domingo, 25 de octubre de 2020

¿Por qué gana terreno el movimiento QAnon en Alemania?

El pasado 29 de agosto las escaleras del edificio histórico del Reichstag fueron escenario de unas imágenes sin precedente en la historia reciente de Alemania: varios centenares de ultraderechistas, con banderas de “Reichsbürger” – movimiento ultranacionalista que niega la existencia de la República Federal y quiere recuperar las fronteras alemanas previas a la Segunda Guerra Mundial – amagaron con asaltar el parlamento federal. La acción, enmarcada en una jornada de protestas contras las restricciones anticorona introducidas por las autoridades, superó a la policía y supuso un serio toque de atención sobre el potencial violento de la ultraderecha extraparlamentaria alemana. 
 
Los que llevan años observando esas estructuras se percataron de algo más: algunos de los participantes en ese intento de toma del Bundestag lucían camisetas con una “Q” o portaban banderas con esa misma letra mayúscula. Como destaparon medios locales posteriormente, el detonante que impulsó a los manifestantes a intentar tomar el Bundestag fue el mensaje lanzado a través de un altavoz por una de las participantes en la concentración – una conocida practicante de la homeopatía –, que alertó de que Donald Trump estaba en Berlín para liberar a Alemania.
 
Esa “Q” responde al nombre de QAnon, una gran teoría conspirativa de origen estadounidense, nacida en foros de internet y que asegura que, según informaciones desclasificadas de los servicios de inteligencia de EE.UU., Donald Trump lidera una guerra contra el estado profundo y contra la élite política y económica del país que pretende ocultar una gran red de pedofilia internacional. El neologismo “QAnon” responde a la combinación de “Q Clearance” (la denominación para informaciones de máxima seguridad desclasificadas por el Departamento de Energía de los Estados Unidos) y “Anon”, la abreviatura para “Anonymus”. La fuente que posteó en el 2017 por primera vez las presuntas desclasificaciones es anónima. Detrás de ella estaría, según la confabulación, un alto cargo burocrático de Estados Unidos con acceso a información privilegiada. 
 
Avance en la Red 
 
Llama la atención que el movimiento gane terreno al calor de las protestas contra las medidas antipandemia en Alemania, un país en el que el impacto del virus ha sido relativamente bajo en comparación con otros países de su entorno. En las redes sociales y plataformas digitales, la conspiración QAnon ha sumado seguidores con gran rapidez en los últimos meses: varios blogs y canales de Youtube han conseguido construir destacables comunidades con miles de seguidores y reproducciones. La Oficina Federal de la Protección de la Constitución – agencia de inteligencia encargada de observar los movimientos que suponen o podrían suponer una amenaza para el orden constitucional germano – confirman el avance de QAnon en el espacio de habla alemana. 
 
“Su alcance no puede ser todavía cuantificado ni clasificado”, aseguran esas fuentes, que confirman puntos de conexión entre el movimiento QAnon y algunas redes de extrema derecha alemanas: la teoría de origen estadounidense apunta que detrás del “estado profundo” se esconden la izquierda y/o judíos. El uso de sangre de menores por esa elite mundial que denuncia la teoría conspirativa entronca, de hecho, con el antisemitismo europeo de origen medieval, que aseguraba que los judíos usaban la sangre de cristianos como una forma de medicina. 
 
La agencia de inteligencia consultada es por el momento incapaz de cuantificar cuál es su número de seguidores. “También hay personas no extremistas que sostienen la teoría y sus seguidores no buscan la conformación de una agrupación”, apunta la Oficina Federal de la Protección de la Constitución. El hecho de que QAnon se extienda fundamentalmente a través de Internet – en muchos casos en foros como 4Chan o similares en los que se postea de forma anónima – hace más difícil trazar los contactos y la incipientes estructuras. 
 
Dirección común 
 
“Es realmente llamativo que el movimiento QAnon tenga tanta resonancia en Alemania”, me responde Maik Fielitz, politólogo, investigador y coautor del recientemente publicado “Digitaler Faschismus” (“Fascismo Digital”), un libro que explora el funcionamiento de movimientos autoritarios, xenófobos y antipluralistas en el mundo de las redes sociales e Internet. “Creo que Alemania ya existía un gran potencial entre la población para el pensamiento conspirativo que hasta ahora no tenía una dirección clara. Dentro de ese movimiento encontramos opositores a las vacunas, grupos esotéricos y también Reichsbürger que no contaban con un paraguas común. QAnon les ha ofrecido una dirección conjunta”, analiza Fielitz. 
 
En referencia al concepto de “Fascismo digital”, y además de su propagación en Internet, Fielitz ve en QAnon un elemento común con otras tendencias autoritarias ya existentes: el impulso de deslegitimar estructuras democráticas. “Más allá de las teorías conspirativas sobre la red de pedofilia, su objetivo es fomentar la sensación de que ya no se puede confiar en nadie en la sociedad, de que es necesario retirarse a mundos paralelos y de que ya sólo se puede confiar en informaciones procedentes de determinados influencers y grupos que se autodefinen precisamente a través de su oposición a las corrientes mayoritarias'”, apunta el investigador. “Y eso es lo más peligroso de este movimiento: dentro de él, las personas se insertando poco a poco en un sistema de valores y reglas completamente diferente. Es un movimiento sin jerarquía, sin un líder claro y también imprevisible”.

sábado, 3 de octubre de 2020

Una deuda moral

El gobierno alemán aprobó hace unos días un proyecto de presupuesto para el año que viene que reserva una nueva deuda neta por casi 100.000 millones de euros para ofrecer más apoyo financiero y así amortiguar el impacto económico de la crisis del coronavirus. Con esta propuesta, Alemania se aleja un poco de la imagen que tiene como campeona de la austeridad de Europa. 

Sobre la ambigüedad de la palabra alemana “Schuld” - que significa “deuda” o “culpa” dependiendo del contexto en que se utilice - y su importancia en la historia reciente alemana hablamos en el capítulo 12 y último del podcast que hice con mi amigo Franco Delle Donne para el programa Estación Sur la radio pública Alemana COSMO. Dale al click!