martes, 9 de febrero de 2010

Vuelve el netlabel: seguid bailando, malditos...

Tengo una colega que hace música y me dice que hay demasiados músicos. Demasiado ruido, me dice. Tengo otro colega que además de hacer música sabe de música, y me dice que el futuro está en el netlabel. Que mal pagada está la música, suspira cabreado otro músico por allí, al fondo de la sala. Para aquéllos que no lo sepan, un netlabel es un sello discográfico que distribuye su música en formato digital (normalmente MP3 u OGG) a través de la red. Un sello online funciona como un sello discográfico tradicional a la hora de producir y promocionar proyectos musicales. La mayoría utiliza tácticas de marketing de guerrilla para promocionar su trabajo. Pocos sellos online dan beneficio a sus clientes. O al menos es lo que se asegura nuestro todopoderoso señor Wikippedia. Y Alemania es puntera mundial en la cultura netlabel, me dice el colega que hace música y sabe de música.

En octubre pasado se celebró en Berlín un importante festival del ramo: el Netaudio 2009, un intento de bofetada en la cara de la industria musical tradicional. Digo un intento porque no parece que el evento cubriese las expectativas que había creado. Sea como fuere, un intento digno. Recientemente, la web de distribución de música libre con licencias abiertas de Creative Commons Jamendo, que entronca con la ideología netlabel, salía a la venta en un intento de sobrevivir como proyecto digital. Algo calificado de "fracaso" por el gurú de los nuevos medios Juan Varela. Fracaso o no, la cultura de distribución abierta y gratuita, no sólo de música sino de contenidos culturales en general, ha abierto indudablemente una brecha en la coraza de la industria musical tradicional, pero no parece que la vaya a poder sustituir tan fácilmente. El proceso de transformación, moldedado por los inescrutables caminos que traza Internet, sigue abierto.

La vida digital bulle en Berlín. Quizá porque no hay interés económico alguno como transfondo. Quizá por aquí ya todo esté perdido y sólo se pueda ganar. Un ejemplo de ese bullicio: el próximo jueves 11 comienza un festival-encuentro de netlabels en la hausprojekt Rauchhaus. Durará hasta el domingo por la mañana y en el se presentará en sociedad el netlabel berlinés-barcelonés Música Vermella. ¿Música Vermella? Tal y como me explica uno de sus creadores, "es un proyecto orientado a la difusión de ideas y sensaciones en forma de música electrónica y experimental, alrededor del dubstep, el IDM, los breaks y todo lo que supone una evolución de todos estos estilos y que además generan un interés especial por la música acústica contemporánea y su escena performática". ¿Y la idea de las jornadas?: "Tratar de difundir todo lo que rodea a la cultura netlabel, la música libre y las nuevas formas de edición y difusión musical que tenemos en la era digital". O sea, abofetear al monstruo discográfico-industrial. O al menos, intentarlo.

Del "manifest sorollista" del netlabel Música Vermella me quedo con una frase: "El animal humano ha perdido toda su decencia y se presenta ahora como un icono representativo de la mecanización social y su clasificación organizada en modelos y estereotipos, los dioses de esta nueva era son antiterroristas, y se manifiestan tiernos y discretos, anestesiantes y fulminantes". Amén. Mientras tanto, bailad malditos, vosotros seguid bailando...

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