martes, 9 de junio de 2009

Elecciones europeas en clave berlinesa

Pasaron los comicios europeos y ahora todo son análisis, comentarios, suposiciones y miradas al futuro. En Alemania, sobre todo miradas a las próximas elecciones federales de septiembre: la CDU, pese a ser el partido alemán que más votos ha perdido con respecto a las últimas europeas de 2004, ha cosechado una clara victoria que le permite tomar aire y pensar con más calma en una victoria más que segura en septiembre próximo.

El Partido Socialdemócrata Alemán (SPD) se ha pegado un enorme batacazo y, con poco más del 20% de los votos y 23 diputados, lo ve todo negro. A su presidente, Franz Müntefering, y a su candidato a canciller, Frank-Walter Steinmeier, se les ha quedado cara de derrota y de no saber qué hacer para remontar el vuelo. Para ello sólo cuentan con 16 semanas. Lo tienen muy, muy mal.

Los liberales del FDP, con un arrollador aumento de votos, se perfilan como los probables compañeros de viaje del la CDU-CSU durante la próxima legislatura alemana. Uno se pregunta en qué piensan los alemanes tras el evidente desastre del modelo económico neoliberal capitalista a nivel mundial.

En todo caso, cuando las elecciones europeas son utilizadas por los partidos de todos los países de UE como arma electoral a nivel interno, es que algo no funciona en las entrañas de eso que se llama a sí mismo Europa.

En cuanto a Berlín, bien, sólo hace falta echar un vistazo al mapa electoral que han arrojado los resultados de estas últimas elecciones para darse cuenta de que en esta ciudad todo va por barrios:


El oeste, controlado por la CDU en su totalidad. Buena parte del Este, controlado por Die Linke (partido nacido de las cenizas del postsocialista oriental PDS y de los socialdemócratas desencantados con la Agenda 2010 parida por el SPD). Y los barrios centrales de Mitte, Friedichschain-Kreuzberg y Pankow (Prenzaluerberg) hechizados por el buen rollito multikulti y postsesentayochista de Die Grüne (Los Verdes).

Visto lo visto, claro está que algo no funcionó bien en esa reunificación "modélica" alemana. Ningún mapa electoral de una capital europea muestra como el de Berlín las diferencias socioeconómicas e ideológicas existentes dentro de un país. En este caso, en un país llamado República Federal Alemana, ahora sin muro físico, pero que arrastra un pesado muro económico y psicológico difícil de derribar.

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