Estambul, cruce de caminos y de encuentro de religiones y creencias, puente entre Europa y Asia. Hoy mismo volví de la capital cultural e histórica de Turquía, fascinado. Masa urbana inmensa de, según estimaciones, 20 millones de habitantes que se agolpan entre bazares, mezquitas y un tráfico de locura. Masa urbana de inmensos contrastes que, pese a ello, muestra un equilibrio maravilloso. Cabeza visible de un país que se debate entre el laicismo oficial que mira a la Unión Europea y un islamismo moderado gobernante que debe mantener complicados equilibrios para mantenerse en el poder.A diferencia de otras ciudades en las que he estado, me sentí en casa casi desde el primer momento. Los olores y los rostros me recordaban de alguna manera a olores que ya había olido y a facciones que ya había visto antes.
Además de caminar muchísimo, durante mi semana en Estambul también me ha dado tiempo a hacer algunas preguntas sobre la situación de la minoría kurda en la ciudad: 5 millones de personas, 3,5 de las cuales llegaron a la ciudad durante la década de los 80, durante la última gran guerra abierta entre el PKK y el Estado turco en el este del país, conflicto armado todavía no cerrado. Informaciones que ahora hay que procesar y que darán lugar a un reportaje. Lo podréis leer aquí...
1 comentario:
potser per al teu reportatge t'aniria molt bé veure les pel·lícules i els documentals de Fatih Akin, el director de Contra la Pared, Al Otro Lado (on sempre parla de turcs a Alemania i Alemanys a Turquia), i que jo conegui un documental sobre músics turcs...
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