Uno de cada cuatro berlineses tiene pasado migratorio: es decir, o ellos o miembros de de su familia llegaron a la capital alemana desde otras partes del mundo. De los casi 3 millones y medio de habitantes de Berlín, el 13,7% no cuenta con la ciudadanía alemana. Son un par de datos que arrojan los últimos estudios demográficos del Encargado de Integración y Migración del Senado de Berlín: estadísticas que muestran de forma aplastante que el multiculturalismo, de la mano de la inmigración, lleva tiempo instalado en la sociedad berlinesa.
En 1994, tras diversos ataques y disturbios de tintes racistas en diferentes ciudades de Alemania, Runfunk Berlin Brandenburg (RBB, siglas que corresponden al conglomerado de radios y televisiones públicas de la capital alemana y el Estado de Brandenburgo que la rodea) decidió fundar una nueva emisora: Radiomultikulti. ¿Su misión?: “Promover la convivencia entre la población alemana y la extranjera en ambas regiones”. Tras 14 años en las ondas, la RBB anunció el pasado mayo que el 31 de diciembre bajaría la persiana del proyecto. Pese a las numerosas protestas y al movimiento cívico nacido para intentar salvar Radiomultikulti, la dirección de RBB no ha cambiado ni una coma de su anuncio.
Radiomultikulti es un medio excepcional: emite la mayor parte de su programación en alemán, además de reservar espacios para otros programas realizados en una veintena de idiomas hablados en Berlín. Pero lo realmente excepcional de Radiomultikulti es que su equipo está formado por redactores procedentes de más de 30 países. Y eso se escucha en el acento con que son emitidos sus programas. Como afirma Wolfgang Holler, portavoz de Radiomultikulti, “en cierta manera, Multikulti rompió un tabú en el panorama de los medios de comunicación alemanes al permitir que extranjeros se adueñaran de la lengua del país que les había acogido como herramienta de comunicación”.
Tras catorce años en las ondas, hay voces que apuntan que Radiomultikulti, calificada maliciosamente por algunos como “la emisora hijastra” de RBB, ha aportado más voluntad que calidad. En el análisis de audiencia del pasado marzo, la radio alcanzó un discretísimo 0,8%. Es decir, 37.000 oyentes diarios. Algo considerado como insuficiente por la dirección de RBB, teniendo en cuenta su maltrecha economía: la empresa pública cuenta con en 2009 le falten 54 millones de euros en su presupuesto. No en vano, RBB ya habrá recortado 320 empleos e1 1 enero de 2009. Y eso en medio de la dichosa crisis económica global.
Con el cierre de Multikulti, RBB prevé ahorrarse 4,2 millones de euros anuales. Una cifra relativamente pequeña teniendo en cuenta la función integradora que, como bien muestran las estadísticas demógráficas de la capital alemana, Berlín necesita. Por eso cuesta creer que las razones para echar el cierre a la radio sean simplemente económicas. “Sería estúpido pensar que tras el cierre de Radiomultikulti se esconden razones ideológicas o políticas. Se trata de una decisión meramente presupuestaria, de una dolorosa decisión empresarial de la dirección de RBB”, replica Wolfgang Holler tras la mesa de su despacho medio vacío en los estudios de Radiomultikulti, cuyos pasillos poco transitados presagian el inevitable final de la emisora. Las pegatinas reivindicativas con el lema “Radiomultikulti muss bleiben” (“Multikulti tiene que permanecer”) en numerosas paredes y puertas de las instalaciones parecen tener ya un simple valor anecdótico.
Eduardo Méndez, como fundador y editor de B2 Magazine, una revista editada en Berlín y fundamentalmente en español, sabe lo que cuesta mantener en pie un proyecto como el de Radiomultikulti. Para Eduardo, “el cierre es lamentable. Al igual que el canal de televisión Arte, Radiomultikulti es una herramienta minoritaria concebida como un instrumento de cohesión entre inmigrantes y aborígenes. Significa la capitulación estatal ante lo plural”. Ante los bajos índices de audiencia, no pocos hablaron del fracaso de Radiomultikulti en su misión integradora. Eduardo prefiere buscar las razones de ese supuesto fracaso en la propia sociedad alemana: “Creo que los alemanes son muy lentos para los cambios. Predomina, por ejemplo, el inglés como idioma musical en la radio, a pesar de que no son tantos los alemanes que dominan ese idioma y, sobre todo, de que son muchos menos los que entienden la cultura anglosajona. Sin embargo, a la hora de consumir contenidos diferentes (en español o francés, por ejemplo), los alemanes se asustan. Radiomultikulti no ha fracasado; se trata más bien de un fracaso de la sociedad alemana o una prueba de que queda mucho por hacer. En un país donde todavía se habla de la cuarta generación de turcos, la cosa va mal...”.
Damián García es gallego y vive desde hace seis años en Berlín, donde trabaja como profesor de español y donde se ha convertido en un oyente diario de Radiomultikulti, “sobre todo, por los noticiarios que ofrece en español”. Damián, que incluso utiliza los contenidos de la radio con sus alumnos, considera la emisora una herramienta indispensable en una sociedad como la berlinesa: “Radiomultikulti marca la diferencia al mostrar la pluralidad de culturas de la ciudad y la convivencia entre ellas. El resto de medios alemanes no reflejan esa realidad sino que se limitan a la cultura dominante. Por eso, muchos alemanes no entienden el concepto de multiculturalidad”. Damián pone en duda que el cierre de Radiomultikulti no esconda razones ideológicas: “Con la cantidad de radios públicas en alemán para alemanes que hay, ¡van a cerrar la pequeña y barata que emite una programación única!”.
Wolfgang Holler, portavoz de Radiomultikulti, sigue defendiendo el trabajo desempeñado por la emisora y subraya que los análisis de audiencia son engañosos, pues en ello sólo son encuestados los germanohablantes: “Calculo que la voz del 70% de nuestros oyentes no está reflejada en esos estudios de medios, lo que nos coloca en desventaja respecto al resto de emisoras.” Holler reconoce que con el cierre, Berlín pierde un instrumento importantísimo para la integración de los inmigrantes. A partir del próximo 31 de diciembre a las 22.00, Radio Funkhaus Europa, emisora que desarrolla una programación similar a la de Multikulti desde Colonia, ocupará la frecuencia 96,3 de la FM berlinesa. “No podrán sustituir nuestro trabajo porque Radio Funkhaus Europa no tiene su sede en Berlín, no respira los problemas de la ciudad y les costará reflejar en su programación la realidad de la sociedad berlinesa”. Pese a ello, Holler espera que Radio Funkhaus Europa sea capaz de cubir el hueco dejado por Multikulti y apuesta porque los contenidos sobre la multiculturalidad, el diálogo y la convivencia entre comunidades se extiendan al resto de medios alemanes tradicionales. Mientras tanto, los días pasan y ni un milagro parece que pueda salvar a Radiomultikulti de su cierre. Los inmigrantes, sin embargo, seguirán estando ahí.