lunes, 9 de noviembre de 2009

El muro económico (y psicológico) sigue en pie

Hoy se cumplen 20 años de la caída del muro de Berlín. Una fecha redonda en la historia de la reunificación alemana que ha sido utilizada para ejemplificar la posibilidad de reconciliación de pueblos divididos. Sin embargo, no todos son luces en esa historia; también hay sombras, sobre todo en el campo económico. Es cierto que el muro físico de Berlín y la frontera interior alemana desaparecieron hace 20 años. Sin embargo, la división psicológica y, sobre todo, la económica siguen marcando una clara línea entre la Alemania oriental y la occidental.

Esa división quedó patente en los resultados de las últimas elecciones generales celebradas el pasado 27 de septiembre. Unos comicios que ganó la coalición conservadora de la CDU-CSU. También en el Este de Alemania, con el 29,5% de los sufragios, pero seguida muy cerca por el partido de La Izquierda, que consiguió el 26,4%.

La Izquierda, partido fundado en 2007, aglutina a socialdemócratas desencantados procedentes del SPD y a miembros del poscomunista PDS, heredero del SED (partido gobernante en la dictadura socialista de la desaparecida República Democrática Alemana). Es incluso sabido que algunos de los miembros de la dirección de la joven formación fueron colaboradores informales de la Stasi, la temida policía política de la RDA. Sin embargo, no parece que eso moleste a aquéllos de sus votantes que sufrieron la falta de libertades bajo el régimen del SED. Y es que no todo ha sido tan bonito como lo pintó el canciller Helmut Kohl antes de consumarse la reunificación, consideran actualmente muchos alemanes orientales que han vivido en ambos sistemas.

Una mirada a los datos comparativos entre ambas Alemanias deja patente que ni las perspectivas más optimistas ni las más pesimistas sobre la realidad económica oriental son acertadas. El cuadro es más complejo que esas miradas reduccionistas, deja claro que muchas dimensiones socioeconómicas de la Alemania oriental han mejorado con respecto a 1989, pero también que sus ciudadanos no han visto cumplidas muchas de las expectativas con las que abrazaron la reunificación.

Así lo demuestra el informe Alemania del Este: mucho conseguido, mucho por hacer recientemente publicado por el IFO (Instituto de Investigación Económica). En él, el economista Joachim Ragnitz compara los principales indicadores económicos de ambas Alemanias. Ragnitz subraya dos puntos positivos en el proceso de reconstrucción oriental: el nivel de bienestar material de los alemanes del Este ha mejorado considerablemente durante los últimos veinte años. De esta forma, han aumentado los salarios, han mejorado las condiciones de las viviendas, así como la variedad y la calidad de productos de consumo existentes en el mercado. Además, también ha mejorado la situación del medioambiente y de las infraestructuras.

Pese a todos esos avances que permiten afirmar que Alemania oriental es la región que más ha avanzado en lo material entre los países postsocialistas del centro y Este de Europa, las diferencias en el campo económico continuan siendo notables. Es el caso del PIB per cápita, que sique siendo en Alemania oriental más de un 20% menor que en la occidental. Después de su fuerte crecimiento tras la reunificación y hasta 1997, el PIB oriental prácticamente no ha variado desde entonces (con un aumento de apenas del 4% desde el año 2000).

La productividad también deja patente que la economía oriental se mantiene unos cuantos escalones por debajo: está en un 76% con respecto a la capacidad productiva occidental. Ello se refleja, sobre todo, en la escasa presencia de sedes de grandes empresas, lo que tiene como consecuencia una menor orientación exportadora de la economía oriental, cuyas exportaciones sólo suponen un 46% de las occidentales.

Todos estos factores que hacen que la economía oriental sea más débil tienen consecuentemente efectos tanto en los niveles de empleo como en los de la renta disponible: el paro sigue siendo dos veces más alto en el Este, donde hay más de un millón de desempleados (el 12% de la población activa). Ello, sumado a la buena educación recibida por las nuevas generaciones, está provocando un transvase demográfico continuado del Este al Oeste. En cuanto a la renta disponible, la oriental sigue más de un 20% por debajo de la occidental, y ello pese al sistema de impuestos redistributivo (el impuesto sobre la renta oriental es, por ejemplo, casi un 50% más bajo que el occidental).

Perspectivas

Además de la pésima situación de la economía de la RDA, que se encontraba al borde de la insolvencia antes de su hundimiento, el informe del IFO apunta a la rapidez con que se introdujo la economía social de mercado y la privatización de las empresas estatales orientales. Esa privatización se llevó a cabo antes de realizar las inversiones de saneamiento pertinentes para que las empresas orientales partieran de un nivel competitivo similar a las occidentales.

El Informe Anual del Gobierno federal sobre el estado de la unidad alemana establece como objetivo igualar el nivel económico de los Estados alemanes orientales con el de los Estados occidentales más pobres antes de 2020. Un objetivo que el economista Ragnitz considera irrealista si el Gobierno federal no realiza las inversiones necesarias para que la economía oriental alcance la autonomía suficiente que le permita crecer sin necesidad de las ayudas procedentes de los impuestos pagados por los contribuyentes del resto de Alemania. De no alcanzar ese objetivo, el partido de La Izquierda mejorará muy probablemente sus resultados electorales, y tal vez no sólo en Alemania oriental.

2 comentarios:

666Kato dijo...

y a hilo de esto:
http://alricocannabis.blogspot.com/2009/11/el-muro-de-la-ignorancia-aun-sigue-en.html

saludos paisano!
;)

Gonzalo Gómez Montoro dijo...

Hola Andreu,

No sabes las ganas (y el poco dinero) que tengo de ir a Berlín. Muy buena esta entrada sobre la destrucción y la regeneración de los lugares, dos cosas que me interesan muchísimo ahora mismo. Lo único que sigo enfrascado en interminables oposiciones que no parecen llevar a ninguna parte, crisis económica mediante.

Cambiando de tema, te invito (y a los lectores de tu blog) a descargarte de mi bitácora una entrevista de personalidad en forma de narración que le hice a Luis Leante, Premio Alfaguara de novela en 2007, y que he conseguido publicar en la revista literaria de Barcelona "Escribir y publicar". Fíjate, este escritor es murciano y vive en Alicante, que fue el lugar donde le hice la entrevista. Sé que te debo un comentario de tu cuento (¡perdóname!) pero me interesaría saber tu opinión sobre este texto, como periodista que eres. (Por favor, sé benévolo, que es la primera que he hecho en mi vida, jaja)
Un abrazo,
Gonzalo