese choque cultural provoca que la población kurda se concentre en determinados barrios, como el distrito de Dolapdere en Estambul, considerado un gueto peligroso, de forma que la integración se hace muy difícil”. Insan afirma que el AKP, a través de campañas que azuzan el nacionalismo turco, ha fomentado un proceso de discriminación contra la población kurda durante los últimos tiempos, sobre todo tras acciones del PKK en las que murieron soldados.

“En grandes ciudades como Estambul, hemos visto como esa campaña discriminatoria promovida durante los dos últimos años ha llegado a la calle: comercios kurdos fueron atacados y quemados, ciudadanos kurdos fueron discriminados por hablar su propia lengua en público. El AKP tiene mucho que ver con esa campaña discriminatoria: vivimos una guerra en el este de l país desde hace casi 30 años, pero nunca antes habíamos visto como la población kurda era acosada de esta manera”, afirma la parlamentaria del DTP, Sabahat Tuncel. Queda claro, por tanto, que el conflicto ha rebasado las fronteras del Kurdistán para instalarse en la totalidad de la sociedad.

Acción y reacción

Mientras tanto, el Estado parece seguir apostando por la vía de la represión: el pasado 27 de abril la policia detuvo a medio centenar de personas, entre ellas varios políticos del DTP, supuestamente relacionadas con la estructura urbana del PKK. Ahmet Türk, secretario general del DTP, dijo que la operación era la respuesta del AKP a los magníficos resultados de su partido en los últimos comicios municipales, que el partido de Erdogan “no ha sabido encajar”. La respuesta del PKK no se hizo esperar: dos días después nueve soldados morían en un atentado contra el vehículo en el que viajaban por un provincia suroriental del Diyarbakir.

El intercambio de golpes encona cada vez más un conflicto que no tiene visos de solucionarse a corto plazo. Con todo, Sabahat Tuncel tiene claro que la solución deber ser política, solución que, curiosamente, no pasa por la independencia del Kurdistán turco, ni siquiera por la autonomía de la región: “Como kurdos, no queremos vivir en una entidad federada o autonómica, no deseamos vivir separados del resto de la sociedad, sino que queremos vivir dentro del Estado turco pero en el marco de un sistema verdaderamente democrático. Mientras que el Estado no admita que la población kurda vive con un problema de identidad, tampoco vemos la posibilidad de solucionar políticamente el conflicto ni la necesidad de construir una autonomía para el Kurdistán. Cuando el Estado reconozca que en la cuestión kurda reside un problema identitario, el PKK estará dispuesto a dejar las armas y a comenzar el diálogo. Pero para ello primero es necesario que el Estado dé los pasos pertinentes”.

P.D: Foto del distrito de Dolápdere, en Estambul, tomada por Álex Rodríguez.

sábado, 2 de mayo de 2009

...y pasó el 1 de mayo

Y el día del trabajador pasó de largo en Berlín dejando tras de sí lo que era de esperar: casi 300 detenidos, varias decenas de policías heridos y otros tantos manifestantes atendidos por los servicios de urgencia. Y sobre los rescoldos de los ya tradicionales disturbios que se producen cada año en el distrito de Kreuzberg, las manidas discusiones sobre el contenido político de las manifestaciones y disturbios, sobre si la actuación de la policía fue correcta, etcétera, etcétera.

A las 12 de la noche pasé por Kottbusser Tor, centro neurálgico de Kreuzberg y lugar donde históricamente se concentran manifestantes y antidisturbios. ¿Qué vi? Mucho turista revolucionario borracho con ganas de llevarse a casa un par de fotos de policías cargando y la adrenalínica sensación de haber estado donde se tenía que estar, muchos jovenes turcoalemanes descarriados con ganas de bronca, gente simple y llanamente con ganas de fiesta, y mucha, mucha, mucha policía con la esperanza de que la noche acabase cuando antes para poderse ir a casa. Ni rastro de un discurso político convincente ni consecuente.

Queda claro, por tanto, lo que cada vez parecía estar más claro: el 1 de mayo en Berlín se ha postmodernizado: vacío completamente de contenido político, la gente acude a Kreuzberg a pasar un buen rato, a lanzar un par de piedras y/o botellas, y tener así la sensación de haber hecho la revolución por un día. Hoy, sábado 2 de mayo, queda la resaca de todo ello y las aguas vuelven mansamente a su cauce. Para la revolución social habrá que esperar otro día...

P.D: la foto, tomada ayer a última hora, ejemplifica, creo, a la perfección lo que ocurrió en Kreuzberg: un triste caos sin pies ni cabeza...