La historia es sencilla: el verano ha llegado al pueblecito de Schamelenstedt, situado en el Mar Báltico, en el norte de Alemania occidental. Corre el año 1984 y parece que lo único que llega a su hora a la pequeña población son las estaciones del año. Por lo demás, todo parece llegar tarde a Schamelenstedt. Incluso la cultura punk.
Cuatro jóvenes amigos con inquietudes antisociales se disfrazan de punks y deciden montar un grupo de música en el que la pose cuenta más que la composición. ¿Os suena la historia? La diferencia con la historia que probablemente ya os va sonando es que la banda no tiene éxito alguno, de forma que todo queda en una pequeña aventura estival.
Ésta es la breve sinopsis de Dorfpunks (Punks de pueblo, sería la traducción): la película, estrenada recientemente en las salas alemanas, ya había sido presentada en la última edición del festival de cine de la Berlinale. El director, Lars Jessen, adapta con ella el bestseller de Rocko Schamonis.
El filme, pese a presentar ciertas debilidades en el guión, tiene fases muy divertidas que arrancan inevitablemente carcajadas al público. En cierta manera, cualquiera que haya sido joven y rebelde alguna vez se sentirá identificado con algunos de los personajes. Y aquél que ya no sea ni joven ni rebelde, y siga sintiéndose identificado con alguno de ellos, desde luego tiene motivos para preocuparse.
No sé cuándo llegará ni siquiera si llegará a las salas españolas y latinoamericanas. Si tenéis la oportunidad de verla, os hará pasar un buen rato. Recomendable.
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