miércoles, 30 de diciembre de 2009

Danzad malditos, danzad...

Romper el silencio traído por estas fechas que nos obligan a celebrar, de las que no se escapa nadie porque la navidad es ya una obligación global y globalizada. Es lo que hago con este post: mientras Berlín se viste con el blanco de la nieve y las tiendas se llenan de gentes ávidas de consumir amistad y cercanía, en el subsuelo de la ciudad bullen danzas liberadoras, aunque ésa sea una libertad con una inevitable fecha de caducidad: la llegada de la luz del día.

Ayer tuve la oportunidad de visitar un club subterráneo y con un reconfortante sabor underground del que había oído hablar pero en el que nunca había tenido la oportunidad de estar. El Icon Club, en Prenzlauerberg, es centro de la escena de drum and bass berlinés, aunque no sólo, donde pincha habitualmente una ilustre figura del jungle británico Dj Bailey. Ayer una sesión electrónica, con momentos que rayaron con el bakalao de los salvajes años 90 valencianos, nos arrancacó las pocas fuerzas que nos quedaban y nos llenó de vida. Ahí va un retazo de Adamm Supersonic:


jueves, 10 de diciembre de 2009

'Urban Exploration': disfruta del regenerador abandono...



La catástrofe, la destrucción tienen un carácter ciertamente regenerador. Acabar con todo y dejar los espacios creados por el hombre de la mano del abandono absoluto significa, en cierto modo, comenzar de nuevo, reiniciar desde bien abajo para, quizá, construir mejor y más justamente. De ahí el atractivo que presentan los paisajes urbanos de esencia postapocalíptica y postindustrial, o, como escribe la autora del blog modersohn-magazin.de, "el mórbido encanto" del espacio víctima del olvido.

Berlín es, obviamente, un paraíso para aquéllos que persiguen esa extrañamente reconfortante sensación de encontrase en medio de la nada. Tras el derrumbamiento del Estado que controlaba y ponía orden en la mitad Este de la ciudad, buena parte de las fábricas y edificios levantados por la entidad socialista quedaron vacíos, a merced de la fuerza remodeladora del viento y plantas que crecen por entre las grietas urbanas. Berlín es, en definitiva, una capital perfecta para practicar el llamado "urban exploration". En la capital alemana hay, al menos, una comunidad que practica esa disciplina: es decir, la de adentrarse por caminos abiertos hace décadas en las entrañas de la ciudad, ahora ocupados por la maleza del abandono.

La cosa funciona así: las convocatorias se organizan a través de foros sin que los participantes en las excursiones se conozcan de antemano. Suelen comenzar bien temprano, sobre las seis o siete de la mañana y hay que bien abrigado, con ropa oscura, calzado firme y, a veces, con un pasamontañas a mano. La entrada a algunos de los lugares es ilegal, con lo que conviene evitar ser reconocidos. Personalmente, no iría solo si es la primera vez que entras en contacto con un colectivo de “urban explorers”. Nunca sabes a quién te puedes encontrar. ¿El objetivo de los adentramientos?: documentar el estado de los lugares olvidados por la civilización, y saborear su catastrófica belleza.

Recientemente, el referencial y sensato Frankfurter Allgemeine Zeitung se permitía la libertad de publicar un relativamente extenso artículo al fenómeno. Dando voz a uno de los protagonistas de la historia, la periodista transcribía: "Take nothing but pictures and leave nothing but footprints". Al fin y al cabo, aquí se trata de disfrutar de los rincones olvidados de la historia y de dejar que el abandono siga regenerando las ruinas del fracaso.

P.D: las fotos que encabezan este post han sido extraídas sin permiso previo del siguiente enlace.

martes, 1 de diciembre de 2009

Sobre la intrahistoria hondureña...

"Los periódicos nada dicen de la vida silenciosa de los millones de hombres sin historia que a todas horas del día y en todos los países del globo se levantan a una hora del sol y van a sus campos a proseguir la oscura silenciosa labor cotidiana y eterna, esa labor que como la de las madréporas suboceánicas echa las bases sobre que se alzan los islotes de la historia. Sobre el silencio augusto, decía, se apoya y vive el sonido; sobre la inmensa humanidad silenciosa se levantan los que meten bulla en la historia. Esa vida intrahistórica, silenciosa y continua como el fondo mismo del mar, es la sustancia del progreso, la verdadera tradición, la tradición eterna, no la tradición mentira que suele ir a buscar el pasado enterreado en libros y papeles, y monumentos, y piedras"

Son palabras extraídas de la obra de Miguel de Unamuno En torno al casticismo, palabras escritas en el siglo XIX pero que emanan una contemporaneidad absoluta. Y que engarzan a la perfección con la lógica de funcionamiento de los medios de comunicación de masas a inicios del siglo XXI. Y es que parece que la realidad mediática va por un lado y la real, la de a ras de suelo, va por otro. No es de otra manera en el caso de Honduras y sus recientes elecciones calificadas de democráticas por no pocos grupos de interés hondureños y extranjeros que defienden intereses propios ajenos a la democracia y a golpe de manipulación y mentira.

Las elecciones del pasado domingo ganadas por el candidato nacionalista-conservador Porfirio Lobo cumplieron con todos los cánones democráticos dignos de cualquier democracia que se precie, nos dicen machaconamente desde diferentes púlpitos ideológicos. Tan machaconamente que es inevitable pensar todo lo contrario. Más teniendo en cuenta que esas elecciones nacen de un golpe de Estado contra un presidente democráticamente elegido (Manuel Zelaya), y que los principales candidatos son (curiosamente) liberal-conservadores.

Los golpistas alegan que el golpe de Estado fue para salvar la democracia. Ello supone un peligroso precedente en América Latina: ¿quién decidirá entonces cómo y cuándo una democracia ha de ser puesta a salvo a golpe de golpe de Estado? ¿Quién nos protege de la dictocracia? ¿También habrían reconocido las elecciones los Estados Unidos si en lugar de Zelaya hubiese sido el presidente colombiano Uribe el que hubiese sido sacado a la fuerza, con nocturnidad y alevosía del poder? Son preguntas que provocan más preguntas, y que desasosiegan.

Mientras nos intentan vender que la democracia hondureña está a salvo, la intrahistoria hondureña, como dice Unamuno, el auténtico substrato del país centroamericano sigue su curso alejado de los focos lanzados por los grandes medios de comunicación sobre las zonas que interesa alumbrar. En esa intrahistoria, en las tripas de la Historia (con mayúscula), mientras la democracia está guardada a cal y canto, quedan impunes las más flagrantes violaciones de los derechos humanos. Un ejemplo: una compañera hondureña me pasa un escalofriante testimonio de una mujer antimicheletista violada por la policía hondureña.


Son retazos de la intrahistoria que no interesa: ni a los medios de comunicación ni a los salvadores de la democracia.

miércoles, 25 de noviembre de 2009

Adiós a la Brunnen 183...



Ayer a las tres de la madrugada pasé en bicicleta por delante de la Brunnenstrasse 183, el lugar donde se encontraba uno de los últimos edificios okupados de Berlín. Varios camiones de la policía bloqueaban la entrada y se veía mucho movimiento policial por Rosenthaler Platz y cercanías. Pensé que se estaba preparando el desalojo de la casa, sin saber que el desalojo ya se había consumado.

Sobre las tres de la tarde de ayer nada más y nada menos que 600 policías procedieron a desalojar a los alrededor de 35 personas que mantenían con vida el centro social okupado y la Umsonstladen situada en sus bajos. Antes, la policía había cortado la Brunnenstrasse entre Rosenthaler Platz y la Invalidenstrasse, y no dejó circular a los ciudadanos berlineses por ese tramo de la calle por temor a "posibles desórdenes", según los diarios berlineses. Todo un detalle en pos de la seguridad ciudadana en estos tiempos de inseguridades (económicas y laborales) que nos atraviesan.

Mentiría si dijese que me sorprende el desalojo: un edificio de cuatro plantas situado en el corazón del distrito de Mitte es demasiado suculento para los poderes especulativos y gentrificadores que acechan sin prisa pero sin pausa al Berlín real, al que mancha y mantiene en vida a la ciudad y sus habitantes. Sin embargo, siempre pensé que resistiría más tiempo. Lamentablemente, me equivoqué.

La historia de la Brunnen 183 comienza en los salvajes 90 berlineses, poco después de la caída del muro. Okupada y mantenida hasta ahora con relativo éxito, contenía en su interior un bar, un teatro así como la ya mencionada Umsonstladen en sus bajos: una tienda en la que no hacía falta tener dinero para consumir: podías entrar, coger lo que necesitases y dejar lo que ya no usases por el módico precio de 0 euros. Un proyecto de confrontación directa y activa a la sociedad de extremo consumismo en la que vivimos. Ironías de la vida: incluso el alcalde de la ciudad, Klaus Wowereit, visitó en su día el proyecto y le dió su apoyo. Parece que sirvió de poco.

Al Berlín postokupado lo están cercando cada vez más. El turismo de masas en busca de aventuras urbanas me recuerda cada vez más al turismo de sangría-multikulti que sufre en sus carnes la Barcelona que nos robaron. Tengo las esperanzas puestas en el espacio libre que sigue atesorando esta urbanísticamente caótica capital. Nichos donde nacen y renacen espacios como el Karmanoia 2.0. ¿Creíais que estabámos muertos? Pues venid a rematarnos...



P.D: mañana hay convocada una manifestación de protesta por el desalojo. Más info, aquí.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

"Wir sind ein Volk. Und ihr seid ein anderes"

Sólo es un cartel, pero ya ha arrancado espacio en algunos diarios locales. En el gentrificado y echado a perder distrito de Prenzlauer Berg aparecieron antes de los fastuosos festejos por los veinte años de la reunificación alemana unos pósters que despertaron la curiosidad de periodistas y vecinos, y seguramente el enojo de los muchos wessis (alemanes occidentales) que se han ido instalando y apropiándose de ese barrio oriental durante los últimos veinte años.

"Nosotros somos un pueblo. Y vosotros sois otro. Berlín Este. 9 de noviembre de 2009", rezaban los carteles pegados a diestro y siniestro por el barrio. Con todas las celebraciones y lo que caía en forma de lluvia y concentración mediática sobre la capital alemana, los medios o bien no tuvieron espacio para la anécdota, o bien no quisieron correr el riesgo de que la anécdota pudiera empañar la fastuosidad de los festejos.

Es evidente que los carteles son idea y obra de ossis (alemanes orientales) que no están tan contentos ni observan con tanto triunfalismo el resultado de la reunificación de Alemania a veinte años vista. Porque fue una reunificación, ¿no? ¿O más bien fue una apropiación a golpe de terapia económica de shock con la privatización exprés como receta fundamental?

Sea como fuere, una parte cada vez menos residual de la sociedad alemana oriental (echad un vistazo a los resultados de Die Linke en Alemania del Este en las últimas elecciones federales) parece preguntarse si no fue que les engañaron, y se preguntan una y otra vez: "¿Dónde estarán los prosperos paisajes que nos prometieron?"


lunes, 9 de noviembre de 2009

El muro económico (y psicológico) sigue en pie

Hoy se cumplen 20 años de la caída del muro de Berlín. Una fecha redonda en la historia de la reunificación alemana que ha sido utilizada para ejemplificar la posibilidad de reconciliación de pueblos divididos. Sin embargo, no todos son luces en esa historia; también hay sombras, sobre todo en el campo económico. Es cierto que el muro físico de Berlín y la frontera interior alemana desaparecieron hace 20 años. Sin embargo, la división psicológica y, sobre todo, la económica siguen marcando una clara línea entre la Alemania oriental y la occidental.

Esa división quedó patente en los resultados de las últimas elecciones generales celebradas el pasado 27 de septiembre. Unos comicios que ganó la coalición conservadora de la CDU-CSU. También en el Este de Alemania, con el 29,5% de los sufragios, pero seguida muy cerca por el partido de La Izquierda, que consiguió el 26,4%.

La Izquierda, partido fundado en 2007, aglutina a socialdemócratas desencantados procedentes del SPD y a miembros del poscomunista PDS, heredero del SED (partido gobernante en la dictadura socialista de la desaparecida República Democrática Alemana). Es incluso sabido que algunos de los miembros de la dirección de la joven formación fueron colaboradores informales de la Stasi, la temida policía política de la RDA. Sin embargo, no parece que eso moleste a aquéllos de sus votantes que sufrieron la falta de libertades bajo el régimen del SED. Y es que no todo ha sido tan bonito como lo pintó el canciller Helmut Kohl antes de consumarse la reunificación, consideran actualmente muchos alemanes orientales que han vivido en ambos sistemas.

Una mirada a los datos comparativos entre ambas Alemanias deja patente que ni las perspectivas más optimistas ni las más pesimistas sobre la realidad económica oriental son acertadas. El cuadro es más complejo que esas miradas reduccionistas, deja claro que muchas dimensiones socioeconómicas de la Alemania oriental han mejorado con respecto a 1989, pero también que sus ciudadanos no han visto cumplidas muchas de las expectativas con las que abrazaron la reunificación.

Así lo demuestra el informe Alemania del Este: mucho conseguido, mucho por hacer recientemente publicado por el IFO (Instituto de Investigación Económica). En él, el economista Joachim Ragnitz compara los principales indicadores económicos de ambas Alemanias. Ragnitz subraya dos puntos positivos en el proceso de reconstrucción oriental: el nivel de bienestar material de los alemanes del Este ha mejorado considerablemente durante los últimos veinte años. De esta forma, han aumentado los salarios, han mejorado las condiciones de las viviendas, así como la variedad y la calidad de productos de consumo existentes en el mercado. Además, también ha mejorado la situación del medioambiente y de las infraestructuras.

Pese a todos esos avances que permiten afirmar que Alemania oriental es la región que más ha avanzado en lo material entre los países postsocialistas del centro y Este de Europa, las diferencias en el campo económico continuan siendo notables. Es el caso del PIB per cápita, que sique siendo en Alemania oriental más de un 20% menor que en la occidental. Después de su fuerte crecimiento tras la reunificación y hasta 1997, el PIB oriental prácticamente no ha variado desde entonces (con un aumento de apenas del 4% desde el año 2000).

La productividad también deja patente que la economía oriental se mantiene unos cuantos escalones por debajo: está en un 76% con respecto a la capacidad productiva occidental. Ello se refleja, sobre todo, en la escasa presencia de sedes de grandes empresas, lo que tiene como consecuencia una menor orientación exportadora de la economía oriental, cuyas exportaciones sólo suponen un 46% de las occidentales.

Todos estos factores que hacen que la economía oriental sea más débil tienen consecuentemente efectos tanto en los niveles de empleo como en los de la renta disponible: el paro sigue siendo dos veces más alto en el Este, donde hay más de un millón de desempleados (el 12% de la población activa). Ello, sumado a la buena educación recibida por las nuevas generaciones, está provocando un transvase demográfico continuado del Este al Oeste. En cuanto a la renta disponible, la oriental sigue más de un 20% por debajo de la occidental, y ello pese al sistema de impuestos redistributivo (el impuesto sobre la renta oriental es, por ejemplo, casi un 50% más bajo que el occidental).

Perspectivas

Además de la pésima situación de la economía de la RDA, que se encontraba al borde de la insolvencia antes de su hundimiento, el informe del IFO apunta a la rapidez con que se introdujo la economía social de mercado y la privatización de las empresas estatales orientales. Esa privatización se llevó a cabo antes de realizar las inversiones de saneamiento pertinentes para que las empresas orientales partieran de un nivel competitivo similar a las occidentales.

El Informe Anual del Gobierno federal sobre el estado de la unidad alemana establece como objetivo igualar el nivel económico de los Estados alemanes orientales con el de los Estados occidentales más pobres antes de 2020. Un objetivo que el economista Ragnitz considera irrealista si el Gobierno federal no realiza las inversiones necesarias para que la economía oriental alcance la autonomía suficiente que le permita crecer sin necesidad de las ayudas procedentes de los impuestos pagados por los contribuyentes del resto de Alemania. De no alcanzar ese objetivo, el partido de La Izquierda mejorará muy probablemente sus resultados electorales, y tal vez no sólo en Alemania oriental.

viernes, 6 de noviembre de 2009

Latinale '09: resistencia poética
















Esta crisis (creada) es implacable y se lo lleva casi todo por delante (que le pregunten a los de ese cadáver exquisito de Soitu.es). Casi todo. Como en todas partes, también en Berlín hay resistencias. En este caso, una resistencia poética-creativa. Se llama Latinale, el festival de poesía latinoamericana de la capital alemana, que este año celebra, si no me equivoco, su cuarta edición. Contra vientos y mareas críticas y económicas.

Ayer tuve la oportunidad de acudir a una sugestiva lectura de poemas en el Instituto Cervantes de Berlín, esa institución total que a veces resulta tan ajena a la plebe hispanohablante berlinesa. En su sala de conferencias pudimos ver a la argentina María Medrano, con su proyecto de poesía penitenciaria Yo no fui; a la boliviana Rery Maldonado, con su poesía de barrio en "bolikreuzbergriano"; al expresivo y mexicano Hernán Bravo-Varela, con sus relatos poéticos; y, por fin, al cubano Antonio José Ponte que, por boca del uruguayo Gabriel Calderón, nos dejó frases tan dolorosas como "los habitantes de las ruinas también son ruinas" o "la ruina se lleva por dentro, como el luto, como la tristeza". Frases que duelen a los que estiman la isla y su gente.

La sesión la cerró la música de Liza Casullo. Aterciopelado ritmo pop con toques folk y destellos punk. Una tarde deliciosa. Esta noche, más.

jueves, 5 de noviembre de 2009

Tres recomendaciones...

Me llegó por correo, y la información, a través del programa de Radio 3 Carne cruda. Me refiero al libro del periodista catalán David Fernàndez Crónicas del 6 y otros trapos sucios de la cloaca policial. Un libro que podría ser perfectamente una novela negra, pero que, lamentablemente, describe las prácticas de guerra sucia de baja intensidad y de acoso a los movimientos sociales y las disidencias políticas utilizados por el Estado español en el año 2009, y que nos ofrece un cuadro lamentable del periodismo practicado por los medios de comunicación de masas españoles. De esa España de la Unión Europea y los casi cuatro millones de parados (y subiendo).

La tortura existe en esa España. No lo dicen los etarras, sino organizaciones tan poco susceptibles de ser proabertzales como Amnistía Internacional y Human Rights Watch, o el Relator contra la Tortura de la ONU en sus informes periódicos. Como dijo en su día el que fuera relator Theo Van Bomen, "la tortura en España no es sistemática, pero tampoco esporádica". Aquí huele a que si te enfrentas al sistema existente con activismo político y sin violencia, te pueden aplicar con total tranquilidad la estrategia de lucha antiterrorista (detención ilegal, incomunicación, torturas y, si hay mala suerte, muerte "accidental"), delitos que a la larga seguramente acabarán quedando impunes. Y si eres pobre o inmigrante sin papeles, y caes en manos de la policía, seguramente correrás peor suerte. Sí, no estamos hablando de la dictadura socialista de República Democrática Alemana del siglo XX, sino de la España democrática postransición del siglo XXI.

Quizá cueste de creer, pero sólo hace falta informarse un poco, rascar en los informes y documentación acumulada, para darse cuenta de que las denuncias no son ningún invento. Pero la realidad oficial se acaba imponiendo. Eso sí, cada vez con menos fuerza.

Después de las reseñas de un (excelente y atrevido) programa de radio y un (escalofriante) libro-reportaje, os dejo una tercera recomendación: si eres español y lo suficientemente crítico como para activarte políticamente contra el sistema actualmente dominante, piénsatelo dos veces. Y si no te lo crees, léete "Crónicas del 6...". Te echarás a temblar.

jueves, 29 de octubre de 2009

Segundos que se convirtieron en historia



Es conocido como el fotógrafo del hundimiento del socialismo. Hablo de Harald Schmitt, fotoperiodista de raza de la revista alemana Stern que sigue en activo. Con 61 años, está en la recta final de su carrera. Una carrera que revela que estamos ante un periodista sistemático, de cuyo amor a su trabajo nace una obra de auténtico valor documental, que de aquí a unos años cobrará mucho más valor del que ahora se le da.

Ayer tuve la oportunidad de hablar con él. Fue por teléfono, y pese a la lejanía física, la conversación fue agradable, distendida y cálida. Una pena no haber podido entrevistarlo en persona. Seguro que se me habrían ocurrido muchas más preguntas sobre su experiencia a través del extinto universo socialista. Desde finales de los 70 hasta mediado de los 80, Schmitt estuvo en la RDA, Polonia, Letonia, Estonia, Lituania, Checoslovaquia, Rusia, China...

De todos esos viajes con la cámara a cuesta salieron fotos de incalculable valor histórico- documental, como el derrocamiento de Gorvachov, el fin del régimen socialista checoslovaco o el levantamiento del movimiento Solidarsnoc en Polonia. Con motivo de la celebración de los 20 años de la caída del muro, el museo Martin Gropius-Bau acoge la exposición "Segundos que se convirtieron en historia", que recoge más de 100 imágenes sobre su trabajo en medio del proceso del derrumbamiento del sistema socialista.

Schmitt ve actualmente el fotoperiodismo, en concreto, y el periodismo, en general, en una situación "muy difícil". Comienzo a pensar que la crisis es la coartada perfecta que el poder está utilizando para amordazar un poco más (aún) a los medios y periodistas. La libertad de prensa e información es así cada vez más estrecha. Si esa crisis lo permite, pronto tendréis la entrevista en algún medio impreso. O quizá no.

jueves, 22 de octubre de 2009

"Un inteso trabajo lobbístico nos intenta hacer creer que la situación en los territorios ocupados palestinos es de color de rosa"



A la espera de la respuesta de la censura directa, antisistema e ideológicamente dogmática, os dejo con una entrevista que tuve la oportunidad de hacer durante mi visita a Oriente Próximo: una mirada a una realidad mucho más complicada de lo que se piensa y parece. Entrevista que engarza bastante bien con el documental Checkpoint de Yoav Shamir y que demuestra que hace falta más gente como Mikhael Manekin a ambos lados de la trinchera para conseguir la reconciliación y la justicia en Oriente Próximo.

----------------------------------------------------------

Mikhael Manekin tiene 30 años. Vive en Jerusalén con su mujer y su hija, y ha sido uno de los directores de la asociación Breaking the silence durante los últimos cuatro años. Fue teniente del ejército israelí entre 1999 y 2002 en el sur del Líbano y Cisjordania (Nablús y Jenín), donde tenía 30 soldados bajo su mando. Breaking the silence es una ONG creada y mantenida por ex soldados israelíes que sirvieron en los territorios ocupados palestinos o en guerras contra países árabes del entorno de Israel. La asociación se encarga de recopilar testimonios de soldados (hasta ahora alrededor de 700) sobre prácticas inmorales del Ejército israelí, sobre atropellos de los derechos humanos, e intenta así sensibilizar a la sociedad israelí. Una sociedad militarizada, donde el servicio militar obligatorio es de tres años para los varones y de dos para las mujeres. Una sociedad donde todo el pueblo forma parte del Ejército como reservista.

¿Por qué decidiste entrar en el proyecto de Breaking the silence?

Después de cuatro años en el Ejército, ya no podía más. Ya no quería entrar en combate. Me alisté al Ejército israelí porque socialmente está considerado como una buena escuela. Crecí en el Jerusalén de los años 90, en el que había ataques suicidas constantemente. La línea de autobús que cogía para ir al colegio, por ejemplo, fue objetivo de atentados suicidas en dos ocasiones. Tenías la sensación de que podías ser víctima de un atentado en cualquier momento. La primera fase de mi servicio militar la cumplí en el sur del Líbano, cuando todavía estaba ocupado por Israel. Allí no me asaltaron debates morales. Tenía 19 años, me ofrecieron servir allí. Simplemente me lo tomé como algo que podía hacer mi servicio militar más interesante. La gran diferencia entre Cisjordania y el sur del Líbano, es que el Líbano controlábamos territorio, pero no personas. No teníamos contacto alguno con la población local, mientras que en Cisjordania sí. Allí no había ni checkpoints ni teníamos que irrumpir durante la noche en casas de palestinos para hacer detenciones. En 2000 entré en la academia militar para convertirme en teniente. Lo conseguí y me enviaron con una unidad a Nablús, Cisjordania. Ésa fue la primera vez que me di cuenta de lo que significa la ocupación.

¿Te diste cuenta entonces que tu trabajo no era luchar contra el terrorismo si no controlar a la población palestina?

Nunca hice un análisis político de mi experiencia durante mi servicio. Simplemente me di cuenta de que no me sentía bien con lo que hacía. Teníamos que controlar a la población palestina y hacer de su vida un camino miserable. De ahí nació la idea de crear Breaking the silence, razón de ser de la organización todavía hoy en día: los israelíes no sabemos realmente lo que está ocurriendo en los territorios ocupados palestinos. Y te digo esto teniendo en cuenta que durante mi servicio en Cisjordania los palestinos que disparaban contra mi no eran precisamente pacifistas. Con todo, éramos conscientes, por una parte, de que los palestinos estaban formándose una idea errónea de los israelíes a causa de nuestra ocupación. Por otra parte, me di cuenta de lo que significa vivir bajo una ocupación. Te pongo un ejemplo muy claro: muchos israelíes creen que sólo hay checkpoints en la en la frontera con Cisjordania, pero en realidad hay ciento y cientos de checkpoints repartidos por todo el territorio.

Cuando pasas por la experiencia de pasar por un checkpoint, uno tiene la sensación de que los soldados humillan a los palestinos para mantenerlos apagados, sin capacidad de reacción o levantamiento...

Puede que en ocasiones sea así. De todas maneras, el checkpoint es ya de por sí humillante, dejando de lado si la humillación es un objetivo en sí mismo. Piensa que soldados que no llegan a los 20 años deciden a diario si una persona que les dobla en edad puede ir a trabajar o no. No creo que sea un problema de los soldados. Creo que la mayoría de ellos intenta hacer su trabajo de la mejor manera posible. Creo que el problema viene de la política militar aplicada por el Estado de Israel, en poner tanto poder en manos de soldados tan jóvenes. El objetivo de la organización es fundamentalmente informar sobre esa situación y denunciarla, e intentar educar al soldado y hacerle reflexionar, así como a la sociedad israelí. Lamentablemente, parece que la voz de un soldado tiene más credibilidad para la ciudadanía israelí que la de un palestino.

¿Por qué crees que Israel actúa como actúa en Cisjordania?

No creo que los soldados israelís puedan tratar mejor a los palestinos mientras haya asentamientos judíos alrededor Ramala o en el corazón de Hebrón. Por eso digo que no creo que el problema sea militar, sino de caráter político, de aquella estrategia política que decide mantener los asentamientos en los territorios palestinos. Nosotros no tenemos una solución política específica, pero al menos informamos a la gente de que la situación en Cisjordania o Gaza está muy lejos de ser de color de rosa. Y eso frustra a aquéllos que creen no hace falta negociar con los palestinos.

Ciertas partes de la sociedad israelí argumentan que el trabajo de Breaking the silence sería legítimo si se hiciera desde dentro del sistema, de forma cincuscrita a Israel, y no de puertas para fuera...

No somos inocentes: vivimos en un mundo globalizado y es imposible intentar circunscribir nuestro trabajo al Estado de Israel. De todas maneras, el 90% de nuestras actividades (como tours por Cisjordania o sesiones informativas) las hacemos para para ciudadanos israelíes. Yo no creé ese sistema: cuando yo servía en el ejército, llevaba un fusil estadounidense, ropa estadounidense y leía libros estadounidenses. Es decir, me encontraba dentro de un sistema levantado con ayuda de un país extranjero. Estoy orgulloso ser ciudadano israelí y todo lo que hago lo hago con amor a mi país. El problema es que hay un inteso trabajol obístico que intenta hacernos creer que la situación en los territorios ocupados palestinos es de color de rosa. Esa fuerza es mucha mayor que la nuestra y está siendo pagada con mi impuestos. Mi trabajo es hacer entender que eso no es así, y ello incluye informar a periodistas extranjeros de que la sociedad israelí es mucho más compleja y diversa que esa realidad mostrada por la visión oficial pagada con mis impuestos. Eso es lo que la democracia debería ser. Estoy en contra de que lo que está ocurriendo en Cisjordania y como ciudadano tengo derecho a expresarlo.

También se os acusa de ser una una organización de extrema izquierda...

Y lo que nos acusan de ello, ¿quieren decir que ser de extrema izquierda es algo malo? Te pongo un ejemplo sobre la última operación militar contra la Franja de Gaza. Recopilamos muchos testimonios de soldados que participaron en ella y te puedo asegurar que son tipos que todavía sirven en el Ejército, que incluso apoyaron la ofensiva y que, por tanto, están muy lejos de ser de extrema izquierda. Yo luché por Israel en el sur del Líbano y he servido en Cisjordania. No tengo que probar mi patriotismo a nadie, y menos a aquéllos que me critican y que nunca han hecho nada por Israel. Es muy injusto que un país que te envía a luchar a territorios extranjeros donde te puedan matar no esté dispuesto a escuchar tus críticas como ex soldado cuando vuelves del combate.

¿Qué me dices de la censura militar? ¿Han sufrido vuestras publicaciones la censura del Ejército israelí?

Sabemos que todo lo que publicamos debe respetar los principios de seguridad establecidos por el Ejército. Nosotros no publicamos informaciones que puedan dañar la seguridad de Israel. Yo también vivo aquí y eso significaría tirar piedras sobre mi propio tejado. Nunca tuvimos problemas con la censura. Lo único que podemos hacer es intentar que nuestra información sea auténtica, contrastada, veraz y objetiva.

¿Qué podría hacer Israel para mejorar la vida de los palestinos?

Se trata de una cuestión de voluntad política. La fuerza ocupadora debe velar por la igualdad de los derechos de los ciudadanos que viven en el territorio ocupado. Ésos son mis valores: creo que la gente debe ser tratada de manera igualitaria y los ciudadanos deben disfrutar de plenos derechos civiles. La forma en que los palestinos son tratados en los checkpoints, por ejemplo, infrige esos valores. Israel no está ocupando Cisjordania porque tenga que hacerlo, sino porque tiene muchos intereses allí. Así que debería velar por la igualdad entre personas de diferentes nacionalidades, entre israelíes y palestinos.

Los soldados que decidieron ofrecer sus testimonios en vuestro proyecto, ¿sufrieron posteriormente represalias?

Muchos de ellos decidieron mantenerse en el anonimato. Primero, porque muchos son todavía soldados y es ilegal hablar sobre las operaciones militares en las que participaron. Segundo, porque a veces son presionados por sus superiores para que no hablen. Fue el caso de la última operación de Gaza, en la que muchos soldados fueron ordenados por sus superiores que no hablasen sobre lo que habían visto o hecho. El sistema militar suele funcionar como una secta: los soldados aceptan no hablar de lo que ocurre dentro de su unidad, todo debe quedar dentro de ella. Nuestro objetivo no es mejorar el Ejército israelí, sino simplemente informar a la ciudadanía, que paga con sus impuestos esa institución militar, sobre lo que pasa. Ése es mi derecho como ciudadano, y más teniendo en cuenta que el Ejército israelí no puede ser investigado de forma externa, sino que todas las investigaciones tienen carácter interno. Así es muy difícil conseguir información veraz y objetiva sobre lo que ocurre en el Ejército.

Personalmente, tras tomar parte en el proyecto de Braking the silence, ¿te sientes aislado, apartado socialmente?

No, en absoluto. Hay que tener en cuenta que el porcentaje de soldados israelíes que han entrado en combate real es muy pequeño, quizá del 10% de todo el Ejército. Por tanto, yo formo parte de la minoría de una minoría. Por otra parte, considero que los ciudadanos judíos-israelíes tienen, en general, un amplio de derecho de libertad de opinión, incluso diría mayor que en otros sistema democráticos. Siempre que seas judío-israelí, claro. Pero las cosas están cambiando. Con este tipo de Gobiernos como el actual, las cosas están yendo a peor: el Ministerio de Exteriores israelí, por ejemplo, está intentando cortar la financiación que recibimos de países de la Unión Europea. Somos una organización democrática y abierta, y no tenemos nada que esconder. Quizá ése sea el problema.

Muchos israelíes afirman que ir a los territorios ocupados es muy peligroso: ¿no tienes miedo de ir a Cisjordania cuando organizas tours informativos?

El miedo que muchos israelíes tienen de ir a los territorios ocupados forma parte de su ignorancia. Te doy un dato: nunca un activista pacifista israelí ha sido herido o asesinado por palestinos, nunca desde 1967. Siempre fueron disparados por el ejército israelí o por otros israelíes. Cuando acudo a Cisjordania para hacer algún tour informativo, los palestinos saben quién soy yo y lo que yo hago.

¿Cuál es tu opinión personal sobre la situación actual del conflicto?

Fundamentalmente creo que la incomunicación entre ambas partes se está agravando a causa del sistema de separación, del levantamiento del muro, del endurecimiento de los controles en los checkpoints. Ello crea más estereotipos en cada una de las partes sobre la otra. Te pongo un ejemplo: es ilegal para un ciudadano israelí ir a Ramalla. Es un dato muy claro sobre la separación oficial.

¿Eres optimista sobre una posible paz?

Si no lo fuera, no haría lo que hago, sino que estaría ganando dinero. Si miras otros conflictos a lo largo de la historia, te das cuenta de que han pasado por diferentes fases. Este conflicto tiene raíces muy profundas y llevará muchos muchos años alcanzar la paz. Pero creo que es posible, y por eso trabajo.

sábado, 10 de octubre de 2009

Netaudio Festival ‘09: una bofetada a la industria del disco tradicional



“Se denomina netlabel (también online label, web label o MP3 label) a los sellos discográficos que distribuyen su música en formatos digitales (normalmente MP3 u OGG) a través de la red. Un sello online funciona como un sello discográfico tradicional a la hora de producir y promocionar proyectos musicales. La mayoría utiliza tácticas de marketing de guerrilla para promocionar su trabajo. Pocos sellos online dan beneficio a sus clientes”.


Es la definición que ofrece del concepto de netlabel la versión española de Wikipedia. Leerla es un buen paso para saber cuál es la filosofía que mueve a esta escena que, con Internet como caballo de Troya, está poniendo en jaque al modelo de negocio de la industria musical tradicional. Precisamente este fin de semana se celebra en Berlín el Netaudio Festival 09, un festival dedicado al netlabel y sus diferentes expresiones. Cuatro días de actividades diurnas y nocturnas sobre esta forma de entender la distribución de creación musical.

“Bien, cuando hablamos de netlabel, nos solemos referir a sellos discográficos digitales que permiten bajar su música legalmente y (casi siempre) de forma gratuita. Consiste en distribuir música gratuitamente para que sus creadores se beneficien posteriormente de esa distribución a través de otros canales, como los conciertos, por ejemplo”. Habla Antina Michels en el club Maria, situado a la orilla del berlinés rio Spree, donde se celebra el Netaudio. Antina, una de sus organizadoras, sabe de lo que habla: escribió el trabajo final de su carrera como etnóloga sobre el fenómeno netlabel (Netlabels-Soziale Netze On- Offline), distribuido ahora también de forma gratuita bajo los principios de Creative Commons.

“A través de su cerebros activos y creativos, el formato de netlabel contiene un potencial que funciona como un modelo de microestructuras. Al igual que fenómeno de Open Source, supone una oposición al concepto capitalista de beneficio y ofrece una alternativa a la industria tradicional. La escena ocupa así una posición de futuro en la industria cultural alternativa”. Es un fragmento del libro de Antina que contiene de forma fidedigna la esencia del netlabel. No parece casualidad que el año en el que el primer gran festival de netlabels (con un presupuesto de unos 50.000 euros) tiene lugar en la capital alemana, se haya tenido que cancelar el Popkomm, el evento berlinés por excelencia de la industria del disco tradicional. En su lugar se celebró el All together now, un intento de integrar las nuevas formas de distribución pero respetando las estructuras tradicionales de la industria musical.

“Está claro que el netlabel es una seria alternativa a la industria tradicional, cuyas estructuras están obsoletas y, por ello, se encuentra en una profunda crisis. Decir ahora que Internet tiene toda la culpa de esa crisis me parece injusto”, dice Antina. Sabe de lo que habla: tras años de investigación sobre el tema, ha conocido a numerosos músicos cuyas obras jamás serían editadas y distribuidas por los grandes sellos tradicionales. Y sin la reputación que comporta la distribución, el trabajo de un músico se queda en nada. “No sé decirte si la cancelación del Popkomm fue una buena señal para el mundo del netlabel, pero desde luego fue una señal de que las cosas están cambiando”.

Suena como una bofetada a las grandes disqueras, que cada vez miran más angustiadas a este tipo fenómenos. La cuestión es si la cada vez mayor influencia del netlabel le hará perder ese espíritu subversivo que lo hace tan seductor. Antina cree que será complicado, lo que quizá esté relacionado con la esencia anárquica y autogestionada de la red. En ese sentido, la organizadora y fundadora del Netaudio Festival cree que será muy difícil que la industria tradicional se apodere de las estructuras netlabelianas.

Y como corolario, qué mejor que un fragmento de una de las canciones del grupo valenciano Orxata Sound System, cuya obra se entronca con la filosofía postmodernamente contestataria del netlabel y los movimientos internáuticos: “El disco lo hacemos para promocionar el directo, no, no, no hacemos directos para promocionar el disco. ¡Bienvenidos al arte horizontal!”. Próximamente, también en Berlín.

domingo, 4 de octubre de 2009

Sobre Honduras y el decreto golpista


Mientras intento encontrar huecos para que no se me escapen las sensaciones acumuladas en Oriente Próximo y poder así seguir escribiendo, me permito hacer un pequeño apunte sobre Honduras, cuya actualidad he estado siguiendo por cuestiones laborales.

"La crisis política e institucional de Honduras sigue abierta" suele ser la frase que abre las noticias y notas sobre el golpe de Estado en el país centroamericano. El golpista Roberto Micheletti (le llaman eufemísticamente presidente de facto) sigue en el poder gracias al golpe de Estado que sacó del poder a Manuel Zelaya. No conozco muy bien la biografía de éste último, y tengo que reconocer que sus maneras de cowboy mediático me dan poca confianza, pero al fin y al cabo es el presidente demócraticamente elegido de Honduras.

Mientras Micheletti sigue jugando a ganar tiempo hasta las próximas elecciones convocadas por su Gobierno golpista y Zelaya continúa encerrado en la embajada de Brasil en Tegucigalpa sin apartarse ni un momento de si iphone de última generación y sin parar de llamar a medio mundo (quién le pagará las facturas de teléfono, me pregunto a veces), el estado de excepción está instalado en el país. El cuadro completo encaja a la perfección con el realismo mágico de Gabriel García Márquez (como dice el escritor colombiano en uno de sus maravillosos artículos: "En América Latina y el Caribe, los artistas han tenido que inventar muy poco, y tal vez su problema ha sido el contrario: hacer creíble su realidad").

Una periodista hondureña me pasó recientemente el decreto aprobado por Micheletti que recorta brutalmente las libertades civiles de los hondureños. Decreto que sigue vigente. Pese a ello, la semana que mañana empieza deberían comenzar las negociaciones entre el gobierno golpista y el presidente depuesto, con la mediación de una delegación de la Organización de Estados Americanos que llegará previsiblemente el miércoles al país. Habrá que ver en qué acaba todo esto. Una cosa inquieta: el caso de Honduras podría reavivar el golpismo militar en Latinoamérica.

P.D: me permito el derecho de acabar esta entrada con otra de cita de García Márquez: "En síntesis, los escritores de América Latina y el Caribe tenemos que reconocer, con la mano en el corazón, que la realidad es mejor escritor que nosotros. Nuestro destino, y tal vez nuestra gloria, es tratar de imitarla con humildad, y lo mejor que nos sea posible". Amén.

domingo, 27 de septiembre de 2009

De las elecciones alemanas al Valle del Jordán

Berlín, Alemania: se confirma la viabilidad de una coalición gubernamental conservadora-liberal entre CDU-CSU y FDP. Por delante nos quedan cuatro años de una alianza que recortará impuestos y prestaciones sociales, que dará un viraje (¿neo?) liberal a la economía germana y mejorará los indicadores macroeconómicos de la locomatora europea. Otra historia será la de las familias y los trabajadores con nombres y apellidos, y problemas financieros.

Cisjordania, Palestina: allí no hay coaliciones ni medidas económicas (neo) liberales porque no hay soberanía ni paz verdadera. Recuerdo cuando comentaba a mis amigos israelíes que pensaba cruzar al otro lado, a Cisjordania. Automáticamente me respondían: "No lo hagas, es muy peligroso". Cuando llegué a Jenín, mi primera estación en Palestina (admito que con cierto respeto), fui recibido por sonrisas, extrema hospitalidad y enorme cariño. ¿Cómo puede ser una sola realidad percibida de manera tan diferente? Será el odio, que ciega...

A continuación os dejo con un reportaje publicado en catalán en el revoltoso Setmanari Directa: el Valle del Jordán, un codiciado y escondido patio trasero de Cisjordania en el que el sistema del apartheid regula la vida de sus habitantes.

-------------------------------------------------------------------

El Valle del Jordán: el olvidado y codiciado patio trasero de Cisjordania

Cualquier persona mínimamente informada sabe de las trabas y dificultades que impone el Ejército israelí a los palestinos residentes en ciudades como Jenín, Ramala o Hebrón, en el norte y oeste de la ocupada Cisjordania: checkpoints, decisiones arbitrarias y humillaciones diarias. Menos conocida es, sin embargo, la situación humanitaria en la parte oriental: la franja del Valle de Jordán fronteriza con Jordania. Prácticamente la totalidad de esa región forma parte de la zona C: es decir, se encuentra bajo estricto control de las IDF (el Ejército israelí, “Israeli Defense Forces”, en sus siglas en inglés) y en ella rige por completo la jurisdicción militar establecida por Israel. En consecuencia, el Ejército israelí hace y deshace allí a sus anchas. Mientras en las calles de Ramala, la capital de facto de Cisjordania, la economía florece lentamente y se puede ver un vivo intercambio comercial, la población del Valle del Jordán se hunde poco a poco en el olvido en el que está sumido el patio trasero de Cisjordania.

Pese a las numerosas críticas internacionales, el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, autorizó recientemente la construcción de 455 nuevas viviendas en colonias judías ya establecidas en Cisjordania. Un revés a la aparente próxima reanudación de las negociaciones de paz entre la Autoridad Nacional Palestina e Israel. Veinte de esos nuevos bloques de viviendas serán levantados en el Valle del Jordán, donde actualmente ya viven alrededor de 7.500 colonos repartidos en 36 asentamientos. Y es que el Valle del Jordan es una pieza muy codiciada: pese a ser una zona muy seca, el hecho de ser la mayor depresión del mundo le confiere un microclima propicio para diversos cultivos (no en vano, Israel cuenta con numerosos invernaderos para el cultivo intensivo de frutas y verduras); además buena parte del sureste del valle colinda con el mar muerto, lo que la convierte en una zona con un enorme potencial turístico ya explotado en parte por Israel. Por último, es innegable que el Valle del Jordán es de una importancia estratégica capital para Israel, que usa políticamente los asentamientos para poder mantener una fuerte presencia militar en la zona: el Valle del Jordán funciona así como un magnífico tapón de seguridad para Israel respecto a la vecina Jordania.

Pero el Valle de Jordán es más que una potencial fuente de ingresos y una plataforma de seguridad para Israel: es la tierra en la que viven y malviven más de 50.000 palestinos, entre los que se encuentran un buen número de beduinos seminómadas. Mientras la jurisdicción militar asegura una vida digna para los colonos judíos (que viven atrincherados en sus asentamientos), la población palestina tiene que lidiar con las numerosas prohibiciones de movimiento dentro de su propia tierra por “razones de seguridad”, como siempre alegan las fuentes del Ejército israelí. Uno de los mejores ejemplos es la carretera 90 que cruza de norte a sur los 120 kilómetros del Valle del Jordán: la 90 era la arteria que unía el norte de Cisjordania con Jericó (ciudad enclavada en el corazón del valle del Jordán) y el puente de Allenby, el único paso entre Cisjordania y Jordania. Tras el estallido de la segunda intifada en 2005, el Ejército israelí prohibió la circulación de vehículos con matrícula verde (palestina), a excepción de taxis y autobuses con permiso especial. Ahora es una carretera reservada a coches con matrícula israelí (amarilla).

La circulación de palestinos en el resto del valle del Jordán también está limitada: Israel ha establecido en el valle numerosos puntos de control militar (los conocidos popularmente como “checkpoints”), cuatro de ellos alrededor de Jericó: como informa la ONG B’Tselem, que funciona como centro de información sobre la situación de los Derechos Humanos en los territorios ocupados, en 2005 el Ejército endureció las restricciones para los palestinos que pretendían cruzar esos controles. Aunque la situación en los controles es en actualidad más distendida, en general sólo los palestinos que puedan demostrar que tienen su residencia en el valle tienen permitida la entrada. El resto de palestinos de Cisjordania no tienen permitida la entrada al Valle del Jordán: es igual si tienen tierras que trabajar o familiares que visitar. “Palestinos que sean encontrados en el Valle sin permiso, serán entregados a la policía”, afirma el portavoz del Ejército israelí. Cuesta no comparar este sistema de discriminación sistemática con el apartheid surafricano.

Como apunta el informe de la ONG israelí B’Tselem, “el Valle del Jordán es un territorio anexionado de facto por Israel”. Así las cosas, vivir como palestino en el Valle del Jordán no es nada fácil, y más duro es aún para los beduinos: árabes musulmanes tradicionalmente nómadas que han tenido que asentarse ante la imposibilidad de mantener una vida en movimiento. Por lo general, las condiciones de vida de los beduinos son miserables: sus casas consisten en chabolas hechas de plástico y en algunos casos ni siquiera tienen un techo: duermen a la interperie y construyen pequeños corrales para sus animales. Viven gracias a una economía de subsistencia y autoabastecimiento ante la dificultad de poder vender sus productos en mercados de Cisjordania por la prohibición de movimiento del Ejército israelí. La jurisdicción militar impide además que los palestinos construyan casas e infraestructuras, de nuevo “por cuestiones de seguridad”. De nuevo, la imposición militar provoca una situación kafkiana: los habitantes del Valle de Cisjordania no tienen permitido construir en su propia tierra, mientras el Estado de Israel decide de forma unilateral levantar nuevas edificaciones en los asentamientos judíos.

Con todo, incluso en las situaciones más difíciles nacen movimientos civiles: el movimiento de resistencia no violenta del Valle del Jordán pretende llamar la atención de la situación inaceptable que se vive en esta zona de Cisjordania, al tiempo que busca, siempre desde su posición de movimiento independiente, colaborar con organizaciones internacionales y agencias de cooperación extranjeras para ir mejorando poco a poco las condiciones de vida de los habitantes palestinos de la región. El carismático Fathy Khadarat es uno de los líderes del movimiento. Su discurso, en un sorprendentemente magnífico inglés, es claro: sólo desde la participación de los propios habitantes, con su inclusión en los procesos de desarrollo, se podrá mejorar las condiciones de vida en el valle. Fathy da entender que no sólo la ocupación militar israelí es culpable de la situación en el Valle del Jordán, sino que la propia autoridad y las presuntas ONGs palestinas con sede en Ramala hacen menos de lo que podrían para conseguir la llegada de recursos a este olvidado patio trasero de Cisjordania. Un patio trasero olvidado, pero que será fruta codiciada en las más que seguras próximas negociaciones de paz entre la ANP y el Gobierno israelí.

Merkel, canciller en la sombra

Aprovechando que hoy se celebran elecciones generales en Alemania, y ya que no me dejan votar, aporto un perfil-resumen de Angela Merkel y lo que ha sido su legislatura al frente de la Gran Coalición. Publicado en El Economista, diario con el que hace un par de semanas comencé a colaborar. Si quieres leer el reportaje tal y como fue publicado, clica en este enlace.

A las puertas las elecciones federales alemanas que se celebran el próximo domingo, los medios y analistas políticos del país centroeuropeo dan por segura una cosa: la líder de los democristianos de la CDU, Angela Merkel, revalidará su condición de canciller de Alemania. La pregunta que está en el aire es qué tipo de Gobierno liderará: ¿una coalición de centro-derecha con los liberales del FDP o una reedición de la Gran Coalición con los socialdemócratas del SPD que ha gobernado Alemania durante la última legistaura? Todo dependerá de los resultados de estos tres partidos, y también de la poco probable sorpresa electoral que pueda dar alguna de las otras dos formaciones del arco parlamentario alemán: Los Verdes y La Izquierda (partido nacido en 2007 de la coalición entre un grupo de socialistas descontentos escindido del SPD y los poscomunistas del desaparecido régimen socialista oriental, la República Democrática Alemana).


Según la evolución de los sondeos durante los últimos meses, todo apunta a que su perfil bajo, su recatamiento político y su pragmatismo serán los factores que permitan a Merkel dirigir el rumbo del motor económico europeo durante cuatro años más. A diferencia de otros líderes conservadores de Europa, como Silvio Berlusconi o Nicolas Sarkozy, Angela Merkel siempre se mostrado como una gobernante cautelosa y reservada, poco dada a airear los detalles de su vida personal y que ha ofrecido con cuentagotas entrevistas a la prensa. Precedida de todo un fenómeno del espacio público como el anterior inquilio en la cancillería, el socialdemócrata Gehrard Schröder, Merkel se quiso desmarcar desde un inicio de un uso espectacular de los medios, con alguna que otra excepción, como la del espectacular escote que lució la canciller en la inaguración de la nueva Ópea de Oslo el pasado año y que tanto titulares arrancó en la prensa sensacionalista alemana. Merkel ha apostado por un paso silencioso que parece haberle funcionado para mantener a su partido al frente de las escuestas de intención de voto.

No en vano, y desde que empezaron a publicarse sondeos electorales, la CDU ha mantenido en todo momento una holgada ventaja respecto a su máximo rival y ya ex socio de Gobierno, el SPD. Según el último muestreo publicado por el canal de televisión público ARD el pasado 18 de septiembre, la CDU recibiría el próximo domingo el 35% de los votos, mientras que el SPD, tras arrancar tres puntos a los otros dos partidos considerados de izquierda, se situaría en el 26%. Con todo, hay que apuntar que la evolución de la CDU ha sido descendente, mientras que el SPD ha ido ganado algo de terreno, lo que le ha permitido tomar un poco de aire: a principios de año, la coalición conservadora CDU-CSU estaba en el sondeo referencial de la ARD por encima del 35% en intención de voto, mientras el SPD alcanzaba a duras penas el 26%. En agosto, la diferencia se agrandó: los conservadores alcanzaron los 37 puntos, mientras el SPD se situaba en el 23%, un pronóstico que hizo saltar las alarmas en el seno de los socialdemócratas.

Tras el único debate televisado entre ambos candidatos, el SPD recortó algo de distancia, gracias a la imagen de seguridad y determinación mostrada por Steinmeier. Muchos vieron en Merkel un estilo demasiado suave y conciliador. En el último sondeo del pasado domingo, el resto de formaciones con presencia parlamentaria mantuvo más o menos los resultados que se esperan de ellos: un 14% para los liberales del FDP (que se convertirían así en el partido bisagra para cualquier tipo de coalición con las dos grandes formaciones), un 11% para el partido de La Izquierda y un 10% para Los Verdes, que ya formaron parte del Gobierno federal durante la última legislatura de Schröder entre 2001 y 2005.

No son pocos los que apuntan al perfil bajo y prudente mostrado por Merkel durante los últimos cuatro años como el motivo principal de esta aparentemente segura victoria electoral, de ese mantenido liderazgo en los sondeos. Considerada por muchos como una líder insuficiente para ser canciller antes de las últimas elecciones federales de 2005 y criticada por su falta de carisma político durante sus primeros días en el cargo, Merkel ha ido construyéndose una imagen de gobernante responsable, trabajadora y tenaz tanto dentro como fuera de Alemania, ha ido ganándose la confianza de parte de aquéllos que la consideraban incapaz para gobernar. Merkel sigue siendo una figura gris e incluso aburrida, con muy poco encanto, pero una figura que no parece que pueda dar grandes sorpresas. Un apuesta segura, al fin y al cabo.

La canciller conoce bien a su principal rival, el candidato socialdemócrata, Frank-Walter Steinmeier: ha trabajado con él codo con codo durante los últimos cuatro años, pues él ha sido su ministro de Exteriores. Durante el único cara a cara electoral que ambos candidatos protagonizaron el pasado 13 de septiembre, Merkel y Steinmeier así lo demostraron: más que el típico debate marcado por el estilo agrio y los golpes bajos, Merkel y Steinmeier ofrecieron un debate sosegado, casi un diálogo de dos personas con puntos de vistas diferentes pero que se respetan y se admiran mútuamente. Durante el cara a cara, por momentos extremadamente aburrido, ambos candidatos incluso se lanzaron algún que otro guiño. Más que rivales políticos, Merkel y Steinmeier parecían viejos socios que no cierran la puerta a una posible futura nueva colaboración.

Sin embargo, Merkel lo dejó bien claro: su apuesta es formar una coalición de Gobierno con los liberales del FDP que le permita acabar con la Gran Coalición, considerada por muchos como antinatural. “Creo que mi partido tiene más puntos en común con los liberales que los socialdemócratas”, dijo Merkel. Teniendo en cuenta que el FDP descarta la posibilidad de una “coalición semáforo” (es decir, de liberales, cuyo color electoral es el amarillo, socialdemócratas y verdes), que el SPD se niega coaligar a nivel federal con el partido de La Izquierda (con el que, por ejemplo, gobierna en la capital, Berlín) y que Los Verdes no barajan la posibilidad de formar Gobierno con liberales y democristianos, siempre y cuando no se produzcan grandes sospresas o un impresionante vuelco electoral, las posibilidades quedan reducidas a dos: CDU-FDP o CDU-SPD.

Trayectoria

Pero, ¿quién es Angela Merkel? ¿Quién se esconde detrás de esta líder de sonrisa tímida y ojos con cierto poso de tristeza? Para entender a esa figura, hay que echar un rápido vistazo a su trayectoria vital y política: Merkel es lo que los alemanes llaman popularmente una ossi. Es decir, una antigua ciudadana de la derrumbada República Democrática Alemana, el sistema socialista oriental que vio llegar su fin tras la caída del muro de Berlín el 9 de noviembre de 1989.

Nacida el 17 de julio de 1954 en Hamburgo, en el noroeste de Alemania, Merkel creció en la pequeña ciudad de Templin, en el noreste del país. Hija de un pastor protestante, creció apartada de la realidad política que se respiraba en la RDA. En 1973 comenzó a estudiar Física en Leipzig, estudios que finalizó en 1978. Ese mismo año empezó a trabajar en la Academía de Ciencias de Berlín oriental. Su vida al margen de la política acabó con la desintegración de la RDA: en 1989 entró en el movimiento opositor “Demokraticher Aufbruch” (“Resurgimiento democrático”) y el año siguiente pasó a la CDU, donde se convirtió en la portavoz del primer Gobierno democráticamente elegido de la RDA. En 1991 entró a formar parte por primera vez de un gabinete federal como ministra de la Mujer y la Juventud bajo la cancillería del Helmut Kohl, una figura considerada por muchos como su padrino político. De hecho, los medios germanos la bautizaron como “la chica de Kohl”. En 1994 tomó la cartera de Medio Ambiente, para covertirse en 2000 en la presidenta de la CDU. Su carrera hacia la cancillería alemana se vio apuntalada en 2002 tras ser nombrada presidenta de la fracción parlamentaria conservadora CDU-CSU (el partido socialcristiano bávaro hermano de los democristianos). En 2005 fue la candidata más votada en las últimas elecciones federales alemanas. Merkel se convertía así en una canciller bien atípica: una alemana oriental, casada de segundas y sin hijos, poco atractiva para los medios de comunicación y con poca capacida de seducción ante las cámaras. De sus palabras se extrae la mejor definición de su ideario político: “Mis valores fundamentales son la economía social de mercado y la democracia”, dijo una vez.

Merkel llegó al poder en un momento complicadísimo para Alemania: después de que el Gobierno de Gehrard Schröder introdujese la impopular Agenda 2010 (paquete de medidas sociales y económicas para hacer frente al estancamiento económico sufrido por Alemania entre otoño 2000 y finales 2003, el más largo desde la fundación de la República Federal), el motor económico europeo seguía teniendo el crecimiento más bajo de toda Europa y arrastraba un desempleo de más de cinco millones de personas. Merkel achacó la situación a una “política nacional errónea” del Gobierno rojiverde formado por el SPD y Los Verdes. “En el 2000 todavía teníamos unas reservas de 23 mil millones de euros en el sistema de la seguridad social. Ese dinero ha desaparecido. Ustedes han saqueado la seguridad social. Ésa es la verdad. Eso es lo que ustedes nos han dejado”, acusaba Merkel a su rivales políticos antes de su victoria por la mínima en 2005. Finalmente, debido al ajustadísimo resultado electoral, Merkel se vio obligada a pactar con los socialdemócratas. Era el nacimiento de la bautizada como la Gran Coalición

Medidas contra el estancamiento

Con un endeudamiento récord y un paro inaceptable, la CDU-CSU y el SPD no tuvieron otra opción que dejar de lado sus diferencias ideológicas y ponerse manos a la obra desde una perspectiva pragmática. La Gran Coalición ha ido aprobando así una serie de medidas con el objetivo de reactivar el mercado de trabajo y la economía, así como sanear las malogradas cuentas públicas del Estado alemán. El aumento en un 3% del IVA fue una de las primeras decisiones para intentar subsanar el agujero en la caja pública, criticada duramente por los liberales, en la oposición. Gracias a la presión del SPD, la Gran Coalición de Merkel también decidió aprobar el aumento del 42% al 45% de la contribución fiscal de los ciudanos solteros con ingresos anuales superiores a los 250.000 euros, y a los 500.000 en caso de los matrimonios. Fue el llamado “impuesto para ricos”.

El socialdemócrata Peer Steinbrück fue designado Ministro de Finanzas: parecía el hombre adecuado para aumentar los ingresos en la caja pública así como para establecer medidas de ahorro que permitiesen una consolidación de los presupuestos estatales. Al principio, todo parecía funcionar de maravilla: el desempleo bajaba (actualmente está en los 3,32 millones de personas, por debajo del 8%), los ingresos fiscales fluían, con lo que Steinbrück ya planeaba alcanzar el equilibrio en las cuentas del Estado para 2011. Entonces estalló primero la crisis financiera y después la crisis económica global. Tras las elecciones del domingo, Steinbrück dejará tras de sí una planificación presupuestaria que prevé un endeudamiento récord de más de 86 mil millones de euros para 2010. A pesar de que la Gran Coalición no consiguió cumplió con el pacto de estabilidad europeo en cuanto a endeudamiento público existente, Steinbrück sí consiguió al menos cumplir con las premisas comunitarias en lo referente al nuevo endeudamiento tanto en 2007 como en 2008. Tras el inicio de la crisis, Alemania tendrá que esperar ahora hasta 2013 para poder reducir ese endeudamiento público anual a menos 3% del PIB, como exige el Pacto de Estabilidad. Para entonces, el porcentaje de endeudamiento público habrá escalado hasta el 80%.

Otra de las medidas poco populares fue el aumento de la edad de jubilación: como en otros países europeos, la baja tasa de natalidad y la cada vez mayor esperanza de vida están acentuando el proceso de envejecimiento de la sociedad alemana. En abril de 2007, la Gran Coalición aprobó con su mayoría parlamentaria el retraso progresivo de la edad de jubilación de los 65 a los 67. A cambio, el Gobierno de Merkel prometió no bajar ni un céntimo las jubilaciones.

Una de las prioridades de Merkel es la familia, a la que considera uno de los pilares de la sociedad alemana. La canciller colocó así a la democristiana Ursula von der Leyen como Ministra de Familia, quien introdujo el conocido como “dinero para los padres” y amplió el número de plazas en guarderías. Con la aprobación de una ley en 2008 que busca incentivar el aumento de la natalidad, von der Leyen prometió la creación de 750 mil plazas de guardería hasta 2013. Otra de las medidas en el campo social fue la reforma del sistema de salud: CDU-CSU y el SPD se pusieron de acuerdo para construir un fondo común del que saldría el reparto de presupuestos a diferentes cajas aseguradoras existentes en Alemania. Ello tendría que hacer más eficaz y ahorrativo el sistema sanitario. Los críticos afirman que la sostenibilidad de este sistema sigue siendo incierta.

Y ante la crisis, la receta del gabinete de Merkel fue clara: la aprobación a principios de año de un paquete de medidas coyunturales de 50.000 millones de euros para los próximo dos años, dinero destinado a incetivar el consumo interno y ayudar a las empresas nacionales. Además, el recorte de las jornadas laborales fue la fórmula elegida por la Gran Coalición para hacer frente a la bajada de la producción sin tener aumentar las estadísticas de desempleados: las empresas recortaron las jornadas y el Gobierno se hizo cargo del sueldo que las empresas se ahorraban. Otro de las medidas estrellas integradas en ese paquete conyuntural fue la prima por desguace: cada ciudadano alemán que decidiese comprarse un coche nuevo recibiría una ayuda 2.500 por su viejo coche. Fue una de las medidas estrellas del Ejecutivo de Merkel para incentivar el consumo y dar un empujón a la industria automotriz, pilar de la economía alemana.

“El pacto de las oportunidades perdidas” fue el titular con el que el semanario Der Spiegel, referencial en el periodismo político alemán, resumió su balance de la Gran Coalición encabezada por Angela Merkel: “Se trataba de hacer política pragmática, de hacer lo que era mejor para el país. Se trataba de cumplir con el encargo establecido por los votantes. Las coaliciones no son un matrimonio por amor. Con todo, la colaboración entre los dos partidos nacionales ha desarrollado un encanto propio, aunque no fuera glamuroso en absoluto”. La conclusión de Der Spiegel confirma las sospechas: el carácter de Merkel parece haber impregnado la esencia la Gran Coalición por sus cuatro costados.

Tras haberse convertido en la cabeza visible de la Gran Coalición con su estilo de canciller a la sombra, Merkel parece haberle ganado la partida de liderazgo a su ex socio, Frank-Walter Steinmeier. Ya sea con los socialdemócratas o con los liberales, “Angie”, como la llaman cariñosamente medios y población alemanas, parece contar con todos las papeletas para renovar su mandato. Por delante, sin embargo, no le espera un camino de rosas: el avispero de Afganistán (donde Alemania tiene tropas destinadas), cuestiones de consumo interno como el salario mínimo (que CDU se niega a fijar) y el abandono definitivo de la energía nuclear (que Merkel sigue defendiendo hasta que las energía renovables sean económicamente rentables pese al rechazo de la mayor parte de la población), la gestión de la crisis o las por momentos tormentosas relaciones con sus hermanos socialcristianos de Baviera serán algunos de los temas con los que Merkel tendrá que lidiar en caso de ser reelegida.

En una de sus últimas comparecencias oficiales como canciller, desde su habitual estilo discreto, Merkel se permitió mostrar una seguridad rayana con la presunción: al ser preguntada por qué pasaría si no fuera reelegida canciller, Merkel respondió: “El escenario escrito por usted no ocurrirá”. Y es que muchos fueron los que subestimaron a la probable futura canciller alemana.

viernes, 11 de septiembre de 2009

Ciudadanos de primera, ciudadanos de segunda


Israel es un estado democrático y de derecho rodeado de países árabes donde la democracia brilla por su ausencia. En Israel se celebran elecciones en las que todo el mundo puede votar y participar. La israelí es una sociedad abierta en la que caben diferentes formas de entender y vivir la vida. Son argumentos frecuentememte utilizados por los israelíes para justificar la existencia del Estado de Israel (a parte de las razones históricas). Hay que reconocer que la democracia israelí goza de mejor salud que la egipcia o la libanesa. Sin embargo, la sociedad israelí también tiene su lado oscuro: no todos sus habitantes gozan de una ciudadanía de primera categoría. Y es que, al fin y al cabo, Israel es un Estado creado por judíos para judíos.

Israel puede ser una democracia con una relativa buena salud pese a todas las limitaciones impuestas por el excepcional y constante estado de guerra con sus vecinos árabes. Pero la democracia israelí está encerrada en un Estado no secular, en el que los judíos no religiosos viven atrapados por aquellos judíos que interpretan la religión desde la ortodoxia. La no secularidad del Estado de Israel le resta legitimidad democrática respecto a sus vecinos y también de cara a la comunidad internacional. Y hace que uno se pregunte si toda esa fachada occidental no es más que un maquillaje de modernidad con el que Israel se muestra al mundo desde Tel Aviv y sus alrededores. El mismo profesor y guía Uri Goldflam reconoce que la falta de separación entre Estado y religión en Israel supone un obstáculo para alcanzar la paz. Sigue existiendo una importante parte de la sociedad israelí que lo justifica todo a través del derecho divino otorgado por dios al pueblo judío. De ahí nacen las pretensiones de recuperar el Gran Israel (Eretz, en hebreo), la provocativa creación de colonias judías en Cisjordania, la justificaciones de la militarización de la sociedad, etcétera.

Sin embargo, lo que más legitimidad resta a la democracia israelí es la existencia de diferentes tipos de ciudadanía. No hay que olvidar que el 20% de la sociedad no es judía: uno de los siete millones de ciudadanos israelíes está compuesto por árabes musulmanes o cristianos. Ciudadanos israelíes, sí, pero de probada segunda categoría. ¿Cómo aprobar una democracia que no es capaz de tratar como iguales a sus ciudadanos por su religión o procedencia?

El renombrado periodista arabe-israelí Khaled Abu Toameh fue uno de los ponentes más interesantes del seminario en el que participé en la Universidad de Herzeliya. Su historia le convierte en una rara especie: comenzó su carrera periodística en medios palestinos fieles a la Autoridad Nacional Palestina de Yasser Arafat. Tras hartarse de la filosofía propagandística y apegada al poder de los diarios palestinos, decidió comenzar a trabajar para medios israelíes, donde conoció "la auténtica libertad de prensa". Khaled ha escrito desde entonces para medios como The Jerusalem Post, la BBC, The Sunday Times o la NBC. Cuando le preguntas sobre los límites de la libertad existentes en medios israelíes, Khaleb bromea: “A veces le tengo decir a mi editor que por favor sea un poco más cuidadoso con mis textos: en ocasiones incluso son publicados con faltas de ortografía”.

Khaleb nos ofreció una imagen idílica de Israel. Se deshizo en elogios al Estado que lo había aceptado pese a ser parte de la minoría: es decir, árabe musulmán. Lo hizo desde la altura que le concede su exitosa carrera como autor y profesor universitario, desde la perspectiva de que "todo está en su sitio" que disfrutan aquéllos que han saboreado las mieles del éxito. Llegados a este punto no me pude contener más: “Perdone, y quizá desde la ignorancia, he leído en diferentes sitios que la minoría árabe-israelí es una ciudadanía de segunda categoría. Además, esta semana tuve la oportunidad de leer el artículo publicado por el autor israelí Neve Gordon en Los Angeles Times en el que calificaba al Estado de Israel de ‘sistema de apartheid’ y en el que pedía el boicot a ese sistema discriminatorio”.

Silencio. Primero hubo silencio en la sala y después algunas miradas de desaprobación procedentes de mis colegas israelíes. Khaleb tomó aire y, tras una breve sonrisa con el aparente objetivo de quitarle hierro al asunto, comenzó a desenmascarar la mentira del presunto edén israelí: “Bien, primero tengo que decir que yo no me siento discriminado ni un ciudadano de segunda categoría....sin embargo, tengo que reconocer que la minoría árabe-israelí ha sufrido durante los últimos 60 años una discriminación sistemática en lo referente a educación, trabajo, sanidad.... Si la administración israelí no despierta pronto, la tercera intifada no comenzará en Gaza o Cisjordania, sino en ciudades como Haifa, Nazaret o Jaffa. Se han producido algunos cambios, pero puede que ya sea demasiado tarde. Espero que no”.

Es la descripción de una discriminación sistemática, la descripción de un defensor del Estado israelí que afirma que prefiere ser “ciudadano de tercera en Israel que de primera en el mundo árabe”. Una discrimación que dinamita las bases del proyecto sionista y le resta legitimidad para con sus propios ciudadanos no judíos. Sin embargo, ¿quién dijo que Israel fuera un lugar para árabes cristianos, musulmanes o seculares? ¿Es que acaso hay quien todavía pone en duda que Israel fue creado por judíos para judíos?

P.D: foto tomada en la atrincherada Tumba de Raquel, cerca de Jerusalén.