lunes, 22 de diciembre de 2008

Au revoir, Radiomultikulti

Uno de cada cuatro berlineses tiene pasado migratorio: es decir, o ellos o miembros de de su familia llegaron a la capital alemana desde otras partes del mundo. De los casi 3 millones y medio de habitantes de Berlín, el 13,7% no cuenta con la ciudadanía alemana. Son un par de datos que arrojan los últimos estudios demográficos del Encargado de Integración y Migración del Senado de Berlín: estadísticas que muestran de forma aplastante que el multiculturalismo, de la mano de la inmigración, lleva tiempo instalado en la sociedad berlinesa.

En 1994, tras diversos ataques y disturbios de tintes racistas en diferentes ciudades de Alemania, Runfunk Berlin Brandenburg (RBB, siglas que corresponden al conglomerado de radios y televisiones públicas de la capital alemana y el Estado de Brandenburgo que la rodea) decidió fundar una nueva emisora: Radiomultikulti. ¿Su misión?: “Promover la convivencia entre la población alemana y la extranjera en ambas regiones”. Tras 14 años en las ondas, la RBB anunció el pasado mayo que el 31 de diciembre bajaría la persiana del proyecto. Pese a las numerosas protestas y al movimiento cívico nacido para intentar salvar Radiomultikulti, la dirección de RBB no ha cambiado ni una coma de su anuncio.

Radiomultikulti es un medio excepcional: emite la mayor parte de su programación en alemán, además de reservar espacios para otros programas realizados en una veintena de idiomas hablados en Berlín. Pero lo realmente excepcional de Radiomultikulti es que su equipo está formado por redactores procedentes de más de 30 países. Y eso se escucha en el acento con que son emitidos sus programas. Como afirma Wolfgang Holler, portavoz de Radiomultikulti, “en cierta manera, Multikulti rompió un tabú en el panorama de los medios de comunicación alemanes al permitir que extranjeros se adueñaran de la lengua del país que les había acogido como herramienta de comunicación”.

Tras catorce años en las ondas, hay voces que apuntan que Radiomultikulti, calificada maliciosamente por algunos como “la emisora hijastra” de RBB, ha aportado más voluntad que calidad. En el análisis de audiencia del pasado marzo, la radio alcanzó un discretísimo 0,8%. Es decir, 37.000 oyentes diarios. Algo considerado como insuficiente por la dirección de RBB, teniendo en cuenta su maltrecha economía: la empresa pública cuenta con en 2009 le falten 54 millones de euros en su presupuesto. No en vano, RBB ya habrá recortado 320 empleos e1 1 enero de 2009. Y eso en medio de la dichosa crisis económica global.

Con el cierre de Multikulti, RBB prevé ahorrarse 4,2 millones de euros anuales. Una cifra relativamente pequeña teniendo en cuenta la función integradora que, como bien muestran las estadísticas demógráficas de la capital alemana, Berlín necesita. Por eso cuesta creer que las razones para echar el cierre a la radio sean simplemente económicas. “Sería estúpido pensar que tras el cierre de Radiomultikulti se esconden razones ideológicas o políticas. Se trata de una decisión meramente presupuestaria, de una dolorosa decisión empresarial de la dirección de RBB”, replica Wolfgang Holler tras la mesa de su despacho medio vacío en los estudios de Radiomultikulti, cuyos pasillos poco transitados presagian el inevitable final de la emisora. Las pegatinas reivindicativas con el lema “Radiomultikulti muss bleiben” (“Multikulti tiene que permanecer”) en numerosas paredes y puertas de las instalaciones parecen tener ya un simple valor anecdótico.

Eduardo Méndez, como fundador y editor de B2 Magazine, una revista editada en Berlín y fundamentalmente en español, sabe lo que cuesta mantener en pie un proyecto como el de Radiomultikulti. Para Eduardo, “el cierre es lamentable. Al igual que el canal de televisión Arte, Radiomultikulti es una herramienta minoritaria concebida como un instrumento de cohesión entre inmigrantes y aborígenes. Significa la capitulación estatal ante lo plural”. Ante los bajos índices de audiencia, no pocos hablaron del fracaso de Radiomultikulti en su misión integradora. Eduardo prefiere buscar las razones de ese supuesto fracaso en la propia sociedad alemana: “Creo que los alemanes son muy lentos para los cambios. Predomina, por ejemplo, el inglés como idioma musical en la radio, a pesar de que no son tantos los alemanes que dominan ese idioma y, sobre todo, de que son muchos menos los que entienden la cultura anglosajona. Sin embargo, a la hora de consumir contenidos diferentes (en español o francés, por ejemplo), los alemanes se asustan. Radiomultikulti no ha fracasado; se trata más bien de un fracaso de la sociedad alemana o una prueba de que queda mucho por hacer. En un país donde todavía se habla de la cuarta generación de turcos, la cosa va mal...”.

Damián García es gallego y vive desde hace seis años en Berlín, donde trabaja como profesor de español y donde se ha convertido en un oyente diario de Radiomultikulti, “sobre todo, por los noticiarios que ofrece en español”. Damián, que incluso utiliza los contenidos de la radio con sus alumnos, considera la emisora una herramienta indispensable en una sociedad como la berlinesa: “Radiomultikulti marca la diferencia al mostrar la pluralidad de culturas de la ciudad y la convivencia entre ellas. El resto de medios alemanes no reflejan esa realidad sino que se limitan a la cultura dominante. Por eso, muchos alemanes no entienden el concepto de multiculturalidad”. Damián pone en duda que el cierre de Radiomultikulti no esconda razones ideológicas: “Con la cantidad de radios públicas en alemán para alemanes que hay, ¡van a cerrar la pequeña y barata que emite una programación única!”.

Wolfgang Holler, portavoz de Radiomultikulti, sigue defendiendo el trabajo desempeñado por la emisora y subraya que los análisis de audiencia son engañosos, pues en ello sólo son encuestados los germanohablantes: “Calculo que la voz del 70% de nuestros oyentes no está reflejada en esos estudios de medios, lo que nos coloca en desventaja respecto al resto de emisoras.” Holler reconoce que con el cierre, Berlín pierde un instrumento importantísimo para la integración de los inmigrantes. A partir del próximo 31 de diciembre a las 22.00, Radio Funkhaus Europa, emisora que desarrolla una programación similar a la de Multikulti desde Colonia, ocupará la frecuencia 96,3 de la FM berlinesa. “No podrán sustituir nuestro trabajo porque Radio Funkhaus Europa no tiene su sede en Berlín, no respira los problemas de la ciudad y les costará reflejar en su programación la realidad de la sociedad berlinesa”. Pese a ello, Holler espera que Radio Funkhaus Europa sea capaz de cubir el hueco dejado por Multikulti y apuesta porque los contenidos sobre la multiculturalidad, el diálogo y la convivencia entre comunidades se extiendan al resto de medios alemanes tradicionales. Mientras tanto, los días pasan y ni un milagro parece que pueda salvar a Radiomultikulti de su cierre. Los inmigrantes, sin embargo, seguirán estando ahí.

miércoles, 10 de diciembre de 2008

Inquietante sosiego en medio de la desazón

Que el estallido de violencia en Grecia no se trata de simple brote de vandalismo está bastante claro. Podremos discutir si la masa de jóvenes encapuchados tiene una base ideológica fuerte y trabajada. Lo que no es discutible es que esa masa violenta actúa azuzada por el malestar social, por el descontento y la frustración ante un futuro incierto. De no ser así, los disturbios habrían acabado hace días. El asesinato del estudiante griego Alexandros Grigoropulos por disparos de la policía fue simplemente el desencadenante de un levantamiento que seguramente hacía tiempo que se venía cociendo. Los jóvenes actúan con demasiado convicción e insistencia como para ser simples vándalos. Como apunta Francisco Veiga en su blog, la revuelta social de Grecia debe ser interpretada como el mayo del 68 de nuestros días. Será interesante ver cómo evoluciona el asunto y, sobre todo, si la manzana podrida de la juventud rebelde griega se extenderá a otros países del cesto europeo.

De momento, en Berlín un puñado de jóvenes del arco ideológico anarquista y de extrema izquierda (los denominados "Autonomen" en Alemania) ocuparon pacíficamente la embajada griega en la capital alemana y desplegaron una pancarta con un mensaje directo: "El Estado asesina".

Se respira inquietud. Inquietud por el futuro, por la (¿depresión?) crisis económica, por las cada vez más profundas dudas sobre el sistema económico y político que ha gobernado este mundo durante los últimos 70 años. ¿Adónde vamos? es la pregunta que se lanzan a sí mismos muchos jóvenes que no tienen nada claro que el mundo que heredan tenga el orden debido. En medio de esa marea de desazón, la banda de tango electrónico bonaerense-parisina Gotan Project nos dejó ayer con enorme y rebelde elegancia unas gotas de inquietante sosiego. Os dejó con una pequeñísima muestra de ello:


sábado, 6 de diciembre de 2008

El cine mudo como arma social

En el número 14 de la Morusstrasse, justo en medio de la colonia Rollberg situada en el mal afamado distrito de Neuköln, hay un interesante proyecto: la asociación Morus 14. Neuköln es conocido, entre otras cosas, por ser el gueto de Berlín: alta tasa de inmigración y una sociedad civil poco estructurada en ciertas de sus partes son los ingredientes que hacen repetir una otra y vez esa falsa reputación.

Morus 14 es una de tantas asociaciones de la capital alemana que intentan convertirse en una herramienta estructuradora de vecindarios más o menos problemáticos. En este caso, la colonia Rollberg, compuesta por bloques de viviendas que pese a encontrarse en el oeste de la ciudad, bien traen al recuerdo la arquitectura socialista del este berlinés. A veces los políticos se olvidan de que para evitar problemas sociales es fundamental la prevención, y ahí entran en juego ese tipo de iniciativas de trabajo social que permiten a los vecinos sentirse parte activa de algo y crear por ellos mismos un lugar de encuentro que fortalezca la sociedad civil de los barrios obreros. Algo de eso tendríamos que aprender en no pocos extrarradios españoles.

¿Cómo llegué al Morus 14? La asociación ha tenido la genial idea de proyectar todos los primeros miércoles de mes clásicos del cine mudo. Todos hemos visto alguna vez cine mudo, pero creo que pocos hemos visto una película muda enterita y muchos menos en una sala de cine, es decir, de forma colectiva. La sensación fue extraña y confortable a la vez: en la sala se juntó una curiosa masa en la que se mezclaban alemanes de diferentes edades con algún que otro turcoalemán, una masa que reaccionaba de forma entusiasta al humor de piruetas corporales de Charles Chaplin en The kid. Estamos tan acostumbrados a ver cine sonoro y en color, que nos sorprendemos cuando nos damos cuenta de que los clásicos del cine mudo nos pueden hacer disfrutar, y mucho.

¿Las próximas citas?: el 7 de enero, Asphalt, de Joe Mays (1929); el 4 de febrero, Tartüff, de Friedrich Murnau (1925); y el 4 de marzo Eine Frau in Paris, del genial Charles Chaplin (1923).




P.D: la entrada es gratuita, pero se aceptan de buen grado pequeñas donaciones que sirvan para mantener el proyecto.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Waltz with Bashir



La historia es relativamente sencilla: Ari Folman, director de cine israelí, tuvo que luchar en la primera guerra del Líbano en 1982. Más de 20 años después, durante una conversación con un viejo amigo, Ari recuerda que participó en esa contienda, pero nada más. Ahí comienza una larga lucha contra su propio olvido en la que poco a poco van apareciendo en su mente retazos de su juventud, flashes del sangriento enfrentamiento en Beirut y sus alrededores. Y esos recuerdos le hacen darse cuenta de que su país, Israel, tiene a menudo una memoria demasiado selectiva.

Waltz with Bashir es el nombre de la película a la que hace referencia la anterior pequeña introducción. Hace poco tuve la oportunidad del verla en el cine, y me dejó un sabor de boca bien extraño. En primer lugar, porque se trata de un género híbrido bautizado como "documental animado": Ari Folman utiliza material real (entrevistas e imágenes de archivo) que filtra a través del tamiz de la animación. La película, por así decirlo, es de dibujos animados: en ella no aparecen actores reales, lo que quizá está estrechamente ligado al hecho de que el director utilice como base de su filme sus recuerdos de la juventud, que se le aparecen por momentos como un borroso y lejano sueño. En segundo lugar, porque Waltz with Bashir, pese a estar producida por un israelí, supone un duro correctivo a la actuación del Ejército de Israel, y en concreto al papel de Ariel Sharon. Ya sabemos que en una guerra no hay buenos ni malos, sino simplemente sufrimiento y destrucción, pero uno espera (quizás inocentemente) que el Estado de Israel sea extremadamente cuidadoso con el uso de la fuerza teniendo en cuenta lo que sufrieron los judíos en el pasado reciente. Pero no, no fue (¿ni es?) así: Ari Folman muestra sin reparo el papel activo que las tropas israelíes jugaron en las matanzas indiscriminadas de civiles palestinos en los campos de Sabra y Chatila durante la primera guerra del Líbano. Una vergüenza para Israel y para el mundo entero.

Otro de los puntos que me chocaron fue el tratamiento por momentos tragicómico de la guerra, enfoque subrayado por el uso de la animación: la guerra es mostrada en ocasiones por Folman como un juego mortal en el que la ineptitud o la falta de experiencia bélica matan ridículamente. Ese tono cínico y burlesco desaparece por completo con los fotogramas que cierran la película: la animación deja paso de forma abrupta a una serie de imágenes reales de víctimas civiles palestinas (niños, mujeres, ancianos) ametralladas por las milicias cristianas falangistas libanesas apoyadas por el Ejército israelí.

Ir a ver una película como ésta no es una decisión sencilla en un país como Alemania, en el que en ciertos círculos te tachan automáticamente de antisemita si se te ocurre entonar una crítica moderada y razonada al Estado de Israel. El público de la sala donde vi Waltz with Bashir quedó en absoluto silencio cuando aparecieron los títulos de crédito: ni uno solo de los espectadores osó levantarse hasta que la pantalla quedó en negro y la sala, en absoluto silencio. Me pregunto si fue por respeto a las víctimas palestinas de Sabra y Chatila, por respeto a las víctimas judías del nacionalsocialismo o por el espectáculo dantesco que inesperadamente acababan de presenciar.

martes, 25 de noviembre de 2008

Sobre el tercer Latinale y el cierre (forzado) de la galería Putiklub

El pasado fin de semana fue interesante porque confluyeron dos eventos destacables en la capital alemana: el cierre de Latinale, la tercera edición consecutiva del festival itinerante de poesía latinoamericana de Alemania, y, sobre todo, el cierre (forzado) de la galería Putiklub, todo un golpe al underground hispanohablante y no hispanohablante berlinés.

Lamentablemente no pude asistir a casi ninguna de las interesantes actividades organizadas en el marco de Latinale por la incompatibilidad con mis horarios laborales, pero destaco entre ellas la mesa redonda organizada en el Instituto Cervantes y moderada por Rery Maldonado sobre publicaciones subversivo-precarias como Grumo, Óxid o Revista Vox. Se habló de cómo puede sobrevivir una publicación cuya base es la poesía como falla en el sistema.

Las actividades de Latinale solían desembocar en recitales de poesía nocturnos, cargados de humo y efluvios etílicos, en los bajos de Putiklub. Allí me crucé con algunos de los poetas latinoamericanos participantes en el festival como Yanko González, Julio Espinosa, Rafael Muñoz Zayas y Eduardo Mariño, y también con apariciones interesantes como la de la poeta española María Salgado.

En estos inquietantes tiempos de crisis económica y moral, cuando algunos comienzan a proclamar el fin del postmodernismo y el inicio del neomodernismo, nada mejor que pegarle un buen trago a una cerveza, darle una calada a un cigarro, cerrar los ojos y dejar que las palabras hilvanadas por el ritmo de la voz de un poeta te den la tranquilidad que buscas.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Setmanari Directa número 116: más aire fresco...

Una publicación de poca tirada, íntegramente escrita en catalán y con un enfoque crítico sistemático tiene muchos inconvenientes, pero también una ventaja que desde luego muchos medios impresos de carácter tradicional y tirada masiva seguro que envidian en estos tempestuosos tiempos de crisis económica: al Setmanari Directa le trae sin cuidado la falta de inversión publicitaria y la bajada de las ventas de diarios porque su objetivo no es hacer dinero, sino dejar entrar aire fresco en el panorama de los medios de comunicación impresos, que hace tiempo que apesta a enfermo en estado de coma.

El número 116 de Directa salió a las calles esta semana, y tengo que admitir que su calidad va aumentando tanto en contenido como en diseño. En este número aparece mi reportaje Bòsnia i Hercegovina: la ferida oberta. Estoy orgulloso de él y contento de que tenga difusión en papel.

Desde esta humilde tribuna digital alento a todos los que trabajan en el sector de la comunicación a que colaboren con este tipo de iniciativas. Sólo así podemos salvar el periodismo de una muerte segura.

P.D: uno de los artículos de la última edición del Setmanari Directa presenta el interesante documental de Marc Almodóvar BCN Thematic Park, una deliciosa patada en la boca al modelo económico de "monocultivo turístico" que está arrasando con la auténtica capital catalana. Podéis ver el documental íntegramente en la siguiente pantalla:



martes, 18 de noviembre de 2008

RDA-arte contemporáneo chino: hilos invisibles

A veces creo que los lugares que vamos pisando a lo largo de nuestra vida están unidos por hilos invisibles. Creemos que los pasos que damos responden a nuestra libre voluntad pero en realidad seguimos inconscientemente caminos ya marcados.

Mi primer contacto con el arte contemporáneo chino lo tuve en el distrito 798 de Pekín. Cosas de la vida, y contra pronóstico, tuve la oportunidad de viajar por China durante dos semanas. El 798 se autodefine como un lugar “emergente, de avanguardia y trendy que acoge eventos culturales y artísticos de high-level”. Un espacio de moda, postindustrial y elitista, con cierto sabor underground, situado en el mismo corazón del Pekín postolímpico.

Curioso: el 798 fue diseñado a comienzos de la década de los 50 por ingenieros y arquitectos de la República Democrática Alemana. Es un trozo del legado arquitectónico socialista de la RDA (del que estamos cansados en Berlín) en el mismo corazón de Pekín. Esa conexión invisible debió de ser la que me arrastró hasta allí.

En el 798 se cuece parte del efervescente y cotizado mercado del arte contemporáneo de Pekín. Revistas, diarios, blogs, galerías, museos, catálogos de Europa y Estados Unidos aparecen plagados últimamente por artistas contemporáneos chinos. Li Wei, Cang Xin, Xiao Lu, Cui Xiuen, Zeng Fanzhi, Lee Pei, Zheng Guou, Zhao Zhao, Zhang Xiaogang, Yue Minjun. Nombres impronunciables altamente cotizados en el mercado mundial. Una tendencia alimentada por el segundo salto adelante que han supuesto los Juegos Olímpicos y por la atracción hacia lo desconocido que representa el gigante asiático, visto desde Occidente como un imperio emergente que seduce y aterra a partes iguales. Pero, ¿qué hay de arte real y de simple mercadeo en esa innegable tendencia?

De China nos llega mucha información, casi siempre propaganda positiva o negativa, casi siempre información interesada. Por eso cuesta contestar a la pregunta líneas arriba formulada. Liu Ding, director de JoyArt, un espacio-proyecto situado en el distrito 798 que acoge y promueve tanto exposiciones de artistas chinos como extranjeros, nos ayuda a analizar ese proceso:“En efecto, el arte contemporáneo chino forma parte del mercado global de arte, pero también es una especie juego que la nueva élite económica china utiliza para invertir el dinero amasado y construir simbólicamente una clase alta diferenciada de las masas. El aumento del interés occidental por el arte contemporáneo chino está directamente ligado al emergente papel que China juega como poder político y económico en el tablero mundial. El arte contemporáneo es utilizado por Occidente para intentar entender e interpretar al gigante asiático.”

¿Qué uso hace de ello el Gobierno chino?: “El Partido Comunista simplemente considera la existencia del arte contemporáneo chino como un signo más del proceso de apertura económica iniciado hace 30 años, pero ni lo promueve ni lo apoya. La escena sigue estando muy aislada. Además, son muy pocos los artistas que adoptan una posición crítica respecto a la actual situación social del país.”

¿Qué papel ha jugado y juega el distrito 798?: “Ese espacio dejó de ser underground a partir del año 2000. El 798 nació como una iniciativa de unos pocos artistas y galeristas que se ha ido convirtiendo poco a poco en un foco de referencia en la actual escena del arte chino. Ahora el Gobierno, que de forma ambigua ni apoya ni reprime esa escena, se aprovecha del espacio tras haberlo convertido en una de las paradas obligatorias en las guías turísticas."

¿Perspectivas?: “El futuro del arte contemporáneo chino es la formación y perfeccionamiento de una estructura y un sistema independientes que permitan el pluralismo y estimulen diferentes modelos creativos. Ese paso debería dejar atrás la existencia del arte como mero fenómeno mercantil."

P.D: las fotos del post son obras de Cang Xin y Li Wei, y fueron cedidas amablemente por la galería barcelonesa www.espace-ample.com.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Mario Vargas Llosa y el (neo)liberalismo

Mario Vargas Llosa recibió el pasado sábado en Fráncfort el Premio de la Libertad concedido por la Fundación Friedrich Nauman, una institución cercana al Partido Liberal Alemán (FDP). En Alemania, cada uno de los cinco partidos con representación parlamentaria cuenta con una fundación que hace las funciones de lobby: entregan premios, conceden becas y subvenciones, defienden públicamente los valores e ideas del partido que las mantienen.

El gran escritor hispano-peruano cuenta con dos facetas: la de contador de historias y la de político. Ya en 1987 encabezó un movimiento cívico en contra de la pretensión de estatalización de la banca del presidente Alan García, y en 1990 se presentó como candidato a las elecciones de Perú y las perdió. Vargas Llosa es un defensor a ultranza de la literatura y también del liberalismo como forma de organización social. En una entrevista concedida a la redacción española de la TV alemana Deutsche Welle, el escritor así lo confirma: "Los liberales siempre hemos pensado que para que funcione una sociedad tiene que haber leyes equitativas y que se respeten. Para eso tiene que haber un Estado. La actual situación [crisis financiera internacional] es una de esas situaciones excepcionales en las que el Estado tiene que intervenir para evitar consecuencias catastróficas, sobre todo para la gente con menos ingresos". Con esto último Vargas Llosa se refiere a los pobres, mayoría en Latinoamérica, para ser justos con la verdad.

Innegable que Vargas Llosa es un grandísimo escritor (hace poco un viejo amigo con inquietudes literarias me decía que el peruano es probablemente el mejor escritor del mundo actualmente), pero su discurso político no me convence. Y no lo hace porque en su defensa del liberalismo Vargas Llosa no se refiere ni una sola vez al neoliberalismo, actual etapa que ha alcanzado la doctrina de la defensa dogmática de la libertad de mercado.

Si echamos un vistazo al siglo XX, veremos como esa presunta libertad de mercado ha sido utilizada por los más ricos para acumular más riqueza, defender sus intereses y, sobre todo, para mantener en la miseria a los países más pobres del planeta. Se utiliza la palabra liberalismo cuando en realidad se debería hablar de neoliberalismo: libertad de mercados a nivel mundial, libre flujo de capitales, pero siempre con las reglas establecidas por los más poderosos.

Recientemente tuve la oportunidad de ver la película Let's make money: en ella, un miembro del Gobierno de Burkina Faso, uno de los países más pobres de África (y por tanto del mundo), explica la situación de su país utilizando una ilustrativa metáfora: "Los países ricos hablan de liberalismo, pero dicen medias verdades: nuestro país heredó las estructuras económicas de la época colonial que nos dejaron el cultivo de algodón como única forma de supervivencia. Entonces pusimos todas nuestras fuerzas y todo nuestro trabajo en el cultivo de algodón para salir adelante. ¿Con qué nos econtramos? Con que los países del primer mundo protegen sus industrias algodoneras con subvenciones, de forma que nuestra posición en el mercado global queda notablemente en desventaja. Es como si en una carrera, el juez te dice que tienes igualdad de condiciones con tu competidor, pero éste cuenta con una magnífica preparación física y un buen equipamiento, y tú comienzas a correr enfermo y descalzo".

Sinceramente, creo que es el dogmatismo liberal (y neoliberal) de defensa del libre mercado el que nos ha llevado a la actual situación de crisis económica global, lo que siempre afecta de forma más dura a las gentes "de menos ingresos", como dice Vargas Llosa. Es decir, a los pobres, para evitar eufemismos. Una última frase del escritor: "Una estatalización de la banca en cualquier país puede incluso acabar con la democracia". Lo que realmente pone en peligro la democracia son las grandes desigualdades sociales, como ocurre en gran parte Latinoamérica, y no el reforzamiento del Estado como controlador e impulsor de la economía.

Yo creo en la ley del esfuerzo y la superación, y en la creación de riqueza, pero no creo en la injusticia. Los abanderados del liberalismo económico suelen ser aquéllos que tienen el poder, y no los de abajo. De repente recuerdo un artículo de Mario Vargas Llosa publicado en El País: el escritor relataba la historia de un talentoso guionista y escritor español que conoció en París. El escritor siempre trabajó duro y constante para abrirse paso en el mundo de la literatura y el cine, y murió en la más absoluta de las miserias. Me pregunto si Vargas Llosa también sería un defensor a ultranza del liberalismo si no hubiera triunfado como escritor.

Cuando acumulas un poco de experienca en la vida, en seguida te das cuenta de que si algo falta en el mercado son libertad, justicia y, por supuesto, valores morales. ¿Realmente tenemos que dejar la democracia en sus manos? Por mi no, gracias...

lunes, 10 de noviembre de 2008

9 de noviembre de 1938, 9 de noviembre de 1989

Es lo que tiene ser la Roma del siglo XX: las fechas importantes desde la perspectiva de la Historia (con mayúscula) se agolpan e incluso se solapan en el calendario berlinés. Es el caso del ya pasado 9 de noviembre: hace 70 años los nazis dieron el primer paso violento en su intento de eliminación sistemática del judío en Alemania y Europa, y hace 19 un ministro de la RDA cometió un desliz que desembocó en la fulminante e inesperada caída del muro de Berlín. Como decía la publicidad institucional en las paradas de bus y metro de la ciudad, Berlín se recordó el 9 de noviembre.

Pero la historia sigue y se vive a diario en la capital alemana. Aquí tengo a sensación de formar parte de la historia, de convertirme en parte de ella, me dijo una noche un estudiante español entre cervezas. Esos dos hechos históricos marcados sobre la casilla del día 9 de noviembre tienen conexiones directas con la actual Alemania, al tiempo que están interconectados entre ellos mismos.

Sólo un par de datos:

- Según la propia canciller Angela Merkel en su discurso de ayer en la sinagoga del la Rykestrasse de Berlín, sólo durante los primeros nueve meses de este año se registraron 800 ataques de carácter antisemita en toda Alemania (y más de 17.000 delitos de la extrema derecha o neonazi durante 2007, espectro ideológico en el que son activas y potencialmente violentas alrededor de 30.000 personas en todo el país, según el último informe anual del Ministero de Interior germano). De todos modos, ese preocupante dato, junto a la llamada deuda histórica que Alemania tiene con judíos de toda condición, no debería apagar las necesarias críticas sobre el comportamiento del Israel con palestinos y otros pueblos de su entorno. El espiritu crítico no puede ser tachado una y otra vez con el adjetivo "antisemita", algo que incluso ocurre en los algunos círculos de la extrema izquierda alemana. Y debería ser el propio Israel el que hiciera esa autocrítica si quiere sobrevivir como Estado. Si no la hace, habrá que recordárselo...

- Sí, el muro cayó hace casi 20 años, pero las diferencias entre el Este y el Oeste de Alemania siguen bien presentes. El muro físico cayó pero el psicológico sigue ahí. Según apuntaba en una reciente entrevista el comisario para la reconstrucción del Este de Alemania (o de los conocidos como nuevos Estados federales), actualmente "el desempleo es dos veces mayor en el Este que en el Oeste, sobre todo el desempleo de larga duración". Eso desemboca en dos fenómenos remarcables: el trasvase fundamentalmente de población joven del Este al Oeste de Alemania (alrededor de un millón y medio de ciudadanos de la antigua RDA se han marchado al Oeste desde la reunificación del país) y el crecimiento de los partidos de extrema derecha en los territorios orientales como consecuencia de esa frustración social.

Hay que aprender de los errores cometidos durante la historia para no volverlos a repetir; o como dijo Primo-Levi, "ya ocurrió una vez, y consecuentemente puede volver a ocurrir".

viernes, 7 de noviembre de 2008

'El asombroso viaje de Pomponio Flato': una lectura divertida y prescindible

Vuelve Eduardo Medoza. Para muchos, novelas del autor catalán (que, para pesar de algunos, escribe en un magnífico castellano) como Sin noticias de Gurb y, sobre todo, La ciudad de los prodigios son referencia literaria e incluso vital. El asombroso viaje de Pomponio Flato es su última propuesta. El escritor invita al lector a embarcarse en una socarrona y por momentos desternillante cruzada contra las actualmente tan de moda novelas pseudohistóricas de ínfima calidad y excelente resultado comercial. Sin más pretensiones que hacer pasar un buen rato, Mendoza completa un libro divertido y ameno, cuya lectura deja la sensación de ser prescindible. Un último aviso: la novela puede decepcionar profundamente a los lectores más fieles de Mendoza.

P.D: incluyo en el blog esta breve reseña que en teoría debería aparecer en el incierto futuro número de B2 Magazine.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

And the winner is...

Tras pelear para poner en pie un informativo de televisión nocturno sobre las elecciones estadounidenses, algunos acabamos de madrugada en la fiesta que los democrats abroad de Berlín organizaron en el teatro Babylon am Rosa-Luxembur Platz.

Fiesta de freaks, estadounidenses y curiosos de toda clase regada por ese sabor algo cutre que desprende la capital alemana, y que culminó con un discurso de grandes palabras del primer presidente negro de la historia de Estados Unidos y de occidente.

Personalmente, y sin negar la fuerte carga simbólica que tiene la elección de Obama, creo que poco cambiará mucho. Con todo, sin duda cualquier cosa será mejor que Bush...


martes, 4 de noviembre de 2008

¿Lo quieres? Pues cógelo...

Bernd Wagner es un tipo con una biografía típicamente berlinesa: nacido, crecido y educado en la RDA (República Democrática Alemana), inició una carrera intelectual que rozó la gloria y que se topó finalmente con el dogmatismo represivo socialista. Wagner acabó cruzando el muro, y tras el hundimiento del socialismo real, reinició su vida artística en la Alemania reunificada con esperanzadoras expectativas. Pero la vida puede jugar malas pasadas al Lebenskünstler. Y más si vive en Berlín.

Wagner, tras rozar de nuevo la gloria en la reunificada República Federal Alemana, enfermó en 2005. Ahora es desempleado y vive del archiconocido Arbeitlosengeld (II) (el paro, para los españoles). Esa precariedad ha sido la fuente de inspiración para su último y reciente libro, escrito a cuatro manos con su hija Lisa Wagner: Berlin für Arme. Ein Stadtführer für Lebenskünstler, un manual de supervivencia en una ciudad barata donde se suele ganar poco, si es que se gana algo.

Porque Berlín también se puede disfrutar gratis. Sin un duro. El libro de Wagner es una prueba más de que con curiosidad, con poca vergüenza y, sobre todo, con necesidad, Berlín ofrece una serie de actividades por el módico precio de 0 euros.

Durante los últimos años se ha venido prestando cada vez mayor atención a una política de apropiación colectiva y visible. Esta política está marcada por la subversión de la lógica del intercambio de signo capitalista en favor de un concepto de apropiación basado en el deseo, la cual no se somete a restricciones económicas. Tales gestos tienen en común una actitud altamente libertaria, una negación exuberante y juguetona de la alienación y la exclusión provocadas por las dinámicas consumistas, así como una clara orientación social que intenta ir más allá de los paradigmas de las estructuras políticas tradicionales tanto en la teoría como en la práctica”. Así comienza el magnífico artículo Gestos de la resistencia cotidiana, escrito por Anja Kanngieser y publicado por la revista Transversal en febrero de 2007.

Anja desgrana en su ensayo los principales movimientos del conocido como movimiento Umsonst alemán: colectivos que asaltan masivamente tiendas de lujo para distribuir posteriormente sus productos entre gentes de vida precaria, grupos que usan el transporte público sin pagar el ticket correspondiente, etcétera. Todas las acciones, llevadas a cabo de forma ostentosa y pública, sin miedo a posibles represalias. En Barcelona, colectivos ensayaron estas iniciativas bajo el juego de palabras YOMANGO.

En la Brunnenstr. 183 hay una tienda gratuita, la Umsonstladen. Un proyecto que podría quedar encuadrado en el movimiento descrito por Anja. Robert Podzuweit, uno de los miembros del coletivo que regenta la tienda, me corrige bien pronto: “Ciertamente se habla de un movimiento Umsonst alemán. Pero nosotros no tenemos que ver con él, nos desmarcamos de tácticas como el robo masivo”.

La Umsontsladen es “una alternativa ecológica al capitalismo de producción y consumo”: cuando no utilizas más algo, lo puedes dejar en la tienda. Cuando necesitas alguna cosa, la puedes coger de la tienda. Así de sencillo. “Evitamos producir al tiempo que ponemos a disposición de la gente una serie de productos, que de no ser por nuestro proyecto, acabarían en la basura”, me cuenta Robert.

¿Y qué han conseguido hasta ahora?: “Primero, sobrevivir seis años, lo que no es poco tal y como está la cosa. No hemos cambiado el mundo, pero hemos levantado una alternativa para que la gente tenga que trabajar menos para vivir”.

P.D: esta nota no cupo en el último número de B2 Magazine, y vino precedida de un reportaje sobre el tema publicado en el Setmanari Directa.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Let's make money...

Let's make MONEY - offizieller Trailer zum Film


Let's make money, la última película del director austriaco Erwin Wagenhofer (creador de We feed the world), da respuesta de manera contundente y sin adornos a las preguntas más pertinentes en la actual época de crisis del neoliberalismo global.

No sé cuándo ni si llegará a las pantallas españolas y latinoamericanas, pero si algún día tenéis la oportunidad de ver el filme, cuando salgáis del cine desde luego entenderéis mejor el sistema de mierda en el que vivimos.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Avedon: el retrato de la verdad (y la mentira)


"Cuando era un chico, mi familia ponía mucho esmero en las fotos que se hacía. Realmente las planeábamos al detalle. Hacíamos auténticas composiciones. Nos vestíamos para la ocasión. Posábamos frente a coches caros y casas que no nos pertenecían. Tomábamos prestados perros. Casi en cada una de las fotos familiares tomadas durante mi infancia había un perro prestado. Poseer perros parecía una ficción necesaria para los Avedon. Cuando recientemente eché un vistazo de nuevo a esas instantáneas, encontré en ellas once perros diferentes, y en ellas, los Avedon siempre riendo, riendo para siempre. Todas las fotografías de nuestro álbum familiar estaban construídas sobre la mentira de quienes éramos y revelaban el deseo de quienes queríamos ser". (Cita de Richard Avedon extraída del libro Borrowed dogs).

Recientemente se inauguró la exposición Richard Avedon: Fotografien 1946-2004 en la Martin-Gropius-Bau de Berlín. Más de 200 instantáneas (quizás demasiadas, quizá demasiado apretadas) distribuidas en siete u ocho salas que sirven de muestra de la extensa y exquisita obra del fotógrafo estadounidense.

Conocí la obra de Avedon en la primavera de 2003, durante mi semestre de Erasmus en la Universität der Künste de Berlín. En mis numerosos y largos periodos de ocio, me dedicaba a ojear los libros de fotografía documental que contenía la humilde biblioteca del edificio donde estudiaba. Por lo general, evitaba los libros de fotografía artística, de arquitectura o retratística. Mis pretensiones periodísticas los desdeñaban, les otorgaban un rango menor. Eso cambió cuando topé con los retratos de Richard Avedon. Ellos me descubrieron una nueva forma de hacer fotografías.

Richard Avedon (Nueva York, 1923-San Antonio, 2004) trabajó fundamentalmente la moda y el retrato, aunque también tocó de refilón el reportaje. Lo hizo en blanco y negro, y con una intuición genial en busca de la verdad (y de la mentira). Avedon traza en sus fotografía una línea invisible entre la documentación, la moda y el retrato. Para mi eso le convierte en un gran fotógrafo. Sus instantáneas tienen algo de periodístico. Avedon supo captar la esencia del personaje que tenían ante su objetivo, el carácter irrepetible de lo que tenía ante sus ojos. Y tras identificar lo irrepetible de esa esencia, lo inmortalizaba en blanco y negro con su cámara.

Como bien apunta la cita que abre este post, la mentira forma parte inevitablemente de la verdad. Así fue durante la niñez de Avedon, y, quizá por ello, éste se propuso desenmascarar la impostura a través de la fotografía. Hay una anécdota perfecta para esto que cuento: en cierta ocasión, el artista estadounidense tuvo la oportunidad de retratar al duque y a la duquesa de Windsor. La noble pareja accedió pues el fotógrafo ya contaba con cierto reconocimiento, y los Windsor hacían todo lo posible para distinguirse del vulgo. El duque y la duquesa vestían con la moda más cara, cenaban en los restaurantes más exclusivos, se rodeaban con la élite de la literatura, el diseño, la música, y se paseaban con perritos de razas caras y decadentes. La sonrisa era una constante incrustada en sus rotros, impostada en sus caras.

Avedon podría haber fotografíado esa mentira, haber cobrado y haberse ido. En lugar de eso quiso dejar en evidendia la impostura en la de vida de los Windsor. O como afirma él mismo, "fotografiar su inhumanidad". Perdonen que me muestre un poco desconcentrado durante la sesión, le dijo Avedon a la pareja, pero en el camino hacia aquí mi taxi ha atropellado a un perro. La verdad surgió en la cara de los Windsor como un cuerpo de un ahogado en el mar acaba saliendo a flote antes o después. Y el resultado fue este genial retrato:


P.D: la exposición tiene carácter permanente hasta el próximo 19 de enero, y la entrada cuesta 8 euros, 6 con carné de estudiante y 0 con uno de periodista.

miércoles, 29 de octubre de 2008

Antes y después

Ayer descubrí en la sección de cultura de la versión on-line de El País (el que fuera diario independiente de la mañana, y ni un segundo más) unas fotografías que me eran conocidas. Formaban parte de un reportaje firmado por la agencia EFE sobre una interesante exposición de fotografía documental organizada por la German House de Nueva York. Berlín Kreuzberg SO36 es la propuesta de Peter Frischmuth: el fotógrafo alemán traza una mirada documental sobre las diferencias existentes en el mítico barrio berlinés antes y después de la caída del muro. Hasta aquí todo bien.

Pero resulta que esas fotografías estuvieron expuestas en la humilde, luminosa y acogedora tercera planta del Museo de Kreuzberg (tuve la oportunidad de visitarla) desde finales de enero hasta inicios de marzo de este mismo año sin que provocaran una sola línea en la prensa española y más bien poca tinta en la alemana. Ayer, la agencia EFE destacaba el reportaje sobre la exposición en su avance informativo internacional.

Un ejemplo más de cómo funciona el mundo de la cultura y la información. Antes, la exposición, en un pequeño museo de distrito de Kreuzberg (el barrio que precisamente vio nacer la magnífica propuesta documental de Frischmuth), no interesaba; después, en la German House de Nueva York, es digna de convertirse en noticia e incluso reportaje.

P.D: la exposición Berlin Kreuzberg So36 tiene asegurada una programación itinerante a través de Estados Unidos hasta el invierno de 2010. Su visita es recomendable.

miércoles, 22 de octubre de 2008

Bosnia-Herzegovina: la herida abierta

Tiene que ser la maldita crisis. De todos los medios a los que me he dirigido para publicar el reportaje Bosnia-Herzegovina, la herida abierta, sólo he recibido 'nos' por respuesta o sencillamente silencio. En fin, como soy una persona altruista y me gusta compartir lo que hago, cuelgo el texto en mi blog.

Abrazos desde Alicante...

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Cuando el pasado agosto la guerra entre Georgia y Rusia por los territorios de Abjasia y Osetia del Sur irrumpió en la soporifera actualidad estival, el fantasma balcánico recorrió la espina dorsal de Europa. Expresiones como “limpieza étnica” e imágenes de masas de población civil huyendo de las regiones en guerra volvieron a aparecer en los medios de comunicación de todo el mundo. En Europa occidental se temió el inicio de otro conflicto de corte étnico como el que desangró a los Balcanes durante la primera mitad de la década de los 90.

Los Balcanes y el Cáucaso, dos regiones separadas geográficamente pero que comparten la esencia conflictiva de las zonas fronterizas situadas entre potencias medias o ex imperios venidos a menos. Regiones en las que conviven poblaciones de diferentes procedencias étnicas y religiones, y que a menudo se han convertido en el marco en el que poderes externos han dirimido sus conflictos de intereses.

El próximo diciembre se cumplirán 13 años de la firma del Acuerdo de paz de Dayton que puso fin a la guerra dentro de la guerra; es decir, al enfrentamiento armado a tres bandas entre bosnios musulmanes, serbiobosnios y bosniocroatas en Bosnia-Herzegovina. Una sucia y sangrienta guerra que, enmarcada en un conflicto de nivel bálcanico entre los países surgidos de la disolución del Estado yugoslavo, dejó alrededor de 150.000 muertos y un millón y medio de refugiados. 13 años han pasado desde que el sonido de armas ligeras y de morteros desapareciera de las calles y campos de Bosnia. Pero la guerra sigue sin estar cerrada: la herida sigue abierta.

Lejos de los focos de la actualidad

Bosnia-Herzegovina ya apenas es noticia. El país balcánico sólo provoca titulares en las portadas de diarios e informativos con detenciones estrella como la de Radovan Karadzic, ex líder serbosnio y más que probable criminal de guerra que ahora se enfrenta un proceso ante el Tribunal Penal para la Antigua Yugoslavia de La Haya. Cuando a principios de octubre los Ministros de Exteriores de la Unión Europea decidieron reducir considerablemente los efectivos de la misión de paz de la misión de la EUFOR en el país balcánico, los diarios que informaron sobre ello ventilaron el asunto con un breve o media columna. Quizá sólo el eco de las armas ligeras y los morteros convertirá de nuevo a Bosnia en noticia.

El país se recupera lentamente de la guerra civil. Es díficil pasear por las calles de la capital, Sarajevo, sin ver fachadas con agujeros de bala o incluso grandes boquetes de artillería pesada. Fueron más de 3 años de enfrentamiento armado que marcaron psicológicamente a la población del país y siguen condicionando su actual organización. Bosnia no es un Estado al uso. Dentro de él conviven dos entidades paraestatales: la República Srpska y la Federación Bosnia. En la primera se concentra la mayor parte de la población serbobosnia ortodoxa, mientras en la segunda conviven croatas católicos y bosnios musulmanes. Ambas entidades se limpian las heridas mientras se observan de reojo.

Nebojsa Savija-Valha es director de proyectos de la ONG Nansen Dialogue Center, una asociación de origen noruego que trabaja en el ámbito de diálogo interétnico, la mediación y la reconciliación en gran parte de los países de la antigua Yugoslavia. Nebojsa confirma la agudización de ese proceso de concentración de la población civil según criterios étnicos en Bosnia-Herzegovina: “Actualmente, entre el 60 y el 70% de la población de Sarajevo es bosnio musulmana. Ese mismo proceso también se está dando en la República Sprska, pero con la población serbiobosnia. Si te fijas en el número de mezquitas que han sido construidas en los últimos años en Sarajevo y alrededores, te darás cuenta de cuál es la comunidad que domina en la capital. Otro ejemplo: los directores de instituciones públicas y los profesores de universidad son prácticamente todos bosnios musulmanes. Mientras tanto, Banja Luca, la capital de República Sprska, se está convirtiendo en una ciudad poblada casi exclusivamente por serbiobosnios, y la parte oeste de Mostar, en la capital de los bosniocroatas. Esa tendencia responde al reparto de poder entre las élites de las diferentes comunidades. Se trata de un gran obstáculo para la reconciliación de la población bosnia”. Es la llamada etnocracia. Lejos quedan los años de mezcolanza y convivencia previos a la guerra.

Al otro lado de la frontera


República Sprska significa en serbocroata “República Serbia”. Son los restos del sueño de Radovan Karadazic de anexionar buena parte del actual territorio bosnio al proyecto de la Gran Serbia. A pesar de que la República Sprska pertenece oficialmente al Estado de Bosnia-Herzegovina, el visitante tiene la sensación de estar en un territorio que de facto pertenece a Serbia. Las banderas del país vecino cuelgan en calles y balcones, y gran parte de los letreros y señales están escritos en alfabeto cirílico. Ni rastro de la bandera oficial de Bosnia-Herzegovina.


Foca es una pequeña ciudad de la República Srpska situada a unos 50 kilómetros de Sarajevo. Fue unas de las primeras en caer tras la primera ofensiva de las tropas serbobosnias en abril de 1992. Antes del conflicto, la población de Foca estaba divivida prácticamente a partes iguales entre musulmanes y ortodoxos que convivían de forma pacífica y tolerante. Actualmente sólo quedan unos 1.000 bosnios musulmanes en Foca y alrededores. De las 11 mezquitas que había antes de la guerra, sólo una quedó en pie. Faruk, de 20 años, es el imán de la pequeña comunidad musulmana. Faruk reconoce que su posición en la ciudad no es la más cómoda: “Tengo que soportar malas miradas o alguna que otra palabra fea, amenazas no abiertas. El último susto lo tuve con la independencia de Kosovo. Una manifestación de unas 5.000 personas acabó frente a la mezquita. Los manifestantes comenzaron a recordar cosas tan horribles como la masacre de Sbrenica. Entonces me pregunté a mí mismo: ¿qué tengo que ver yo o la comunidad musulmana con la independencia de Kosovo?”. El joven imán se lanza la pregunta con una expresión de absoluta y resignada impotencia.

Mehmed Bradaríc es un ex maestro de Historia de la escuela de secundaria de Foca. Cuando estalló la guerra huyó con su familia al enclave de Goradze, dominado por tropas musulmanas. Su mujer y sus hijos se exiliaron a Alemania, pero Mehmed decidió cumplir con su deber de historiador y quedarse en su país para poder documentar lo que estaba pasando. Aguantó hasta abril de 1993, cuando decidió reunirse con su familia. De las notas tomadas por él sobre paquetes de cigarillos vacíos nació un libro en forma de diario. A Mehmed no le gusta hablar de la guerra, pero la conversación siempre acaba desembocando en ella: “Cuando daba clases antes del conflicto, le explicaba a mis alumnos la historia del apartheid en Suráfrica. Eso es lo que tenemos ahora en esta ciudad. Si pido trabajo siempre llega el momento en el que el empresario o el funcionario me pregunta dónde estuve durante la guerra. La moral de los musulmanes que volvieron es cada vez más baja. En la República Sprska es necesario que la gente entienda que la guerra ya pasó. Lo más duro es la presión psicológica a la que estamos sometidos. Hay que admitir que esa presión también la sufren los serbios que se quedaron en la Federación Bosnia. Si queremos construir una auténtica sociedad multicultural, multiétnica y multirreligiosa, no puede ser que yo, como maestro de escuela, sólo pueda dar clase a niños musulmanes”.

Ahora Mehmed lo tiene difícil para dar clases. Como musulmán, no es aceptado por el sistema educativo público de la República Sprska, así que trabaja para la asociación City Association of Returnees of Foca, que lucha por los derechos de los bosnios musulmanes que volvieron al municipio tras el conflicto. Con todo, el profesor no se resigna y se niega a dejar una ciudad que considera suya.

Sistema etnocrático

El pasado 5 de octubre se celebraron elecciones municipales en el país balcánico,
los cuartos comicios locales celebrados desde el fin de la guerra en 1995. Los resultados confirmaron el poder de los principales partidos gobernantes en los dos entes que forman el país. Según los datos de la Comisión electoral central, de los partidos serbios, la Unión de los Socialdemócratas Independientes (SNSD), del primer ministro serbobosnio, Milorad Dodik, ganó 35 alcaldías. El nacionalista y opositor serbobosnio Partido Democrático Serbio (SDS) conquistó 15 alcaldías. Entre las formaciones musulmanas, el nacionalista Partido de Acción Democrática (SDA) obtuvo 38 alcaldías, mientras que el multiétnico y opositor Partido Socialdemócrata (SDP), predominante en la zona industrial de Tuzla, sólo consiguió 9 municipios. En Sarajevo, el SDA controlará ahora 4 cantones y la SDP 2. El Partido para Bosnia-Herzegovina, del copresidente bosnio-musulmán Haris Silajdzic, que en los últimos años ha agudizado su retórica nacionalista, fue el gran perdedor de estas elecciones al vencer sólo en 4 municipios.

Realmente cuesta creer que la sociedad se esté reorganizando según criterios étnicos y religiosos. Pero las tendencias electorales echan luz sobre las raíces de ese proceso. Según Nebojsa Savija-Valha, de la asociación Nansen Center Dialogue, “tras la guerra, las tendencias nacionalistas de cada comunidad se organizaron políticamente. Las élites nacionalistas siguieron creando miedo y desconfianza entre la población civil. También hay que tener en cuenta la organización patriarcal dominante en las comunidades rurales, una manera de sistema social tribal en la que el patriarca, el padre de familia, sigue desempeñando un rol político. Eso queda en evidencia en las elecciones, que prácticamente son una manera de censar a la población: la mayoría de gente en las zonas rurales vota lo que le ordena el padre de familia. En Bosnia hay una organización etnocéntrica de la sociedad en la que la ciudadanía no se orienta por sus intereses de clase o ideológicos a la hora de depositar el voto, sino por el miedo a que las otras dos comunidades consigan más poder que la suya”.

La herida bosnia, en lugar de ir sanando, parece ir engangrenándose poco a poco. Los resultados de las recientes elecciones locales apuntan a esa dirección. Con este panorama, es inevitable preguntar a Nebojsa sobre una nueva posible guerra en un futuro próximo. “El impedimento fundamental es la falta de recursos: los ejércitos de Bosnia, donde hay unos 15.000 soldados en total, Croacia y Serbia están completamente exhaustos. Si el ejército serbio hubiera estado en buenas condiciones, entonces Kosovo no habría conseguido la independencia de una manera tan sencilla y rápida. A eso hay que añadir la presión internacional y el hartazgo de la población civil. De todos modos, las relaciones políticas entre las diferentes comunidades siguen siendo las mismas que justo antes de la guerra. En estos momentos no nos disparamos ni nos matamos unos a otros, pero la situación política, el sustrato de desconfianza entre las comunidades sigue siendo el mismo. De alguna manera, la guerra todavía no ha acabado”.

Nebojsa, que se declara ateo militante, afirma que muchas veces siente Bosnia como un país ajeno que cada vez tiende más claramente al reforzamiento de las estructuras étnicas y religiosas. El trabajador social es pesimista con respecto al futuro y afirma que la incertidumbre es la única seguridad para la próxima década: “Tengo miedo al futuro. Ni siquiera estoy seguro de que Bosnia-Herzegovina vaya a sobrevivir como Estado. La actual situación hace imposible la entrada del país en la Unión Europea, aunque desde luego eso nos daría la estabilidad política de la que ahora carecemos. De todas maneras, es imposible predecir qué será de nosotros en los próximos 10 años”.

Ljuljjeta Goranci es médico de formación, pero la vida y la guerra la llevaron a trabajar como periodista: durante el conflicto informó para la agencia Associated Press directamente desde Sarajevo, donde pasó ocho meses: “Muchos miembros de mi generación perdimos nuestra identidad yugoslava a principios de la década de los 90. Se derrumbó todo aquello en lo que habíamos creído, el país donde habíamos crecido y nos habían educado. Trece años después del fin del conflicto muchos hablan de una sociedad secularizada que no existe en absoluto. Bosnia está volviendo al clan, a la etnia, a la tribu. Sufro por el futuro de mis hijos: como atea, no quiero que ellos tengan que vivir en un país dominado por un credo, por una religión, por una sola forma de entender la vida y la sociedad”.

viernes, 17 de octubre de 2008

Vicios y precipicios



Berlin calling es una historia de vicios y precipicios, de música electrónica y caminos que dan a parar a callejones sin salida que en el último momento ofrecen escapatoria. Es la historia de un dj , Ikarus, que nada más que cree en su música. No juzga a nadie y pide que nadie le juzgue.

Berlin calling, creo, destapa la esencia de la capital alemana: muestra a Berlín como la navaja de doble filo que es, como una masa urbana en la que los cambios de ánimo repentinos te pueden hacer sentir estar viviendo sobre los raíles de una montaña rusa.

Berlin calling, con Berlín como escenario de dulce y sosegadora atmósfera apocalíptica, traza una historia posmoderna cargada de bits electrónicos, drogas e inestabilidad emocional con un final medianamente feliz.

En definitiva, una recomendable película para los inquietantes tiempos de crisis moral y financiera en los que nos encontramos metidos hasta el cuello.

jueves, 9 de octubre de 2008

Postokupación en Berlín

Nuevo post: os dejo con un repaso del panorama de la okupación berlinesa sacado de las arcas de la memoria del museo de Kreuzberg. Ya apareció publicado hace un tiempo para los polleros, pero nunca en mi cielo bajo Berlín. Y próximamente, una crónica visual sobre el Popkomm...

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Es curioso que muchos españoles se refieran todavía a países como Inglaterra, Francia o Alemania utilizando la palabra “Europa”. Pero, ¿no quedamos en que somos europeos? Sin embargo, quizá por un sentimiento de inferioridad (o superioridad), o simplemente de lejanía, España (o el Estado español, para no herir sensibilidades nacionales o nacionalistas) sigue siendo para muchos algo ajeno, tan ajeno como ese concepto más o menos tangible correspondiente a la palabra “Europa”. Pues bien, hoy echamos un vistazo a Europa, más concretamente a Berlín, Alemania, para ver cómo está el panorana de la okupación. Para muchos, en Berlín la okupación ya ha muerto para pasar a una fase de postokupación. Veamos por qué.

Berlín es una ciudad que transmite una sensación de constante cambio, de transformaciones urbanas que dan paso a otras mutaciones arquitectónicas, sin que nunca parezca que la capital haya llegado a su estadio de desarrollo final, como pasa, por ejemplo, en Barcelona, donde la fisonomía urbana de la ciudad y las políticas urbanísticas y económicas ya no dejan espacio para la improvisación o lo paralelo a la línea oficial. En Berlín queda espacio, y mucho, y eso ofrece muchas posibilidades en un contexto que transmite a menudo la sensación de vacío, un vacío que se presta a ser llenado.


Antes, durante y después de la caída muro


Antes, durante y después de la caída del Muro, la sociedad berlinesa vivió en una revolución diaria, un especie de ambiente libertario que muchos que lo vivieron recuerdan entre suspiros y con tremenda nostalgia. Rebuscando entre los archivos del Museo de Kreuzberg, uno de los distritos con un mayor número de proyectos sociales y alternativos, así como con un mayor porcentaje de población inmigrante, me encuentro con una extensa y detallada descripción de ese proceso de okupación de vivienda vacías a ambos lados del desaparecido muro.


“A comienzos del 1992 había en Berlín alrededor de 1.000 casas okupadas”, comienza el texto del informe. Ese gran cantidad de acciones ilegales, pero para muchos legítimas, comenzó entre finales de los ’70 y principios de los ’80: “En la parte occidental de la ciudad había uno de los movimientos sociales más significativos de la República Federal Alemana, a caballo entre el movimiento estudiantil de los ‘60 y los movimientos alternativos de los ’80”. Este movimiento se vio alimentado por el malestar social y por el intento de influir en el rumbo de la parte occidental del país desde fuera del sistema de partidos (Ausserparlamentarische Oposition), para muchos herencia del nacionalsocialismo, que todavía presente en muchos altos estratos del aparato burocrático del RFA.


¿Y qué pasaba en la cínicamente autodenominada República Democrática Alemana, en el estado socialista del Este? “Ya durante los últimos y agonizantes años de la RDA, muchos bloques de viviendas fueron okupados. Este proceso se acentuó tras la caída del muro, el 9 de noviembre de 1989, sobre todo en los distritos de Prenzlauer Berg, Mitte y Friedrichshain. Las razones de ese proceso de okupación fueron diversas: formas alternativas de crear comunidades de vecinos, organización de comunidades políticas contestatarias con los statu quo tanto del Este como del Oeste, respuesta a la especulación y la existencia de viviendas vacías, o simplemente una forma de autoyuda de los sectores sociales más pobres."


En marzo de 1980 veinte casas okupas de Kreuzberg formaron un Consejo de la okupación (“Besetzerrat”), consejo que ganó cierto protagonismo público y representó en cierta manera a la numerosa y heterogénea comunidad okupa berlinesa. Este protagonismo se vió además acentuado por la salida a la luz de numerosos escándalos urbanísticos. La comunidad consiguió sacar a la calle hasta 30.000 personas para protestar contra el desalojo de algunos centros sociales y casas okupadas.


“Berliner Linie”


Ante una situación que se les escapaba de las manos, en 1981, el Senado de Berlín occidental, bajo la tutela del entonces alcalde Hans-Jochen Vogel, puso en marcha la llamada “Línea Berlinesa” (“Berliner Linie”): a partir de ese momento, todas las nuevas casas okupadas fueron desalojadas inmediatamente. Las casas anteriormente okupadas sólo fueron desalojadas antes de la previa petición del propetario, y siempre que éste se hiciese cargo de la rehabilitación del inmueble. El resto de casas tuvieron que acogerse a un proceso de legalización si no quería ser desalojadas.

Dentro de esta atmósfera de enfrentamientos, muchos movimientos alternativos, con partidos con representación como Los Verdes, pusieron en marcha acciones como “Manifestantes buscan especuladores”: grupos señalaban dónde y cómo actuaban grupos empresariales que se enriquecían con la especulación con viviendas. Muchos sindicalistas, escritores y profesores universitarios apoyaron públicamente este tipo de acciones y al movimiento.


Enfrentamientos


En esta atmósfera de medidas y contramedidas, los enfrentamientos entre los movimientos alternativos con la policía eran habituales: en una de estas manifestaciones y posteriores disturbios fue asesinado por la Policía el manifestante Jürgen Rattay. A este asesinato siguieron masivas marchas en contra del Senado berlinés y de su “línea”.


En ese momento saltó dentro del movimiento de la okupación el debate de “¿Legalización o no?; es decir, la pregunta de si las casas okupadas debían acogerse al proceso de legalización puesto en marcha por el Senado. Algunos de ellas optaron por esa legalización (muchas de los actuales bloques de vivienda de barrios como Prenzlauerberg son herederas de los proyectos sociales que nacieron en casas okupadas), pero la mayoría optó por dejar las viviendas para no traicionar la filosofía contestataria de la okupación.


Con la caída del Muro, la “Línea de Berlín” también fue aplicada por el Senado en el Berlín oriental, donde había aproximádamente 25.000 casas vacías, muchas de ellas abandonadas por sus propietarios tras el derrumbamiento de la RDA. Muchas han sido las nuevas okupaciones, los desalojos y los enfrentamientos entre okupas y Policía. Sin embargo, todo parece indicar que el panorama de la okupación se ha ido apagando poco a poco, hasta quedar en un fenómeno residual.


Actualmente en Berlín quedan muy pocas casas okupadas en su sentido más auténtico (es decir, ilegales). La mayor parte de ellas se han ido acogiendo a las diferentes fases de legalización, que permiten a sus habitantes seguir ocupando las viviendas en condiciones muy favorables (alquileres bajísimos, subvenciones del Senado de Berlín en caso de que las casas organicen actividades consideradas de interés colectivo, etc...).


Obviamente, sigue habiendo un puñado de okupas que mantienen la filosofía original: es decir, hacerse con espacios vacíos como forma de respuesta frontal a un sistema económico y social considerado por ellos como injusto. Sigue habiendo enfrentamientos esporádicos, pero desde luego, la vida de Berlín vive bastante ajena a los conflictos provocados por las casas okupas. Quizá porque la falta de espacio en la capital no sea un problema tan acuciante como en Madrid o Barcelona. Tal vez por todas esas razones se dice que en Berlín se vive en una situación de postokupación. ¿Llegará España (o el Estado español) algún día a ser Europa? ¿Llegará a ser el problema de la vivienda en España algún día algo anecdótico? Mientras tanto, la okupación seguirá teniendo en nuestro país toda la legitimidad política del mundo...

P.D: La primera foto fue tomada recientemente en una calle de Prenzlauerberg durante una manifestación en protesta contra un desalojo; la segunda, es un detalle de la Bethanien Kunsthaus.