jueves, 30 de abril de 2009

Llega el 1 de mayo...



Llega el 1 de mayo a Berlín, jornada tradicionalmente explosiva en la capital alemana. Este año confluyen una serie de factores que pueden convertir la fecha en una bomba de relojería: al ya tradicional turismo revolucionario tan típico de la que fuera una jornada de expresión de protesta social y conciencia de clase obrera, hay que añadir la desbocada crisis económica (el número de parados en Alemania supera los tres millones y medio), una marcha neonazi que tendrá lugar por la mañana en el distrito oriental de Treptow-Köpenick y la celebración de la Final Four de la liga europea de baloncesto, con la presencia de hooligans griegos tan dados a organizar vistosos disturbios.

De momento, la ciudad está tomada por, nada más y nada menos, 5.000 policías antidisturbios. Veremos si la jornada de mañana superará los disturbios de Rostock de junio del pasado año (los más graves de la última década) ocurridos durante las manifestaciones de rechazo a la reunión del G-8 en Heiligendamm, diminuta población del noreste de Alemania.

Punks de pueblo

Dorfpunks trailer


La historia es sencilla: el verano ha llegado al pueblecito de Schamelenstedt, situado en el Mar Báltico, en el norte de Alemania occidental. Corre el año 1984 y parece que lo único que llega a su hora a la pequeña población son las estaciones del año. Por lo demás, todo parece llegar tarde a Schamelenstedt. Incluso la cultura punk.

Cuatro jóvenes amigos con inquietudes antisociales se disfrazan de punks y deciden montar un grupo de música en el que la pose cuenta más que la composición. ¿Os suena la historia? La diferencia con la historia que probablemente ya os va sonando es que la banda no tiene éxito alguno, de forma que todo queda en una pequeña aventura estival.

Ésta es la breve sinopsis de Dorfpunks (Punks de pueblo, sería la traducción): la película, estrenada recientemente en las salas alemanas, ya había sido presentada en la última edición del festival de cine de la Berlinale. El director, Lars Jessen, adapta con ella el bestseller de Rocko Schamonis.

El filme, pese a presentar ciertas debilidades en el guión, tiene fases muy divertidas que arrancan inevitablemente carcajadas al público. En cierta manera, cualquiera que haya sido joven y rebelde alguna vez se sentirá identificado con algunos de los personajes. Y aquél que ya no sea ni joven ni rebelde, y siga sintiéndose identificado con alguno de ellos, desde luego tiene motivos para preocuparse.

No sé cuándo llegará ni siquiera si llegará a las salas españolas y latinoamericanas. Si tenéis la oportunidad de verla, os hará pasar un buen rato. Recomendable.

martes, 28 de abril de 2009

Vuelve el reportero indeseable



Después de muchos años de silencio, el periodista alemán Günther Wallraff, bautizado como el reportero indeseable, vuelve a la carga. Wallraff (Burscheid, 1942) dio el salto al ruedo periodístico en la década de los 60, cuando comenzó a publicar reportajes sobre la dura vida de los trabajadores (sobre todo extranjeros) en la industria postbélica de Alemania occidental. En 1977 dio su primer gran golpe al colarse como redactor del amarillento y diario más vendido de Alemania, el Bild Zeitung. Destapó así las implacables y depredadoras técnicas del BZ, experiencia que dio lugar a la publicación del libro Der Aufmacher. Der Mann, der bei Bild Hans Esser war (En español, La noticia de primera plana. El hombre que fue en Bild Hans Esser).

Ya a mediado de los 80 Wallraff publicó la que es probablemente su obra periodística más representativa: Ganz unten (En español, Cabeza de turco). Una escalofriante radiografía del mundo del mercado laboral, en el que Wallraff se hace pasar por un gastarbeiter turco que tiene que hacer malabarismos para ganarse el sueldo sin que la industria farmacéutica lo mate a base de experimentos con medicamentos ni acabar destrozado por la explotación y el trabajo precario de las cadenas de comida rápida. Ahora vuelve con una serie de reportajes para el prestigioso semanario Die Zeit sobre las anticonstitucionales técnicas de espionaje y depuración (al puro estilo Stasi) utilizadas por el consorcio del Deutsche Bahn (la empresa pública ferroviaria alemana) así como sobre la vida de los sin techo en las grandes ciudades alemanas.

Wallraff se define así mismo como un periodista que observa y al mismo tiempo participa activamente en la realidad sobre la que toma nota y posteriormente escribe. No se limita a mirar desde su tribuna y luego a escribir con ese espíritu elitista y vanidoso que muchos redactores destilan en sus páginas. Wallraff se mete tanto en sus historias, haciéndose pasar por otras personas si es necesario para llegar hasta el fondo del asunto, que muchas veces acaba convirtiéndose en el propio protagonista de sus reportajes de investigación, en la víctima de sus dramáticas historias.

Se podrá discutir la elegancia y el estilo de sus textos. Por supuesto, Wallraff nunca alcanzará los niveles de escritura alcanzados por otros autores procedentes del periodismo, como Gabriel García Márquez o George Orwell, por poner dos ejemplos típicos. Sin embargo, no hay duda de que su trabajo es imprescindible, más aún en estos tiempos que corren en los que el periodismo cada vez consiste más en copiar y pegar en un diseño atractivo, en escribir desde una mesa con un ordenador con acceso en internet sin ni siquiera haber dado un paso en la calle. Prueba de la irrefutable necesidad del trabajo de Wallraff es el adjetivo con el que se le bautizó: el indeseable.

jueves, 23 de abril de 2009

La noche confunde


La noche en Berlín te puede llegar a asalvajar si cruzas puertas que esconden agujeros que, desde fuera, no parecen lo que son. La arquitectura en cierto modo fuera de control que ofrece la ciudad permite huecos para que las noches se alarguen sin la necesidad de molestar a los vecinos ni de provocar la siempre desagradable visita de los agentes del orden. Pero ten cuidado, porque el mundo de la noche berlinesa te puede llegar a confundir. Ahora que estamos a jueves, os doy un par de consejos para que os mováis por la ciudad tras la caída del sol.

Muchos hablan del underground berlinés. Por eso mismo no pocos lugares impostan ese underground para atraer a turistas llegados a la ciudad a la caza de ese ambiente sucio y subterráneo. Por poner un claro ejemplo, ahí tenemos al Tacheles, casa postokupada con apoyo institucional cruzada día y noche por hordas de turistas cámara en mano: como un Museo del Padro de lo que antes era el margen y ahora se ha convertido en centro turístico de la capital alemana. Por favor, no lo hagas: ahórrate esa visita. Si quieres conocer un lugar en el que la suciedad no es impostada, sino que está ahí simplemente porque no se limpia, te recomendamos que te pases por Rote Rose (Adabelstrasse ecke Oranienstrasse, en Kreuzberg): típico kneipe berlinés abierto 24 horas al día y siete días por semana donde se mezclan alcohólicos, putas y jovencitos a los que se les junta el día con la noche. Un consejo: despréndete de tus prejucios antes de entrar en este mundo: los marginados sociales también pueden tener una conversación interesante y ni muchos menos tienen por qué ser peligrosos.

Teniendo en cuenta que Prenzlauerberg dejó de ser lo era para pasar a ser lo que ahora es, y que Kreuzberg va camino de ello, es de agradecer que los nuevos bares abiertos en Neuköln respeten el ecosistema social y cultural propio del barrio. Es el caso del Frühperle (Boddinstrasse 57a), Eckekneipe reconvertido en punto de encuentro bohemio que, si bien apuesta por ese ambiente moderno tan descuidadamente cuidado en su interior, respeta la apariencia natural exterior de los Eckekneipe de la zona a los que nunca jamás entrarías. Por eso, de no haber leído este texto, seguramente habría pasado de largo dejando de lado un lugar digno de visitar para tomar la primera cerveza de la noche al son de una sugerente jam session.

Un último consejo, pero en este caso de carácter póstumo: en la Mainzerstrasse número 5 había un lugar difícilmente clasificable. Con apariencia de casa okupada, pero sin serlo realmente, Karmanoia escondía en sus entrañas, entre otras cosas, un teatro, un bar con formas de bodega de barco y un laberinto que ya nunca más podrás visitar. Cerró el pasado marzo por intereses inmobiliarios. Una auténtica pérdida para la vida nocturna de Berlín. Si nunca estuviste, deja escapar una lágrima y busca a alguien que te cuente lo que por allí se movía. Karmanoia ya forma parte del mito.

martes, 21 de abril de 2009

La caída del muro no fue ninguna casualidad



Mucho se ha escrito y mucho se sigue escribiendo sobre la República Democrática Alemana (RDA) a 20 años vista de la caída del muro de Berlín. Y mucho de lo escrito es banal e innecesario, a pesar de que queden muchas cosas y verdades por decir sobre ese periodo histórico y esa parte sociogeográfica del país. No obstante, hace unos días salió a la luz un dato en apariencia sin importancia, pero que deja entrever hasta qué punto se descomponía la vanguardia del socialismo real alemán.

La tarde del 9 de noviembre de 1989, Günther Schabowski, miembro del Politbüro del SED (el partido gobernante en la RDA), ofreció una rueda de prensa en Berlín. En aquella comparecencia, un corresponsal italiano, Riccardo Ehrmann, hizo una pregunta que desencadenó la caída del muro: "¿Qué piensa hacer la RDA después de que la URSS haya abierto las fronteras para los ciudadanos de Alemania oriental?", preguntó Ehrmann, a lo que Schabowski respondió, echando mano de una nota ya escrita: "Los viajes privados pueden ser solicitados sin condiciones". "¿Cuándo entra esa medida en vigor?" "De forma inmediata". Luego se produjeron las ya mundialmente famosas imágenes de ciudadanos de la RDA saltanto el muro y destrozándolo como forma de liberación simbólica y real. La RDA era historia.

El caso es que ni la pregunta fue improvisada ni pensada por el propio periodista, ni parece que tampoco lo fuera la respuesta. Como el mismo Riccardo Ehrmann confesó la semana pasada, un redactor en jefe de la agencia de noticias oficial de la RDA, ADN (no se confundan con el diario gratuito), le sugirió que debía preguntar sobre la reglamentación sobre los viajes privados. Queda por tanto relativamente claro que la orden venía de arriba. Si la vanguardia de la RDA quería dar una muestra de su capacidad de adaptación a los nuevos tiempos, desde luego se le escapó de las manos. O quizá es que prefirió cavar su propia tumba en lugar de que la cavaran otros...

sábado, 18 de abril de 2009

Mandy K.: doblemente víctima



Cuando el pasado Viernes Santo los visitantes del zoo de Berlín vieron a Mandy K. quitarse los zapatos, saltar la valla de seguridad y lanzarse de forma suicida al foso de los osos polares, una mezcla de indredulidad y estupor recorrió uno los recintos más visitados durante los días soleados en la capital alemana. Lars, el padre de la popular cria de oso polar Knut (convertida en símbolo de la ciudad), y sus tres hembras Tosca, Nancy y Katuscha estaban siendo alimentadas justo en el momento en que la joven de 32 años decidió arrojarse al foso de los animales. Los cuatro osos polares se acercaron lentamente a Mandy y, como era de prever, la atacaron.

Antes los gritos de espanto de los visitantes y de la mujer, los técnicos y criadores reaccionaron con rapidez para salvar la vida de Mandy. Mientras desde lo alto del foso intentaban mantener a distancia a los animales atizándoles con palos y lanzándoles todo tipo de objetos, intentaban sacar del agua a la mujer mediante cuerdas con salvavidas atados en las puntas. Tras varios intentos fallidos, y mientras los gritos de espanto de la mujer y de los visitantes se mezclaban y hacían más esperpéntica la situación, los trabajadores del zoo consiguieron finalmente rescatar a Mandy tras 10 minutos que se hicieron eternos para los visitantes del zoo, convertidos en circunstanciales espectadores de un espectáculo que nunca hubieran podido imaginar.

Los osos habían mordido a la mujer en diversas partes del cuerpo. Mandy, poseída por una ataque de histeria tras haberse dado cuenta del error casi mortal que había cometido, fue trasladada por los servicios de asistencia a urgencias de la clínica Virchow donde fue operada. Finalmente pudo salvar la vida. “Ha tenido una suerte grandísima. Los osos podrían haberla destrozado en cuestión de minutos. Alguien que hace una cosa así tiene que estar realmente harto de vivir”, declaró tras lo ocurrido el director del zoo de Berlín, Heiner Klös, que afirmó que de no haber conseguido sacar del agua a la mujer, sus trabajadores se hubieran vistos obligados a usar contra los animales las armas de fuego que tienen para este tipo de casos: “No me hubiera temblado el pulso”.

La historia pronto se convirtió en el tema de portada de los periódicos sensacionalistas alemanes como el Bild Zeitung, el diario más popular y vendido del país. De hecho, el BZ ofreció en exclusiva en su página web las imágenes del rescate de la mujer, que se han convertido ahora en un vídeo popular en todo el mundo tras ser colgadas en la plataforma de Youtube. La cabecera no pareció conformarse con ello y siguió exprimiendo la historia en sus ediciones de días posteriores. Comenzó así a bucear en la vida de Mandy K. en busca de las razones de su irracional actitud del pasado Viernes Santo.

Mandy K., madre de una niña de 8 años, vive en el barrio de Berlín oriental de Treptow-Köpenick, distrito proletario, con una cuota de desempleo que rebasa el 10% y, quizá por ello, con fama de tener un fuerte y arraigado movimiento neonazi. Según informa el Bild Zeitung en un artículo titulado “La triste vida de la mujer de los osos polares” publicado el pasado martes, la joven madre creció en la pequeña de ciudad de Herzberg, situada al norte de Berlín. Allí empezó una formación profesional para convertirse en secretaria, formación que nunca acabó. Posteriormente, comenzó a estudiar Pedagogía social, estudios que también acabó abandonando.

Tras no haber encontrado su camino profesional, Mandy se enamoró de Lars S., un ingeniero agrónomo de 36 años con el que decidió mudarse a Berlín y con el que tuvo a su hija. Sin embargo, las cosas comenzaron a ir mal y hace cuatros años la pareja se separó. Fue el principio de la pérdida de control de Mandy sobre su propia vida. Tras quedarse sin trabajo, las deudas comenzaron a ahogarla, hasta el punto de que su insolvencia le impedía pagar las facturas. La empresa eléctrica decidió cortarle la luz. La vida se le hizo tan cuesta arriba que la semana Mandy pareció perder la razón. El Viernes Santo, aprovechando que su hija estaba con su padre, se fue al zoo de Berlín y se arrojó al foso de los osos polares.

Los que conocen a Mandy coinciden en que la mujer hizo lo que hizo para llamar la atención sobre su precaria situación y no porque quisiera acabar con su vida. Si lo que pretendía la bautizada por la prensa como “mujer de los osos polares” era convertirse en centro de atención, desde luego lo ha conseguido. Mientras el vídeo de su dramático rescate corre por la Red, los tabloides alemanes siguen removiendo los rescoldos de su historia. Mientras tanto, Mandy K. sigue ingresada en la clínica Virchow recuperándose de las heridas, probablemente sin ser consciente de haber sido doblemente víctima: de la desesperación provocada por las desgraciadas circunstancias de su “triste vida” y del implacable espíritu depredador de la prensa amarilla alemana.

viernes, 17 de abril de 2009

No oficial alemán al maíz transgénico MON810


La ministra federal alemana de Agricultura, Ilse Aigner, anunció esta semana su decisión de prohibir tanto el cultivo como la venta del maíz modificado genéticamente MON810, el único permitido en la Unión Europea y hasta ahora en Alemania. La política cristianodemócrata (CSU) justificó la medida aduciendo que existen suficientes indicios que apuntan a que el maíz MON810 “supone un peligro para el medioambiente”, negó que su decisión fuera de corte político y subrayó la base científica de la medida: “Las muchas preguntas abiertas sobre el uso seguro del único maíz genéticamente modificado permitido en Europa ponen en evidencia la necesidad de una investigación más profunda sobre el asunto”. La prohibición cuenta también con el apoyo del Ministerio de Medioambiente alemán, pero ha levantado ampollas en otros ministerios controlados por la CDU-CSU, como el de Educación e Investigación: tras conocer la decisión de Aigner, la ministra de Medioambiente, Annete Schavan (CDU), aseguró que la tecnología genética es importante para la estrategias de innovación tanto de Alemania como de toda Europa y dio a entender así que no compartía la medida.

Ilse Aigner destacó que hasta cinco Estados miembros de la UE ya habían prohibido de forma preventiva el cultivo y la comercialización del MON810: Hungría, Austria, Francia, Grecia y Luxemburgo tomaron la decisión antes que Alemania. El MON810, comercializado por el grupo estadounidense Monsanto, fue autorizado por la Unión Europea en 1998. El permiso comunitario venció en 2007 y hasta que las autoridades europeas no tomen una nueva decisión al respecto, el MON810 puede seguir siendo comercializado en la UE. En medio de ese vacío legal, la ministra alemana tomar cartas en el asunto y decretar una cláusula que prohíbe terminantemente seguir con el cultivo y la comercialización de esta variedad de maíz transgénico conforme a una norma de protección medioambiental recogida en el derecho comunitario. La medida viene precedida de intensas campañas en favor de la prohibición de este maíz transgénico llevadas a cabo por organizaciones ecologistas alemanas. El año pasado se cultivaron en Alemania alrededor de 3.600 hectáreas de este maíz transgénico.

A finales del pasado marzo el Ministerio de Agricultura alemán pidió a varias instituciones federales encargadas de la salud alimentaria y la defensa del consumidor que evaluaran el informe presentado por la empresa comercializadora Monsanto sobre la seguridad del cultivo del maíz transgénico. Aunque los resultados no arrojaron una posición unitaria sobre el asunto ni demostraron que el uso del maíz sea necesariamente perjudicial para el medioambiente o los consumidores, la ministra alemana considera que los informes tampoco descartan peligros en el cultivo del mismo.


Diversas organizaciones ecologistas alemanas aplaudieron la medida anunciada por el Ministerio de Agricultura. Greenpeace, por ejemplo, celebraba en su página web el anuncio con la expresiva frase “Bien hecho señora Aigner, siga así!”. Para la rama alemana de la organización ecologista es un hecho probado que “el repelente que contiene el maíz trasngénico MON 810 supone un riesgo para los insectos y las mariposas, así como para el ecosistema de la tierra donde se cultiva”. Pese a alabar la decisión de la ministra, Greenpeace considera que la decisión “llega tarde” y le pide a la política democristiana que vote contra la futura autorización de nuevos maices trangénicos similares al MON810 a nivel comunitario.


Otra de las organizaciones medioambientales alemanas importantes, NABU (Asociación para la Protección de la Naturaleza de Alemania), también saludó la iniciativa de Aigner, que calificó “como un gratificante cambio del rumbo del Ministerio de Agricultura”. Leif Miller, director de NABU, espera ahora la medida no sea simplemente “una táctica electoral” con la vista puesta en los comicios generales del próximo septiembre y exigió una prohibición a largo plazo de cultivos transgénicos para “evitar que la entrada de un nuevo Gobierno en Berlín levante la medida y corrija la actual medida”. Los Verdes y el partido de la Izquierda también aplaudieron la decisión de Aigner.


Con todo, la ministra alemana quiso dejar claro que su anuncio no significa un rechazo absoluto del Gobierno de Berlín a la llamada tecnología genética: “Me gustaría subrayar que la medida no se trata de una decisión definitiva con respecto a nuestra futura relación con este tipo de tecnología. Necesitamos investigaciones que constaten que se trata de técnicas seguras. El principio básico del uso práctico de la tecnología génetica debe comportar una garantía absoluta para la seguridad de personas, animales, plantas y del medioambiente en general”.


No en vano, el Ministerio de Agricultura alemán anució el mismo lunes que ha encargado a sus técnicos un documento estratégico sobre cómo reglamentar en el futuro el manejo de técnicas genéticas. De esta forma, Aigner deja entender que no descarta su uso en años venideros. En ese sentido, el Ministerio alemán destaca la importancia de la participación de expertos independientes en futuras decisiones sobre la autorización o la prohibición de cultivos y técninas de carácter trasngénico.


Parece evidente que el simple hecho de que los informes de especialistas no descarten de forma rotunda que este tipo de maíz no es perjudicial para humanos y el medioambiente justifica la medida del Ministerio alemán. Una decisión que en España sólo sería imaginable por parte de la izquierda, pues la derecha española parece seguir negándose a darse un cierto barniz europeizante que la pueda igualar a partidos conservadores como el alemán o el francés. Sólo un ejemplificante dato: en Hamburgo gobierna una coalición formada por la conservadora CDU y Los Verdes alemanes. En Alemania, el compromiso ecológico parece ir más allá de posiciones políticas y es aceptado por los partidos como una necesidad para el futuro. Mientras tanto, en España personajes como Aznar o Rajoy siguen negando que el cambio climático y el calentamiento global sean realidades.

martes, 14 de abril de 2009

De vuelta de Estambul...

Estambul, cruce de caminos y de encuentro de religiones y creencias, puente entre Europa y Asia. Hoy mismo volví de la capital cultural e histórica de Turquía, fascinado. Masa urbana inmensa de, según estimaciones, 20 millones de habitantes que se agolpan entre bazares, mezquitas y un tráfico de locura. Masa urbana de inmensos contrastes que, pese a ello, muestra un equilibrio maravilloso. Cabeza visible de un país que se debate entre el laicismo oficial que mira a la Unión Europea y un islamismo moderado gobernante que debe mantener complicados equilibrios para mantenerse en el poder.

A diferencia de otras ciudades en las que he estado, me sentí en casa casi desde el primer momento. Los olores y los rostros me recordaban de alguna manera a olores que ya había olido y a facciones que ya había visto antes.

Además de caminar muchísimo, durante mi semana en Estambul también me ha dado tiempo a hacer algunas preguntas sobre la situación de la minoría kurda en la ciudad: 5 millones de personas, 3,5 de las cuales llegaron a la ciudad durante la década de los 80, durante la última gran guerra abierta entre el PKK y el Estado turco en el este del país, conflicto armado todavía no cerrado. Informaciones que ahora hay que procesar y que darán lugar a un reportaje. Lo podréis leer aquí...