domingo, 30 de noviembre de 2008

Waltz with Bashir



La historia es relativamente sencilla: Ari Folman, director de cine israelí, tuvo que luchar en la primera guerra del Líbano en 1982. Más de 20 años después, durante una conversación con un viejo amigo, Ari recuerda que participó en esa contienda, pero nada más. Ahí comienza una larga lucha contra su propio olvido en la que poco a poco van apareciendo en su mente retazos de su juventud, flashes del sangriento enfrentamiento en Beirut y sus alrededores. Y esos recuerdos le hacen darse cuenta de que su país, Israel, tiene a menudo una memoria demasiado selectiva.

Waltz with Bashir es el nombre de la película a la que hace referencia la anterior pequeña introducción. Hace poco tuve la oportunidad del verla en el cine, y me dejó un sabor de boca bien extraño. En primer lugar, porque se trata de un género híbrido bautizado como "documental animado": Ari Folman utiliza material real (entrevistas e imágenes de archivo) que filtra a través del tamiz de la animación. La película, por así decirlo, es de dibujos animados: en ella no aparecen actores reales, lo que quizá está estrechamente ligado al hecho de que el director utilice como base de su filme sus recuerdos de la juventud, que se le aparecen por momentos como un borroso y lejano sueño. En segundo lugar, porque Waltz with Bashir, pese a estar producida por un israelí, supone un duro correctivo a la actuación del Ejército de Israel, y en concreto al papel de Ariel Sharon. Ya sabemos que en una guerra no hay buenos ni malos, sino simplemente sufrimiento y destrucción, pero uno espera (quizás inocentemente) que el Estado de Israel sea extremadamente cuidadoso con el uso de la fuerza teniendo en cuenta lo que sufrieron los judíos en el pasado reciente. Pero no, no fue (¿ni es?) así: Ari Folman muestra sin reparo el papel activo que las tropas israelíes jugaron en las matanzas indiscriminadas de civiles palestinos en los campos de Sabra y Chatila durante la primera guerra del Líbano. Una vergüenza para Israel y para el mundo entero.

Otro de los puntos que me chocaron fue el tratamiento por momentos tragicómico de la guerra, enfoque subrayado por el uso de la animación: la guerra es mostrada en ocasiones por Folman como un juego mortal en el que la ineptitud o la falta de experiencia bélica matan ridículamente. Ese tono cínico y burlesco desaparece por completo con los fotogramas que cierran la película: la animación deja paso de forma abrupta a una serie de imágenes reales de víctimas civiles palestinas (niños, mujeres, ancianos) ametralladas por las milicias cristianas falangistas libanesas apoyadas por el Ejército israelí.

Ir a ver una película como ésta no es una decisión sencilla en un país como Alemania, en el que en ciertos círculos te tachan automáticamente de antisemita si se te ocurre entonar una crítica moderada y razonada al Estado de Israel. El público de la sala donde vi Waltz with Bashir quedó en absoluto silencio cuando aparecieron los títulos de crédito: ni uno solo de los espectadores osó levantarse hasta que la pantalla quedó en negro y la sala, en absoluto silencio. Me pregunto si fue por respeto a las víctimas palestinas de Sabra y Chatila, por respeto a las víctimas judías del nacionalsocialismo o por el espectáculo dantesco que inesperadamente acababan de presenciar.

martes, 25 de noviembre de 2008

Sobre el tercer Latinale y el cierre (forzado) de la galería Putiklub

El pasado fin de semana fue interesante porque confluyeron dos eventos destacables en la capital alemana: el cierre de Latinale, la tercera edición consecutiva del festival itinerante de poesía latinoamericana de Alemania, y, sobre todo, el cierre (forzado) de la galería Putiklub, todo un golpe al underground hispanohablante y no hispanohablante berlinés.

Lamentablemente no pude asistir a casi ninguna de las interesantes actividades organizadas en el marco de Latinale por la incompatibilidad con mis horarios laborales, pero destaco entre ellas la mesa redonda organizada en el Instituto Cervantes y moderada por Rery Maldonado sobre publicaciones subversivo-precarias como Grumo, Óxid o Revista Vox. Se habló de cómo puede sobrevivir una publicación cuya base es la poesía como falla en el sistema.

Las actividades de Latinale solían desembocar en recitales de poesía nocturnos, cargados de humo y efluvios etílicos, en los bajos de Putiklub. Allí me crucé con algunos de los poetas latinoamericanos participantes en el festival como Yanko González, Julio Espinosa, Rafael Muñoz Zayas y Eduardo Mariño, y también con apariciones interesantes como la de la poeta española María Salgado.

En estos inquietantes tiempos de crisis económica y moral, cuando algunos comienzan a proclamar el fin del postmodernismo y el inicio del neomodernismo, nada mejor que pegarle un buen trago a una cerveza, darle una calada a un cigarro, cerrar los ojos y dejar que las palabras hilvanadas por el ritmo de la voz de un poeta te den la tranquilidad que buscas.

jueves, 20 de noviembre de 2008

Setmanari Directa número 116: más aire fresco...

Una publicación de poca tirada, íntegramente escrita en catalán y con un enfoque crítico sistemático tiene muchos inconvenientes, pero también una ventaja que desde luego muchos medios impresos de carácter tradicional y tirada masiva seguro que envidian en estos tempestuosos tiempos de crisis económica: al Setmanari Directa le trae sin cuidado la falta de inversión publicitaria y la bajada de las ventas de diarios porque su objetivo no es hacer dinero, sino dejar entrar aire fresco en el panorama de los medios de comunicación impresos, que hace tiempo que apesta a enfermo en estado de coma.

El número 116 de Directa salió a las calles esta semana, y tengo que admitir que su calidad va aumentando tanto en contenido como en diseño. En este número aparece mi reportaje Bòsnia i Hercegovina: la ferida oberta. Estoy orgulloso de él y contento de que tenga difusión en papel.

Desde esta humilde tribuna digital alento a todos los que trabajan en el sector de la comunicación a que colaboren con este tipo de iniciativas. Sólo así podemos salvar el periodismo de una muerte segura.

P.D: uno de los artículos de la última edición del Setmanari Directa presenta el interesante documental de Marc Almodóvar BCN Thematic Park, una deliciosa patada en la boca al modelo económico de "monocultivo turístico" que está arrasando con la auténtica capital catalana. Podéis ver el documental íntegramente en la siguiente pantalla:



martes, 18 de noviembre de 2008

RDA-arte contemporáneo chino: hilos invisibles

A veces creo que los lugares que vamos pisando a lo largo de nuestra vida están unidos por hilos invisibles. Creemos que los pasos que damos responden a nuestra libre voluntad pero en realidad seguimos inconscientemente caminos ya marcados.

Mi primer contacto con el arte contemporáneo chino lo tuve en el distrito 798 de Pekín. Cosas de la vida, y contra pronóstico, tuve la oportunidad de viajar por China durante dos semanas. El 798 se autodefine como un lugar “emergente, de avanguardia y trendy que acoge eventos culturales y artísticos de high-level”. Un espacio de moda, postindustrial y elitista, con cierto sabor underground, situado en el mismo corazón del Pekín postolímpico.

Curioso: el 798 fue diseñado a comienzos de la década de los 50 por ingenieros y arquitectos de la República Democrática Alemana. Es un trozo del legado arquitectónico socialista de la RDA (del que estamos cansados en Berlín) en el mismo corazón de Pekín. Esa conexión invisible debió de ser la que me arrastró hasta allí.

En el 798 se cuece parte del efervescente y cotizado mercado del arte contemporáneo de Pekín. Revistas, diarios, blogs, galerías, museos, catálogos de Europa y Estados Unidos aparecen plagados últimamente por artistas contemporáneos chinos. Li Wei, Cang Xin, Xiao Lu, Cui Xiuen, Zeng Fanzhi, Lee Pei, Zheng Guou, Zhao Zhao, Zhang Xiaogang, Yue Minjun. Nombres impronunciables altamente cotizados en el mercado mundial. Una tendencia alimentada por el segundo salto adelante que han supuesto los Juegos Olímpicos y por la atracción hacia lo desconocido que representa el gigante asiático, visto desde Occidente como un imperio emergente que seduce y aterra a partes iguales. Pero, ¿qué hay de arte real y de simple mercadeo en esa innegable tendencia?

De China nos llega mucha información, casi siempre propaganda positiva o negativa, casi siempre información interesada. Por eso cuesta contestar a la pregunta líneas arriba formulada. Liu Ding, director de JoyArt, un espacio-proyecto situado en el distrito 798 que acoge y promueve tanto exposiciones de artistas chinos como extranjeros, nos ayuda a analizar ese proceso:“En efecto, el arte contemporáneo chino forma parte del mercado global de arte, pero también es una especie juego que la nueva élite económica china utiliza para invertir el dinero amasado y construir simbólicamente una clase alta diferenciada de las masas. El aumento del interés occidental por el arte contemporáneo chino está directamente ligado al emergente papel que China juega como poder político y económico en el tablero mundial. El arte contemporáneo es utilizado por Occidente para intentar entender e interpretar al gigante asiático.”

¿Qué uso hace de ello el Gobierno chino?: “El Partido Comunista simplemente considera la existencia del arte contemporáneo chino como un signo más del proceso de apertura económica iniciado hace 30 años, pero ni lo promueve ni lo apoya. La escena sigue estando muy aislada. Además, son muy pocos los artistas que adoptan una posición crítica respecto a la actual situación social del país.”

¿Qué papel ha jugado y juega el distrito 798?: “Ese espacio dejó de ser underground a partir del año 2000. El 798 nació como una iniciativa de unos pocos artistas y galeristas que se ha ido convirtiendo poco a poco en un foco de referencia en la actual escena del arte chino. Ahora el Gobierno, que de forma ambigua ni apoya ni reprime esa escena, se aprovecha del espacio tras haberlo convertido en una de las paradas obligatorias en las guías turísticas."

¿Perspectivas?: “El futuro del arte contemporáneo chino es la formación y perfeccionamiento de una estructura y un sistema independientes que permitan el pluralismo y estimulen diferentes modelos creativos. Ese paso debería dejar atrás la existencia del arte como mero fenómeno mercantil."

P.D: las fotos del post son obras de Cang Xin y Li Wei, y fueron cedidas amablemente por la galería barcelonesa www.espace-ample.com.

jueves, 13 de noviembre de 2008

Mario Vargas Llosa y el (neo)liberalismo

Mario Vargas Llosa recibió el pasado sábado en Fráncfort el Premio de la Libertad concedido por la Fundación Friedrich Nauman, una institución cercana al Partido Liberal Alemán (FDP). En Alemania, cada uno de los cinco partidos con representación parlamentaria cuenta con una fundación que hace las funciones de lobby: entregan premios, conceden becas y subvenciones, defienden públicamente los valores e ideas del partido que las mantienen.

El gran escritor hispano-peruano cuenta con dos facetas: la de contador de historias y la de político. Ya en 1987 encabezó un movimiento cívico en contra de la pretensión de estatalización de la banca del presidente Alan García, y en 1990 se presentó como candidato a las elecciones de Perú y las perdió. Vargas Llosa es un defensor a ultranza de la literatura y también del liberalismo como forma de organización social. En una entrevista concedida a la redacción española de la TV alemana Deutsche Welle, el escritor así lo confirma: "Los liberales siempre hemos pensado que para que funcione una sociedad tiene que haber leyes equitativas y que se respeten. Para eso tiene que haber un Estado. La actual situación [crisis financiera internacional] es una de esas situaciones excepcionales en las que el Estado tiene que intervenir para evitar consecuencias catastróficas, sobre todo para la gente con menos ingresos". Con esto último Vargas Llosa se refiere a los pobres, mayoría en Latinoamérica, para ser justos con la verdad.

Innegable que Vargas Llosa es un grandísimo escritor (hace poco un viejo amigo con inquietudes literarias me decía que el peruano es probablemente el mejor escritor del mundo actualmente), pero su discurso político no me convence. Y no lo hace porque en su defensa del liberalismo Vargas Llosa no se refiere ni una sola vez al neoliberalismo, actual etapa que ha alcanzado la doctrina de la defensa dogmática de la libertad de mercado.

Si echamos un vistazo al siglo XX, veremos como esa presunta libertad de mercado ha sido utilizada por los más ricos para acumular más riqueza, defender sus intereses y, sobre todo, para mantener en la miseria a los países más pobres del planeta. Se utiliza la palabra liberalismo cuando en realidad se debería hablar de neoliberalismo: libertad de mercados a nivel mundial, libre flujo de capitales, pero siempre con las reglas establecidas por los más poderosos.

Recientemente tuve la oportunidad de ver la película Let's make money: en ella, un miembro del Gobierno de Burkina Faso, uno de los países más pobres de África (y por tanto del mundo), explica la situación de su país utilizando una ilustrativa metáfora: "Los países ricos hablan de liberalismo, pero dicen medias verdades: nuestro país heredó las estructuras económicas de la época colonial que nos dejaron el cultivo de algodón como única forma de supervivencia. Entonces pusimos todas nuestras fuerzas y todo nuestro trabajo en el cultivo de algodón para salir adelante. ¿Con qué nos econtramos? Con que los países del primer mundo protegen sus industrias algodoneras con subvenciones, de forma que nuestra posición en el mercado global queda notablemente en desventaja. Es como si en una carrera, el juez te dice que tienes igualdad de condiciones con tu competidor, pero éste cuenta con una magnífica preparación física y un buen equipamiento, y tú comienzas a correr enfermo y descalzo".

Sinceramente, creo que es el dogmatismo liberal (y neoliberal) de defensa del libre mercado el que nos ha llevado a la actual situación de crisis económica global, lo que siempre afecta de forma más dura a las gentes "de menos ingresos", como dice Vargas Llosa. Es decir, a los pobres, para evitar eufemismos. Una última frase del escritor: "Una estatalización de la banca en cualquier país puede incluso acabar con la democracia". Lo que realmente pone en peligro la democracia son las grandes desigualdades sociales, como ocurre en gran parte Latinoamérica, y no el reforzamiento del Estado como controlador e impulsor de la economía.

Yo creo en la ley del esfuerzo y la superación, y en la creación de riqueza, pero no creo en la injusticia. Los abanderados del liberalismo económico suelen ser aquéllos que tienen el poder, y no los de abajo. De repente recuerdo un artículo de Mario Vargas Llosa publicado en El País: el escritor relataba la historia de un talentoso guionista y escritor español que conoció en París. El escritor siempre trabajó duro y constante para abrirse paso en el mundo de la literatura y el cine, y murió en la más absoluta de las miserias. Me pregunto si Vargas Llosa también sería un defensor a ultranza del liberalismo si no hubiera triunfado como escritor.

Cuando acumulas un poco de experienca en la vida, en seguida te das cuenta de que si algo falta en el mercado son libertad, justicia y, por supuesto, valores morales. ¿Realmente tenemos que dejar la democracia en sus manos? Por mi no, gracias...

lunes, 10 de noviembre de 2008

9 de noviembre de 1938, 9 de noviembre de 1989

Es lo que tiene ser la Roma del siglo XX: las fechas importantes desde la perspectiva de la Historia (con mayúscula) se agolpan e incluso se solapan en el calendario berlinés. Es el caso del ya pasado 9 de noviembre: hace 70 años los nazis dieron el primer paso violento en su intento de eliminación sistemática del judío en Alemania y Europa, y hace 19 un ministro de la RDA cometió un desliz que desembocó en la fulminante e inesperada caída del muro de Berlín. Como decía la publicidad institucional en las paradas de bus y metro de la ciudad, Berlín se recordó el 9 de noviembre.

Pero la historia sigue y se vive a diario en la capital alemana. Aquí tengo a sensación de formar parte de la historia, de convertirme en parte de ella, me dijo una noche un estudiante español entre cervezas. Esos dos hechos históricos marcados sobre la casilla del día 9 de noviembre tienen conexiones directas con la actual Alemania, al tiempo que están interconectados entre ellos mismos.

Sólo un par de datos:

- Según la propia canciller Angela Merkel en su discurso de ayer en la sinagoga del la Rykestrasse de Berlín, sólo durante los primeros nueve meses de este año se registraron 800 ataques de carácter antisemita en toda Alemania (y más de 17.000 delitos de la extrema derecha o neonazi durante 2007, espectro ideológico en el que son activas y potencialmente violentas alrededor de 30.000 personas en todo el país, según el último informe anual del Ministero de Interior germano). De todos modos, ese preocupante dato, junto a la llamada deuda histórica que Alemania tiene con judíos de toda condición, no debería apagar las necesarias críticas sobre el comportamiento del Israel con palestinos y otros pueblos de su entorno. El espiritu crítico no puede ser tachado una y otra vez con el adjetivo "antisemita", algo que incluso ocurre en los algunos círculos de la extrema izquierda alemana. Y debería ser el propio Israel el que hiciera esa autocrítica si quiere sobrevivir como Estado. Si no la hace, habrá que recordárselo...

- Sí, el muro cayó hace casi 20 años, pero las diferencias entre el Este y el Oeste de Alemania siguen bien presentes. El muro físico cayó pero el psicológico sigue ahí. Según apuntaba en una reciente entrevista el comisario para la reconstrucción del Este de Alemania (o de los conocidos como nuevos Estados federales), actualmente "el desempleo es dos veces mayor en el Este que en el Oeste, sobre todo el desempleo de larga duración". Eso desemboca en dos fenómenos remarcables: el trasvase fundamentalmente de población joven del Este al Oeste de Alemania (alrededor de un millón y medio de ciudadanos de la antigua RDA se han marchado al Oeste desde la reunificación del país) y el crecimiento de los partidos de extrema derecha en los territorios orientales como consecuencia de esa frustración social.

Hay que aprender de los errores cometidos durante la historia para no volverlos a repetir; o como dijo Primo-Levi, "ya ocurrió una vez, y consecuentemente puede volver a ocurrir".

viernes, 7 de noviembre de 2008

'El asombroso viaje de Pomponio Flato': una lectura divertida y prescindible

Vuelve Eduardo Medoza. Para muchos, novelas del autor catalán (que, para pesar de algunos, escribe en un magnífico castellano) como Sin noticias de Gurb y, sobre todo, La ciudad de los prodigios son referencia literaria e incluso vital. El asombroso viaje de Pomponio Flato es su última propuesta. El escritor invita al lector a embarcarse en una socarrona y por momentos desternillante cruzada contra las actualmente tan de moda novelas pseudohistóricas de ínfima calidad y excelente resultado comercial. Sin más pretensiones que hacer pasar un buen rato, Mendoza completa un libro divertido y ameno, cuya lectura deja la sensación de ser prescindible. Un último aviso: la novela puede decepcionar profundamente a los lectores más fieles de Mendoza.

P.D: incluyo en el blog esta breve reseña que en teoría debería aparecer en el incierto futuro número de B2 Magazine.

miércoles, 5 de noviembre de 2008

And the winner is...

Tras pelear para poner en pie un informativo de televisión nocturno sobre las elecciones estadounidenses, algunos acabamos de madrugada en la fiesta que los democrats abroad de Berlín organizaron en el teatro Babylon am Rosa-Luxembur Platz.

Fiesta de freaks, estadounidenses y curiosos de toda clase regada por ese sabor algo cutre que desprende la capital alemana, y que culminó con un discurso de grandes palabras del primer presidente negro de la historia de Estados Unidos y de occidente.

Personalmente, y sin negar la fuerte carga simbólica que tiene la elección de Obama, creo que poco cambiará mucho. Con todo, sin duda cualquier cosa será mejor que Bush...


martes, 4 de noviembre de 2008

¿Lo quieres? Pues cógelo...

Bernd Wagner es un tipo con una biografía típicamente berlinesa: nacido, crecido y educado en la RDA (República Democrática Alemana), inició una carrera intelectual que rozó la gloria y que se topó finalmente con el dogmatismo represivo socialista. Wagner acabó cruzando el muro, y tras el hundimiento del socialismo real, reinició su vida artística en la Alemania reunificada con esperanzadoras expectativas. Pero la vida puede jugar malas pasadas al Lebenskünstler. Y más si vive en Berlín.

Wagner, tras rozar de nuevo la gloria en la reunificada República Federal Alemana, enfermó en 2005. Ahora es desempleado y vive del archiconocido Arbeitlosengeld (II) (el paro, para los españoles). Esa precariedad ha sido la fuente de inspiración para su último y reciente libro, escrito a cuatro manos con su hija Lisa Wagner: Berlin für Arme. Ein Stadtführer für Lebenskünstler, un manual de supervivencia en una ciudad barata donde se suele ganar poco, si es que se gana algo.

Porque Berlín también se puede disfrutar gratis. Sin un duro. El libro de Wagner es una prueba más de que con curiosidad, con poca vergüenza y, sobre todo, con necesidad, Berlín ofrece una serie de actividades por el módico precio de 0 euros.

Durante los últimos años se ha venido prestando cada vez mayor atención a una política de apropiación colectiva y visible. Esta política está marcada por la subversión de la lógica del intercambio de signo capitalista en favor de un concepto de apropiación basado en el deseo, la cual no se somete a restricciones económicas. Tales gestos tienen en común una actitud altamente libertaria, una negación exuberante y juguetona de la alienación y la exclusión provocadas por las dinámicas consumistas, así como una clara orientación social que intenta ir más allá de los paradigmas de las estructuras políticas tradicionales tanto en la teoría como en la práctica”. Así comienza el magnífico artículo Gestos de la resistencia cotidiana, escrito por Anja Kanngieser y publicado por la revista Transversal en febrero de 2007.

Anja desgrana en su ensayo los principales movimientos del conocido como movimiento Umsonst alemán: colectivos que asaltan masivamente tiendas de lujo para distribuir posteriormente sus productos entre gentes de vida precaria, grupos que usan el transporte público sin pagar el ticket correspondiente, etcétera. Todas las acciones, llevadas a cabo de forma ostentosa y pública, sin miedo a posibles represalias. En Barcelona, colectivos ensayaron estas iniciativas bajo el juego de palabras YOMANGO.

En la Brunnenstr. 183 hay una tienda gratuita, la Umsonstladen. Un proyecto que podría quedar encuadrado en el movimiento descrito por Anja. Robert Podzuweit, uno de los miembros del coletivo que regenta la tienda, me corrige bien pronto: “Ciertamente se habla de un movimiento Umsonst alemán. Pero nosotros no tenemos que ver con él, nos desmarcamos de tácticas como el robo masivo”.

La Umsontsladen es “una alternativa ecológica al capitalismo de producción y consumo”: cuando no utilizas más algo, lo puedes dejar en la tienda. Cuando necesitas alguna cosa, la puedes coger de la tienda. Así de sencillo. “Evitamos producir al tiempo que ponemos a disposición de la gente una serie de productos, que de no ser por nuestro proyecto, acabarían en la basura”, me cuenta Robert.

¿Y qué han conseguido hasta ahora?: “Primero, sobrevivir seis años, lo que no es poco tal y como está la cosa. No hemos cambiado el mundo, pero hemos levantado una alternativa para que la gente tenga que trabajar menos para vivir”.

P.D: esta nota no cupo en el último número de B2 Magazine, y vino precedida de un reportaje sobre el tema publicado en el Setmanari Directa.

lunes, 3 de noviembre de 2008

Let's make money...

Let's make MONEY - offizieller Trailer zum Film


Let's make money, la última película del director austriaco Erwin Wagenhofer (creador de We feed the world), da respuesta de manera contundente y sin adornos a las preguntas más pertinentes en la actual época de crisis del neoliberalismo global.

No sé cuándo ni si llegará a las pantallas españolas y latinoamericanas, pero si algún día tenéis la oportunidad de ver el filme, cuando salgáis del cine desde luego entenderéis mejor el sistema de mierda en el que vivimos.

domingo, 2 de noviembre de 2008

Avedon: el retrato de la verdad (y la mentira)


"Cuando era un chico, mi familia ponía mucho esmero en las fotos que se hacía. Realmente las planeábamos al detalle. Hacíamos auténticas composiciones. Nos vestíamos para la ocasión. Posábamos frente a coches caros y casas que no nos pertenecían. Tomábamos prestados perros. Casi en cada una de las fotos familiares tomadas durante mi infancia había un perro prestado. Poseer perros parecía una ficción necesaria para los Avedon. Cuando recientemente eché un vistazo de nuevo a esas instantáneas, encontré en ellas once perros diferentes, y en ellas, los Avedon siempre riendo, riendo para siempre. Todas las fotografías de nuestro álbum familiar estaban construídas sobre la mentira de quienes éramos y revelaban el deseo de quienes queríamos ser". (Cita de Richard Avedon extraída del libro Borrowed dogs).

Recientemente se inauguró la exposición Richard Avedon: Fotografien 1946-2004 en la Martin-Gropius-Bau de Berlín. Más de 200 instantáneas (quizás demasiadas, quizá demasiado apretadas) distribuidas en siete u ocho salas que sirven de muestra de la extensa y exquisita obra del fotógrafo estadounidense.

Conocí la obra de Avedon en la primavera de 2003, durante mi semestre de Erasmus en la Universität der Künste de Berlín. En mis numerosos y largos periodos de ocio, me dedicaba a ojear los libros de fotografía documental que contenía la humilde biblioteca del edificio donde estudiaba. Por lo general, evitaba los libros de fotografía artística, de arquitectura o retratística. Mis pretensiones periodísticas los desdeñaban, les otorgaban un rango menor. Eso cambió cuando topé con los retratos de Richard Avedon. Ellos me descubrieron una nueva forma de hacer fotografías.

Richard Avedon (Nueva York, 1923-San Antonio, 2004) trabajó fundamentalmente la moda y el retrato, aunque también tocó de refilón el reportaje. Lo hizo en blanco y negro, y con una intuición genial en busca de la verdad (y de la mentira). Avedon traza en sus fotografía una línea invisible entre la documentación, la moda y el retrato. Para mi eso le convierte en un gran fotógrafo. Sus instantáneas tienen algo de periodístico. Avedon supo captar la esencia del personaje que tenían ante su objetivo, el carácter irrepetible de lo que tenía ante sus ojos. Y tras identificar lo irrepetible de esa esencia, lo inmortalizaba en blanco y negro con su cámara.

Como bien apunta la cita que abre este post, la mentira forma parte inevitablemente de la verdad. Así fue durante la niñez de Avedon, y, quizá por ello, éste se propuso desenmascarar la impostura a través de la fotografía. Hay una anécdota perfecta para esto que cuento: en cierta ocasión, el artista estadounidense tuvo la oportunidad de retratar al duque y a la duquesa de Windsor. La noble pareja accedió pues el fotógrafo ya contaba con cierto reconocimiento, y los Windsor hacían todo lo posible para distinguirse del vulgo. El duque y la duquesa vestían con la moda más cara, cenaban en los restaurantes más exclusivos, se rodeaban con la élite de la literatura, el diseño, la música, y se paseaban con perritos de razas caras y decadentes. La sonrisa era una constante incrustada en sus rotros, impostada en sus caras.

Avedon podría haber fotografíado esa mentira, haber cobrado y haberse ido. En lugar de eso quiso dejar en evidendia la impostura en la de vida de los Windsor. O como afirma él mismo, "fotografiar su inhumanidad". Perdonen que me muestre un poco desconcentrado durante la sesión, le dijo Avedon a la pareja, pero en el camino hacia aquí mi taxi ha atropellado a un perro. La verdad surgió en la cara de los Windsor como un cuerpo de un ahogado en el mar acaba saliendo a flote antes o después. Y el resultado fue este genial retrato:


P.D: la exposición tiene carácter permanente hasta el próximo 19 de enero, y la entrada cuesta 8 euros, 6 con carné de estudiante y 0 con uno de periodista.