domingo, 10 de septiembre de 2017

Götz Kubitschek: el 'cerebro' de la revolución ultra alemana

“El nacionalsocialismo, más concretamente Auschwitz, se ha convertido en el último mito de un mundo racionalizado al cien por cien. Un mito es una verdad que está más allá de discusión. No necesita justificarse, bien al contrario: el solo atisbo de la duda, presente en la relativización, significa un serio asalto contra el tabú que lo protege. ¿Acaso no se ha amenazado con castigar la 'mentira de Auschwitz' como una especie de blasfemia?” 

Este es uno de los párrafos de Finis Germania, el libro póstumo que el historiador e intelectual alemán Rolf Peter Sieferle dejó escrito antes de suicidarse en septiembre de 2016. Se trata de un breve ensayo de apenas 100 páginas que, como su propio título indica, advierte del ocaso de Alemania como nación. Las razones que ofrece Sieferle en su disertación coinciden con los argumentos ofrecidos por las llamadas Nuevas Derechas alemanas: la migración masiva, los refugiados, la falta de patriotismo, el avance de la multicultaridad en detrimento de la población autóctona y los valores tradicionales alemanes, el presunto antigermanismo, generado por la cultura de la constante revisión de la historia reciente de un país marcado por el nacionalsocialismo y el holocausto, acabarán irremediablemente con Alemania, con su historia, con su cultura. 

“La responsabilidad de los judíos en la crucifixión del mesías no fue reconocida por ellos. Los alemanes, que reconocen su responsabilidad sin piedad, tienen sin embargo que desaparecer de la historia, convertirse en un perpetuo mito para expiar su culpa”, escribe Sieferle en otro párrafo en el que deja meridianamente claro su mensaje: la relativización de los crímenes nacionalsocialistas y el revisionismo histórico marcan un libro que incluso recibió alabanzas por parte de articulistas de la prensa conservadora española

El libro de Sieferle habría sido una simple anécdota, un inadvertido giro ultraderechista de un intelectual alemán durante sus últimos días de vida, si Finis Germania no se hubiera colado de lleno y durante varias semanas de este año en la lista de los títulos más vendidos de la plataforma Amazon en Alemania después de que un crítico literario del referencial semanario Der Spiegel lo incluyese en las recomendaciones editoriales de la publicación. El director de la revista decidió finalmente sacarlo de esa lista y reprender públicamente al articulista. Pero la polémica estaba servida en un país en el que revisionismo histórico quedó excluido del consenso político a raíz del fin de la Segunda Guerra Mundial y desde la misma fundación de la República Federal de Alemania en 1949. Eso parece estar cambiando. 

Götz Kubitschek no duda en calificar el escándalo generado por la obra de Sieferle como todo un éxito de la editorial Antaios, que él mismo dirige desde Schnellroda, un pequeño pueblo situado en el Estado germanooriental de Sajonia-Anhalt. Kubitschek es la gran referencia intelectual de las llamadas Nuevas Derechas alemanas, que tienen al movimiento islamófobo Pegida y al partido Alternativa para Alemania como principales arietes de una relativamente exitosa revolución hipernacionalista e ultraconservadora tras décadas de intentos infructuosos en un país que parecía vacunado contra aventuras ultraderechistas. 

A la pregunta de si la nueva intelectualidad de las llamadas Nuevas Derechas está en disposición de pelear por la hegemonía cultural (y política) de Alemania, Kubitschek responde a este periodista: “Por supuesto. Fíjense en el reciente escándalo generado por el 'caso Sieferle': la reacción del establishment es patética, histérica, de pánico y clínica. Ello me demuestra cuán exitosamente podemos provocar”. El escándalo generado es, en su opinión, la prueba de que el consenso de postguerra alemán muestra grietas. Pegida, AfD y el propio 'caso Sieferle' son sólo síntomas de ello.

¿Quién es Kubitschek? 

La pregunta sobre la biografía de Kubitschek se hace inevitable. Nacido en 1970 en el sur de Alemania, este teniente del ejército alemán en la reserva estudió germanística, geografía y filosofía en Hanóver y Heidelberg. En la década de los noventa fue redactor del semanario Junge Freiheit, referencial en las Nuevas Derechas y considerado actualmente la publicación orgánica de AfD. En el año 2000 funda la editorial Antaios, a partir de la cual comienza a construir un polo intelectual ultraderechista del que hoy forman parte la publicación Sezession o el think tank Institut für Staatspolitik (IfS). Kubitschek es muy cercano a los líderes del ala etnonacionalista de Alternativa para Alemania Björn Höcke y André Poggenburg. 



Kubitschek también tiene conexiones con la plataforma civil Ein Prozent, cuyo objetivo es movilizar al uno por ciento de la población alemana contra la política migratoria de Gobierno de Angela Merkel, así como con el Movimiento Identitario, grupo juvenil que este verano fletó un barco para frenar la migración en el Mediterráneo en un intento de “defender Europa”. 

Para Kubitschek, el objetivo de este polo intelectual ultraderechista es claro: “Las Nuevas Derechas son un cuestionamiento fundamental de la hegemonía cultural de la izquierda”, declara. Esta revolución neoconservadora e hipernacionalista asume curiosamente una premisa teórica acuñada por el intelectual marxista italiano Antonio Gramsci: sólo desde la hegemonía cultural se pueden alcanzar mayorías sociales y políticas. 

Entre otros conceptos, Kubitschek defiende el “etnopluralismo”, que intenta recuperar el patriotismo alemán apartándose de los clásicos postulados nazis que defienden la superioridad racial aria: “Este concepto se basa en el convencimiento de que la diversidad del mundo se fundamenta en la diversidad de sus pueblos y de que no puede haber superioridad de unos pueblos sobre otros, sino más bien una igualdad de derechos y un aprecio fundamental, siempre y cuando los pueblos defiendan y desarrollen su cultura, permanezcan en sus espacios y respeten a sus vecinos”, contesta Kubitschek en un cuidado y elegante alemán. “Al fin y al cabo, el etnopluralismo es un concepto defensivo, un concepto humilde y moderado para un pueblo y un continente que están envejeciendo. Los pueblos jóvenes, dinámicos y expansivos no se comportan de forma etnopluralista, y Europa obviamente tampoco se comportó de manera etnopluralista en su fase de superioridad y expansión”.

AfD como última oportunidad 

El tiempo se agota para Alemania. Es el profundo convencimiento de los integrantes de las Nuevas Derechas, especialmente de aquellos que rechazan el concepto moderno de ciudadanía y defienden en su lugar la pertenencia a una nación por derecho sanguíneo. El partido AfD es visto de alguna manera por Kubitschek y otras figuras destacadas de las Nuevas Derechas como la última oportunidad para frenar el ocaso de Alemania y preservar el pueblo alemán, precisamente el mensaje que trajo consigo la obra de Sieferle Finis Germania. AfD supone para ellos un cambio de paradigma en el tablero político alemán. “AfD es la prueba político-partidaria de ese cambio de paradigma, no el inicio del mismo”, asegura Kubitschek. “AfD tiene ante sí un camino duro, tiene que sostenerse en la industria política y comportarse como un partido. Y efectivamente, se nos hace tarde. Si AfD fracasase, no sería posible hacer mucho más a través de vías político-partidarias”. 

Es especialmente llamativo que en un país como Alemania, cuyos indicadores macroeconómicos apuntan a una buena salud estructutal, un partido ultraderechista como AfD esté luchando por convertirse en la tercera fuerza del arco parlamentario. Así lo apuntan las encuestas de intención de voto. De no haber sorpresas de última hora, el Bundestag contará a partir del próximo 24 de septiembre, fecha de las elecciones federales, con una bancada ultraderechista en sus entrañas, algo inédito en la historia reciente del país. Un fenómeno al que ha contribuido, sin lugar a dudas, la lucha por la hegemonía cultural protagonizada durante la última década por Kubitschek y los suyos. 

Un reciente informe de la fundación Hans-Böckler, dependiente de la principal central sindical de Alemania, indica los motivos que llevarán previsiblemente a un par de millones de alemanes a votar por AfD en las próximas elecciones federales: la mayoría de votantes del partido ultra, perteneciente a la clase media del país, asegura contar con una buena situación económica; sin embargo, comparten un común denominador: tienen miedo al futuro, son pesimistas militantes. Si Alemania continúa por la senda actual, creen, el país se precipitará irremediablemente al precipicio, a la Finis Germania.

Para responder a la pregunta de hasta qué punto el pueblo alemán está realmente en peligro, Götz Kubitschek recupera un cita del siglo pasado del intelectual ultraconservador alemán Carl Schmitt: “El hecho de que un pueblo no tenga la fuerza o la voluntad de mantenerse en la esfera de los político no significa que la política desaparezca del mundo. Sólo desaparece un pueblo débil”. Un párrafo que contextualiza el actual miedo reinante en un segmento nada despreciable del electorado alemán.

Reportaje publicado en El Confidencial.