México está en guerra desde hace años. Una guerra de todos contra todos en la cual es difícil distinguir quién combate a quién. Lo sabe cualquiera que siga mínimamente las constantes noticias de asesinatos a sangre fría, del hallazgo de fosas comunes con decenas de cadáveres enterrados en cal viva o de los constantes tiroteos que nos llegan sobre todo del norte del país norteamericano. El sucio negocio de las drogas está detrás de tanta violencia. Pero cabe hacerse la pregunta de si el narcotráfico es la única razón de tanta sinrazón, y sobre todo de quién consume la droga que se exporta desde México y que le está costando la vida a tantos inocentes.
Luis Estrada se atrevió con su magnífica y por momentos hilarante película El infierno a meter el dedo en la llaga mexicana. El filme, que tuve la oportunidad de ver en un ciclo en el Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlín, recoge con un tono tragicómico los elementos clave de lo que está ocurriendo en México. El infierno es una implacable crónica social de un país que se hunde en unas arenas movedizas donde la ética y la moral brillan por su ausencia, y donde el dinero dicta sobre la vida y la muerte.
Precisamente mañana empieza en la Heinrich-Böll (la fundación del Partido Verde alemán) la conferencia "Criminalidad transnacional organizada y el futuro de la sociedad democrática global", en la que participarán varios ponentes mexicanos. Toda una oportunidad para entender mejor qué está ocurriendo en el país latinoamericano y, en general, este mundo, que parece acercarse cada vez al borde del precipicio.
2 comentarios:
Vi esta semana una película con Antonio Banderas y Jenifer López acerca de las matanzas a mujeres en la ciudad de Juárez, todo parece un triller, pero es verdad. Yo enseño sobre la Revolución mexicana y su lucha por la tierra, como pasó de ser un tema político a uno social, mucho antes de otras revoluciones mientras daba una clase una alumna exclamó ¡Pero ahora todo está igual o peor! ¿Cuántas revoluciones hacen falta?
Un abrazo
Andreu:
Debido a tu aparición entre mis seguidores, tengo la dicha de conocer tus blog, tan profundos como este, llenos de humanidad y documentación.
Te mando un abrazo austral.
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