domingo, 1 de marzo de 2015

Crecimiento y pobreza: realidades paralelas en Alemania

“Es una muy buena noticia que en Alemania la cifra de personas con trabajo sea tan alta como nunca antes”. Esta fue una de las frases que la canciller Angela Merkel pronunció durante su último discurso de Fin de Año. Una cifra, sin duda, irrebatible: las estadísticas oficiales de desempleo hace hace años que vienen reduciéndose en la locomotora económica europea.

El pasado jueves la Agencia Federal de Empleo comunicó que el paro cayó en febrero una décima respecto al mes anterior, situándose en el 6,9 por ciento. Actualmente, algo más de tres millones de personas no tienen trabajo en Alemania. Una cifra con la que economías periféricas como la española o la griega sólo pueden soñar. 

No obstante, el cuadro macroeconómico germano es bastante más complicado de lo que parece a primera vista. Para entender la evolución socioecónomica que ha experimentado el país más poblado y rico del Viejo Continente durante los últimos años, es necesario ir más allá de las cifras oficiales de desempleo y de la evolución del Producto Interior Bruto. Si no, es imposible entender este otro dato: la cuota de pobreza en Alemania alcanzó en 2013 una cifra récord. Un 15,5 por ciento de la población ingresa menos del 60 por ciento del salario medio del país. Ello la convierte en técnicamente en pobre. 

Es la conclusión a la que llega el reciente informe «Die zerklüftete Republik» («La república dividida»), elaborado por Der päritatische Gesamtverband (La Asociación Paritaria), una organización apartidista y no gubernamental que congrega a más de 10.000 asociaciones y centros de ayuda para la población más necesitada del país. 

“Los afectados por la pobreza son sobre todo desempleados, madres solteras y padres solteros, y niños. Cuando la gran mayoría de los parados, es decir el 59 por ciento, y más del 40 por ciento de todos los padres y madres solteras viven en la pobreza, entonces es que algo ha dejado de funcionar en nuestro Estado social”, apunta el informe, que establece la línea de riesgo de pobreza en Alemania en 892 euros mensuales para el presupuesto mensual de un soltero, y en 1873 euros para el de una familia de cuatro miembros, dos de ellos menores. 

Agenda 2010 

Uno de los datos que más llama la atención es el crecimiento paralelo que han experimentado durante los últimos años la economía alemana y la tasa de pobreza. Desde la última gran recesión que vivió la economía mundial en 2009, y que la locomotora europea y sus exportaciones sufrieron considerablemente, el PIB de Alemania ha crecido de manera constante. Sin embargo, también lo han hecho los segmentos de población pobres o en riesgo de exclusión social.


Pobreza ("Armut") y PIB ("Wirtschaftsentwicklung") crecen de manera paralela en Alemania.

“Para entender esta situación hay que remontarse al último Gobierno rojiverde del excanciller Schröder y las reformas que introdujo bajo el nombre de la Agenda 2010”, dice al teléfono Christian Woltering, coautor del informe «La república dividida». “Si bien es cierto que reformas como la unificación y simplificación de las ayudas sociales eran necesarias”, asegura Woltering, “esa reforma se hizo siempre a la baja, de manera que la racionalización de las ayudas sociales se convirtió en un recorte de facto”.

Woltering se refiere a las reformas del sistema social y del mercado laboral introducidas entre 2003 y 2005 por el último Gobierno de coalición del SPD y Los Verdes. El entonces canciller socialdemócrata, Gerhard Schröder, apostó por unas reformas económicas de claro corte neoliberal para aumentar la competitividad de la economía germana en un mundo ferozmente globalizado. A la vista de los datos macroeconómicos que ofrece hoy Alemania, esas reformas tuvieron el efecto deseado, pero también un enorme precio social que ahora queda patente en unas cifras de pobreza difícilmente comprensibles en un país desarrollado. 

Trabajador pobre 

Otra de las estadísticas que llama enormemente la atención es que mientras el desempleo baja en Alemania, la tasa de pobreza alcanza cotas récord. Es lo que los economistas califican como el fenómeno de “working poor” (“trabajador pobre”). “Ello hace referencia al creciente número de personas empleadas en el sector precario y en trabajos temporales cuyos salarios son insuficientes para salir de la pobreza”, especifica Woltering. 

Como apunta un artículo de la Fundación Hans-Böckler (dependiente de la Federación Alemana de Sindicatos, DGB), el número de personas con trabajo en Alemania que malvive de un salario insuficiente creció de los 2,2 millones en 1996 hasta superar los tres millones de personas en 2013. Ello supone un aumento del 6,2 al 7,8 por ciento del total de la población activa del país. 

Ese crecimiento del Prekariat (trabajadores precarios), además de un evidente impacto socioeconómico que explica el crecimiento paralelo de empleo y pobreza, tiene una doble consecuencia a medio plazo debido a las crecientes bajas cotizaciones sociales: “Por una parte, cada vez menos asalariados tienen derecho al seguro de desempleo. Y por otra, la cifra media de ayuda que reciben los parados alemanes se reduce tanto por el débil avance salarial como por el creciente sector de empleos temporales”, asegura Eric Seils, del Instituto de Investigación Económica y Social (SWI), cercano a las grandes centrales sindicales germanas. 

A la pregunta de si la creación de puestos de trabajo sirve para combatir automáticamente la pobreza y la exclusión social, como muchos aseguran en los países europeos más afectados por la crisis, Seils responde: “Desde 2004, Alemania ha experimentado un crecimiento del empleo y también del número de trabajadores pobres. Al mismo tiempo, el porcentaje de gente viviendo en hogares que sufren el desempleo se ha mantenido más o menos estable. Por tanto, lo que Europa necesita no es simplemente crear empleo, sino puestos de trabajo de los que se pueda vivir”. 

Dos mercados laborales 

Tras la introducción de las reformas de la Agenda 2010 ahora hace una década, los sucesivos Gobiernos federales (formados por coaliciones entre socialdemócratas y verdes, conservadores y liberales, y conservadores y socialdemócratas) han abrazado políticas económicas de evidente corte neoliberal. El Estado alemán se ha retirado así de su tradicional papel de redistribuidor lo que ha permitido que la concentración de la riqueza, al igual que los índices pobreza, haya alcanzado cotas récord. 

Alemania ha vivido durante los últimos años un fenómeno que el informe «La república dividida» bautiza como “política laboral de dos clases”: mientras los sectores laborales con tradición sindical y capacidad de negociación colectiva mantienen una protección social (seguro de desempleo, cotizaciones considerables y construcción de una jubilación digna, valores clásicos del modelo alemán conocido como “Economía Social de Mercado”), los sectores menos sindicados y más desprotegidos reciben sueldos bajos y sufren condiciones laborales precarias marcadas por una alta flexibilidad y temporalidad. 

La reciente introducción de un salario mínimo interprofesional (hasta ahora inexistente en Alemania) de 8,50 euros la hora, por iniciativa de los socialdemócratas, debería servir para combatir el fenómeno del “trabajador pobre”. La Asociación Paritaria celebra la introducción del salario mínimo que, sin embargo, considera insuficiente. Un salario de 11,50 euros la hora serviría realmente para combatir la pobreza trabajadora, según su informe. 

Pese a ese salario mínimo, el investigador Eric Seils advierte: “El trabajo pobre ha aumentado especialmente entre los asalariados con contrato fijo. Se puede decir, por tanto, que el fenómeno del 'trabajador pobre' ya afecta a todo el espectro del mercado laboral alemán”. Atendiendo a la crisis demográfica que sufre Alemania, si esa tendencia al alza del sector precario y sus correspondientes débiles cotizaciones se mantienen, en un futuro no muy lejano la locomotora europea tendrá un grave problema de pobreza en la tercera edad cuyos efectos ya se empiezan a percibir en las calles de las grandes ciudades del país.

Artículo publicado en el diario ABC. En este enlace se puede acceder al PDF: 
tinyurl.com/mfvuprx

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