La última película de Alejandro González Iñárritu es la historia de un hombre acorralado, sin escapatoria alguna. La muerte, en todas sus dimensiones y con todo el peso que arrastra esa palabra, es el hilo conductor del guión protagonizado por Uxbal, el personaje que brillantemente encarna Bardem. Biutiful es una película brutalmente contenida, con algunos destellos de violencia que te golpean como un bate en la cara, y con un desenlace anunciado desde su mismo comienzo. Biutiful es bella y desagarradora. Biutiful es, sin duda, una gran película que podría ser una metáfora del hombre contemporáneo.
La vi en Berlín, y tras salir del cine me comentaron que el reputadísimo Süddeutsche Zeitung había publicado una crítica que ponía en entredicho la verosimilitud de la historia porque González Iñárritu muestra en ella una Barcelona en la que "todas las personas son grises". Os reproduzco dos de los párrafos del texto. No tienen desperdicio: "Este mundo frío sin sol, el espantoso y mísero barrio en el que la pobreza y la suciedad parecen estar pegadas en las paredes de todas las casas, y que desfiguran todos los rostros, se encuentra en Barcelona". Y sigue: "Uxbal apura su vida como si en Barcelona no hubiese ni una oficina de protección del menor y sólo la criminalidad le asegurase una vivienda ruinosa y las pobres comidas que les sirve a sus hijos".
La ignorante ingenuidad con la que la crítica intenta desmontar la película la delata. Supongo que Susan Vahabzadeh habrá estado muchas veces en Barcelona y que por tanto creerá que conoce muy bien la ciudad por haber recorrido en numerosas ocasiones Gràcia, el Born e incluso por haberse atrevido a aventurarse por las calles más estrechas y sucias del Raval, antes conocido como Barrio chino, donde todavía se ven putas y yonquis, aunque cada vez menos. Susan, presumo, no habrá estado nunca en el Hospitalet, en Fondo, en el Prat ni en el Carmelo. Para eso seguramente le faltó el interés, la curiosidad o el tiempo. O es que quizá su espíritu aventurero (de turista postcolonial) tenga un límite. Lamentable.
Susan debería saber que la Barcelona que muestra González Iñárritu no sólo sí existe, sino que además está mucho más cerca de la realidad que la Barcelona de Woody Allen. Y Susan también debería saber que la realidad siempre acaba superando a la ficción.
6 comentarios:
Lo clavaste chaval!
Eso mismo le explicaba yo a mi novia alemana... además yo me crié entre esos barrios/pueblos de Santa Coloma, Badalona y Sant Adrià y puedo constatar que en la película no hay ningún tipo de exageración con respecto a lo que se muestra de la ciudad. Como tu muy bien dices, la realidad supera la ficción. Para mí, la Barcelona real es así, la de plástico se la dejo a Woody Allen, al turisteo y a lo heavys. ¿A los heavys? sí, a los heavys la marca Barcelona ya se ha introducido en el mercado metalero...
http://www.youtube.com/watch?v=1chT07GBXnY
Pues aquí una que vive y trabaja en Barcelona y que ha vivido en muchos muchos lugares de la ciudad, desde la pija Gracia hasta la humilde y barriomásquebajera La Mina está en desacuerdo con su crítica y sí de acuerdo con la de Susan. Porqué no se pasen, sí hay centros sociales, y más servicios y solidaridad de la que creen. Y los barrios a veces son cutres, pero a veces
son verdes... Y si andaran más por aquí, se darían cuenta de que ni en la Barceloneta hay funerales llenos de luces, flores a detajo y lloronas a lo Bernarda Alba, ni toda Barcelona son las torres de fábrica de Sant Adriá del Besos. Ni para Woody Allen ni para Iñárritu. Cero a los dos. Y por cierto, el guión de ésta peli es una buena patata frita.De las congeladas además. Llega a poner un input fatalista más y me corto las venas. En medio del cine.
Saludos,
Marta
Hola Marta,
gracias por el comentario. No sé si nos conocemos o simplemente llegaste al blog por casualidad. La valoración del guión es una cuestión subjetiva. A mi la película me gustó, a ti no. Bien. Yo creo que la Barcelona que muestra el director existe, tú no. También bien. Ahora, si sabes leer en alemán, te recomiendo que te leas íntegramente la crítica de Susan (está enlazada en el texto del post). Es lamentable. No se agunta por ningún lado. Y para mi eso sí que no es discutible.
Saludos y bienvenida cuando quieras al blog.
Andreu
Yo, como Jack el Destripador, estoy en partes de acuerdo con todos: con Andreu, R.B. y Marta. Y hasta con Susan, si me apuras (dime que no tengo mucho criterio). Lo que sí creo es que Iñarritu se pasa un poco en su retrato, sólo utiliza el gris y el negro y evita en todo momento cualquier imagen no ya bonita, sinó simplemente neutra. Todo está sucio, es feo, deprimente... Y no hace sol ni en un sólo plano! Opción respetabilísima, por otra parte. Los actores, eso sí, están todos que se salen, y Bardem respira verdad por cada poro de su piel. Yo creo que es de ellos el mérito que la película parezca en muchos momentos un documental. Evidentemente creo que esta Barcelona está mucho más cerca de la realidad que el pijerío superficial de Woody Allen, pero ni tanto ni tan poco, hombre. Yo vi una tendencia a casi regocijarse con las desgracias que creo que puede rozar el esnobismo, por parte del director. Estoy muy de acuerdo con la crítica que en su momento escribió Boyero:
http://www.elpais.com/articulo/cine/Javier/Bardem/poco/elpepuculcin/20101203elpepicin_3/Tes
Dos momentos risibles de la peli para un servidor: el funeral en la Barceloneta, digno de la España profunda de los años cuarenta, y la persecución policial por las Ramblas, en plan Hollywood. Vale que deja a la poli muy mal, muy mal, pero su descaro roza la ingenuidad.
Ah, y por cierto: mi abuela y mis tíos viven en El Prat y es una ciudad bien normal, con sus plazas, paseos y ramblas. No queramos ahora ser más papistas que el Papa...
Hola Oriol,
bueno, ya veo que tu opinión recoge la de todos un poco. Sigo opinando que la historia puede tener algunas partes un tanto inverosímiles, pero al fin y al cabo es ficsión. En cuanto a los ambientes que muestra de Barcelona, siento pensar que sí que existen y que están muy cerca, sino incluso por debajo de la realidad. Y en cuanto al tono de la película (palnos, colores, ect), creo que es normal que sea gris. Al fin y al cabo, es un drama que te cagas. Por cierto, lo del Prat no lo decía porque se el gran gueto (aunque tiene sus partes díficiles, no me lo negarás), sino porque está bien lejos de la Barcelona monumental que conoce Susan. Dios me libre del papismo y del papa...
saludos!
Andreu
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