domingo, 25 de diciembre de 2011
El dinero sólo cambia de manos
jueves, 8 de diciembre de 2011
¿Salvar el euro?
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miércoles, 30 de noviembre de 2011
Pasividad ante el terrorismo neonazi alemán
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martes, 15 de noviembre de 2011
Nacionalismo económico alemán
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domingo, 30 de octubre de 2011
José Mujica: ¿el presidente imposible?
jueves, 6 de octubre de 2011
Un viaje y dos reportajes
Quien haya estado siguiendo este blog durante las últimas tres semanas, habrá podido leer una serie de siete posts paridos durante un viaje a través de Turquía y el Kurdistán turco (Estambul, Diyarbakir, Batman, Hassankeyff, Armin,...). Partí con el objetivo de diseccionar el actual estado de un conflicto un tanto olvidado, pero que no por ello deja de ser conflicto y bastante grave, por cierto: ya ha dejado alrededor de 40.000 muertos, por ofrecer un dato contundente, y no parece que el goteo de víctimas vaya a parar tan fácilmente. Además de servirme para recopilar material empírico e impresiones a ras de suelo para una próxima tesis académica, el viaje ha dejado sendos artículos publicados por el diario El Economista y el Setmanari Directa, revista semanal editada en catalán. Aquí los tenéis. Que los disfrutéis.
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lunes, 3 de octubre de 2011
Cuatro conclusiones sobre un conflicto olvidado
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viernes, 30 de septiembre de 2011
Acción, reacción, represión
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miércoles, 28 de septiembre de 2011
La dimensión económica de la "cuestión kurda"
Las imágenes que abren este post fueron tomadas el pasado lunes por la noche en Batman, ciudad situada a apenas 100 kilómetros al oeste de Diyarbakir. Son imágenes de una nueva refriega entre miembros del PKK y las fuerzas de seguridad turcas. La web Bianet, de izquierdas y pro-kurda, informa de que el enfrentamiento comenzó tras el ataque de “supuestos” activistas del PKK contra un coche de policía. Una mujer embarazada y una niña de seis años murieron en el fuego cruzado, y un policía y tres civiles resultaron heridos. La agencia Turkishpress, cercana a posiciones nacionalistas turcas, da por hecho que los civiles murieron por las balas del PKK, y añade que las fuerzas de seguridad turcas acabaron abatiendo a “los tres terroristas del PKK”. Queda patente que el conflicto kurdo también se libra en los medios de comunicación.
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lunes, 26 de septiembre de 2011
Bienvenidos a Amed, bienvenidos al Kurdistán
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viernes, 23 de septiembre de 2011
Nada es lo que parece
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miércoles, 21 de septiembre de 2011
Conflicto kurdo: entre la búsqueda del consenso y el rebrote de la violencia
“Algo ha pasado en Ankara. Un coche bomba, parece”, me dice nervioso Murat Sofuoglu, coordinador de la ONG Ekopoltik, tras atender una llamada y colgar el teléfono. El diario on-line de izquierdas y pro-derechos humanos Bianet informa de una “explosión en un minibus” en una céntrica calle de la capital administrativa de Turquía, cerca de un edificio gubernamental y una escuela. Hay al menos tres muertos y de decenas de heridos, además de numerosos coches destrozados y cuantiosos daños materiales. Aunque el ministerio del Interior turco no confirma en un primer momento que se trate de un ataque terrorista, las agencias ya apuntan justo después de la explosión a la autoría del PKK: en opinión de los “expertos en seguridad” a los que suelen recurrir las agencias, para los islamistas radicales no tiene mucho sentido realizar un ataque en Ankara, donde precisamente está el Gobierno islamista moderado del primer ministro Erdogan, mientras que para los círculos de la debilitada extrema izquierda el atentado parece demasiado bien preparado.
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martes, 20 de septiembre de 2011
La "cuestión kurda": disección de un conflicto
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viernes, 19 de agosto de 2011
Fuckparade 2011: que no pare la música
Seguro que para muchos de vosotros este espectacular video, que por momentos puede despertar dudas sobre si que lo muestra es el reflejo de la pura realidad o más bien pura ficción, fue el primer y último contacto con la Fuckparade, una manifestación musical de inspiración reivindicativa y berlinesa que nació como oposición a la malograda Loveparade. Mañana, la Fuckparade vuelve a convocar a sus adeptos. Esta vez, con la gentrificación y especulación urbanística tan de actualidad en la capital alemana como caballo de batalla. El lema de la presente edición es una declaración de intenciones: "Fomentar la subcultura! Frenar los desalojos! Usar los espacio libres!". Una cita obligada para conocer lo que hay debajo de la actual fachada berlinesa.
Escuché de la Fuckparade por primera vez en 2003. Alguien me habló de un desfile underground de punks y techneros nacido a finales de los noventa que pretendía mostrar su rechazo a la Loveparade, que de amor y libertad ya no tenía nada de nada, pues había pasado de ser una convocatoria contracultural a un macroevento comercial masivo y masificado. Su triste desenlace, premonizado por el escalofriante lema "baila o muere", puso punto y final a la Loveparade, pero no a su minoritaria oposición a la que el tiempo parecía darle la razón. El mismo 2003 acudí al desfile por curiosidad, y quedé bastante sorprendido por la explosiva mezcla: desde punks borrachos y drogados abroncando a una policía sorprendentemente paciente, pasando por gente que bailaba a ritmo del tecno más oscuro o el drumm&bass más cañero, hasta curiosos que se unían a las carrozas sin saber de qué iba la historia. Todo ello en un ambiente de milagrosa armonía.
Para Thomas Rupp, portavoz de la organización de la Fuckparade 2011, la cosa está clara: "Apostamos por un desarrollo urbanístico equilibrado y nos oponemos a la expulsión de la subcultura del centro de Berlín". Así lo deja patente el manifiesto de la presente Fuckparade que protesta explícitamente contra el desalojo de casas postokupadas como la Liebig 14 y la Brunenstraße 183. Para Thomas, eventos como la Fuckparade sirven para ganar espacio en el espectro mediático en contra de los inversores y especuladores alemanes y extranjeros, que, en su opinión, están haciendo de la ciudad un casino urbanístico y están acabando con el auténtico espíritu de Berlín y sus habitantes. "Nos vemos como los precursores de manifestaciones musicales como el Mediaspree o el Euromayday, todas hijas de alguna manera de la Fuckparade. Contra el lobby del capital sólo cada uno de nosotros pueda aportar su pequeño grano de arena". Y para ello, la música no debe parar.
lunes, 1 de agosto de 2011
¿Sommerloch? No: Quickflick Berlin
¿Quién dijo "Sommerloch" (palabra alemana de difícil traducción, aunque podríamos utilizar la expresión "vacío estival")? ¿Quién dijo que en verano en Berlín sólo se puede salir de fiesta a castigarse el cuerpo y atizarse la mente? Si algo tiene de bueno el vacío es que deja espacio libre para ideas y proyectos más o menos descabellados, llenos de magia y ganas de participar y, sobre todo, de pasarlo bien. La semana pasada algunos tuvimos la oportunidad de asistir a la última edición del CircusRadioShow en un sótano bien pegajoso e interesante. Recomendable si estáis por Berlín para la próxima. Según comentan, es posible que pronto haya una cita mensual del CircusRadioShow.
Otra cita que puede ser del interés de cinéfilos y creadores cinematográficos: la nueva edición del minifestival de cortos exprés, de vocación global y cosmopolita Quickflick Berlin. El tema de esta convocatoria es "Spiegel". Es decir, espejo o reflejo, una palabra bien elástica para la presentación de diversos trabajos más o menos premeditados o espontáneos. Os dejo con la declaración de intenciones de los convocantes del sarao:
"Después del renacimiento del Quickflick Berlin a principios del pasado junio, ya va siendo hora de presentar nuevas películas. La nueva convocatoria ya está cerca. El nuevo tema es "Spiegel" y el parámetro técnico opcional es el pixelado. Bajo estos conceptos uno no puede imaginarse nada de nada, ¿o sí?
Así que pillad vuestra cámara, vuestros amigos, animales y casa, y mezclarlo todo en una obra de arte de hasta 3 minutos de duración. Los cortos serán mostrados en el Multilayerladen, en Kreuzberg, el próximo 11 de agosto a partir de las 20:00 horas. Tenéis hasta el 4 de agosto para entregar vuestros cortos. Vuestro contacto es markus@quickflick.tv. ¿A qué cojones estáis esperando?".
Le Gouffre von Quickflick_Berlin
martes, 19 de julio de 2011
¿Privatizar para sanear?
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“La soberanía griega se verá enormemente limitada”, reconoció el presidente del Eurogrupo, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, al semanario alemán Focus a principios de julio, poco después de que los ministros de la moneda común desbloquearan el primer tramo de ayudas millonarias del segundo rescate para Grecia. Juncker pareció querer preparar con esa frase el terreno para la propuesta, no exenta de polémica, que había de seguir a su primera y honesta declaración: “Grecia necesitará una solución similar al modelo de la agencia alemana de Treuhand para la ola de privatizaciones que todavía tiene pendiente”, dijo Juncker, haciendo referencia a la institución que se encargó de privatizar por la vía rápida alrededor de 14.000 medianas y grandes empresas estatales de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA) y más de 23.000 negocios de más pequeño tamaño, como cines, farmacias, hoteles o restaurantes.
Atenas tendrá que vender 5.000 millones de euros en activos estatales durante el presente año. De no hacerlo así, Grecia se arriesga a incumplir las metas impuestas por la UE y el FMI, que podrían cerrar el flujo de fondos que Atenas necesita para evitar una quiebra de su deuda. En opinión de Juncker, Grecia ha sacado gran provecho del euro, pero ha tirado por la borda esos beneficios a través de un excesivo endeudamiento. Para ejemplificar esa opinión, Juncker dio un dato: “Entre 1999 y 2010, los salarios de los griegos aumentaron un 106,6 por ciento aunque la economía no creciera al mismo ritmo. La política salarial se les fue de las manos y se desentendieron de la productividad”.
Ahora es el momento de que los sectores privados de otros países europeos muestren su “solidaridad”, en palabras del propio Juncker, y se hagan con esos activos estatales de Grecia. Esa masiva ola de privatizaciones debería, según las instituciones europeas, ayudar a que la economía helena retome el camino del crecimiento, cree empleo, salga de la recesión y vuelva a ganar la confianza de los mercados internacionales para poder refinanciarse. Pero, ¿fue precisamente ése el resultado inmediato de la masiva y exprés privatización ejecutada por la Agencia de Treuhand en Alemania del Este?
Economía fallida
La caída del muro de Berlín en noviembre de 1989 no sólo supuso el fin de la división de Alemania y el principio del fin de la Guerra Fría. También dejó al descubierto la ruina a la que hacía frente el Estado socialista oriental. Como apunta en su artículo Problemas de la unificación interna Manfred Görtemaker, profesor de Historia Moderna de la Universidad de Potsdam, la RDA, bajo la presidencia de Erich Honecker, “ocultó sistemáticamente la cada vez más evidente miseria y dibujó un cuadro irreal de un Estado sin mayores problemas económicos, pero que en realidad se dirigía a la bancarrota”. Tras la cifra oficial de pleno empleo, la medicina gratuita, los bajos precios de la vivienda o la subvención de los productos básicos de consumo, se escondía una economía altamente improductiva y un Estado enormemente endeudado: según Görtemaker, las empresas orientales eran de media dos tercios menos productivas que las occidentales, además de acumular ingentes deudas y de ser extremadamente dañinas para el medio ambiente.
Ante ese panorama económico desolador, detonante fundamental de la caída del muro como consecuencia del malestar social acumulado durante años entre la población germana oriental, los gobiernos de la todavía dividida Alemania concluyeron que la prioridad era privatizar los activos de una economía socialista centralizada y planificada por el Estado durante décadas. Un Estado que ni siquiera dejó espacio alguno para la iniciativa privada, como sí ocurrió en otros modelos socialistas como el yugoslavo o el chino. De esta forma, y bajo el evidente principio de que una economía sin propiedad privada nunca podía ser efectiva, en marzo de 1990 nació la Agencia de Treuhand, cuyo objetivo principal fue “utilizar la privatización para reducir tan rápido como fuera posible la actividad empresarial del Estado”, como escribe el economista Herbert Brücker, del Instituto alemán de Investigación Económica (DIW), en su libro La privatización en Alemania del Este.
La agencia privatizadora alcanzó su objetivo en poco más de cuatro años: privatizó en ese corto periodo de tiempo el 60 por ciento de las empresas que pasó a poseer tras el hundimiento del Estado socialista. Un objetivo que no resultó precisamente barato para los contribuyentes: por cada marco que invirtió el sector privado para hacerse con una empresa oriental, el Estado tuvo que aportar tres para hacer frente al endeudamiento de las compañías privatizadas o reparar los daños que éstas habían provocado en el medio ambiente.
Ese alto costo respondió en parte a la rapidez con que la agencia quiso ejecutar el proceso privatizador: en lugar de rehabilitar las empresas para luego venderlas, apostó por venderlas y subvencionar al sector privado para que pudiera hacer frente a los altos costos de producción generados, entre otras razones, por la igualación de las dos monedas en julio de 1990, lo que aumentó en el Este los gastos salariales y los precios de consumo mientras la productividad seguía hundida. Esa urgencia privatizadora supuso además una enorme falta de transparencia en la adjudicación de las empresas, pues en lugar de abrirse a concursos públicos, la Treuhand aplicó los llamados “acuerdos informales” con empresarios, muchas veces directamente relacionados con los políticos.
“Tratamiento de shock”
Este concepto de “privatización exprés” vino precedido por el convencimiento del canciller Helmut Kohl (CDU) de que la economía de la Alemania reunificada crecería un 3,75 por ciento en 1990 e incluso un cuatro por ciento en 1991. Algo que efectivamente fue así. Sin embargo, este “tratamiento de shock”, como lo denominan algunos economistas críticos, tuvo efectos claramente recesivos en la economía oriental: pese a la creación de 110.000 nuevas empresas en 1990 en los nuevos Estados federados, su PIB se hundió en 1991 un 37 por ciento con respecto a 1989, mientras el empleo cayó un 45 por ciento entre 1989 y 1992, según concluye Herbert Brücker.
En definitiva, la rapidez con la que la agencia de Treuhand privatizó la economía socialista oriental tuvo más bien efectos contraproducentes en cuanto al crecimiento y la creación de empleo, debido a la incapacidad de las nuevas empresas orientales de competir en igualdad de condiciones con sus hermanas occidentales. Más de 20 años después de la reunificación política y económica de Alemania, los Estados orientales siguen claramente por detrás de los occidentales, con una tasa de desempleo casi el doble de alta (11,6 por ciento), un nivel salarial un cuarto inferior que el del Oeste y un tejido empresarial mucho menos desarrollado. El muro físico que desapareció hace más de dos décadas dejó paso a un muro económico difícil de derribar.
sábado, 16 de julio de 2011
De ruido y verdades
Por suerte, siempre quedan miradas y análisis lúcidos de gente que ya tiene muy poco que perder. Prueba de ello es el artículo del ex canciller alemán Helmut Schmidt publicado esta semana en Die Zeit. Aquí, un párrafo impagable: "Me gusta clasificar a la humanidad en tres categorías. En la primera está la gente normal. Seguro que todos robamos manzanas cuando éramos jóvenes, pero después fuimos honrados. Gente normal somos quizá el 98 por ciento. La segundo categoría son los que pertenecen a la rama criminal. Éstos deben responder ante los tribunales, y si son declarados culpables, deben ir a la cárcel. Y la tercera categoría son los inversores bancarios y los ejecutivos de fondos de inversión".
viernes, 1 de julio de 2011
¿Y qué hay de la democracia y los DDHH?
La canciller Angela Merkel, sí, tuvo agallas para nombrar el asunto de la falta del respeto de derechos humanos en el gigante asiático en la rueda de prensa conjunta con Jiabao. Pero lo hizo con guante de seda: si bien Merkel celebró la reciente liberación de dos disidentes por parte del régimen capitalista autoritario chino, la canciller no se atrevió siquiera a pronunciar la palabra "disidente" en su alocución. Alemania tiene demasiados intereses económicos en juego como para ponerlos en peligro por un asunto de "derechos humanos y libertades individuales" (Sólo un dato: Wolkswagen ya vende un millón y medio de autos anualmente en el mercado chino. Su objetivo a corto plazo es alcanzar la cifra de tres millones).
Berlín, que ha estado desplegando una política económica marcadamente nacionalista durante los últimos años, parece estar ya preparando el terreno para la era post-euro, y mercados emergentes como China, cumplan o no los estándares democráticos pertinentes, serán imprescindibles en esa nueva fase del panorama comercial internacional. Lejos queda la recepción oficial por Merkel del Dalai Lama en 2007. ¿Dónde quedan ahora los derechos humanos y la democracia? Otro indicador más del papel que jugará China en el futuro próximo es su compra de deuda pública europea: como ya ha demostrado la crisis griega, la adquisión de deuda es una herramienta esencial para el neoloconialismo político y económico del siglo XXI.
Hasta ahora eran esas cunas de la democracia occidental las que exigían a países como China mejoras en los estándares democráticos y el respeto de las libertades individuales y los derechos humanos. Ese tono, como demuestra la actitud de Merkel frente a Jiabao esta semana, ya se va suavizando y casi adopta una posición minimalista más de cara a la opinión pública que como auténtico reflejo de las relaciones chino-germanas. ¿Será el siguiente paso ver cómo la élite china pide al Gobierno alemán que recorte las libertades individuales para aumentar la productividad de la locomotora económica europea? Démosle tiempo al tiempo.
miércoles, 15 de junio de 2011
¿Guerra contra el narco?
Durante la conferencia organizada la semana pasada por la Fundanción Heinrich Böll sobre la criminalidad transnacional se escucharon muchas opiniones sobre el caso de México y su supuesta guerra contra el narcotráfico, pero se pueden extraer algunos puntos compartidos por los participantes en panel sobre el problema mexicano: la solución de la violencia que azota México pasa por la despenalización del consumo de drogas (en México y el resto de países receptores de la droga), la educación preventiva sobre el consumo y la eliminación de los evidentes relaciones que existen entre el crimen organizado y el poder institucional, ya sea económico y político. Ese punto es uno de los que aborda precisamente la periodista mexicana Anabel Hernández en su libro Los señores del narco, participante en el panel sobre la guerra de México.
Porque, ¿es una guerra contra el narco lo que está ocurriendo en México? Ante esta pregunta, Anabel Hernández plantea una tesis políticamente bien incorrecta y, por tanto, poco mediática, poco presente en los medios de comunicación tradicionales: la guerra contra el narco declarada por el presidente mexicano, Felipe Calderón, no es tal, sino una guerra contra todos los cárteles de la droga excepto uno, el de Sinaloa, el más fuerte actualmente en México.
Según Anabel, Calderón heredó la táctica de su antecesor, el conservador Vicente Fox, y aplica así la máxima de "si no puedes con tu enemigo, únete a él": ante la imposibilidad de acabar con el narcotráfico ante la enorme y objetiva demanda de drogas procedente de los países ricos, tanto Fox como Calderón apostaron por apoyar a uno de los cárteles, que debía monopolizar así el narcotráfico y acabar con a guerra entre los grupos del crimen organizado, que ya ha dejado casi 40.000 muertos. ¿Una tesis verosímil? En mi opinión, mucho más que las explicaciones que nos ofrecen los medios de comunicación de masas, con sus reiteradas medias verdades o sus directas mentiras.
lunes, 6 de junio de 2011
México está en guerra
México está en guerra desde hace años. Una guerra de todos contra todos en la cual es difícil distinguir quién combate a quién. Lo sabe cualquiera que siga mínimamente las constantes noticias de asesinatos a sangre fría, del hallazgo de fosas comunes con decenas de cadáveres enterrados en cal viva o de los constantes tiroteos que nos llegan sobre todo del norte del país norteamericano. El sucio negocio de las drogas está detrás de tanta violencia. Pero cabe hacerse la pregunta de si el narcotráfico es la única razón de tanta sinrazón, y sobre todo de quién consume la droga que se exporta desde México y que le está costando la vida a tantos inocentes.
Luis Estrada se atrevió con su magnífica y por momentos hilarante película El infierno a meter el dedo en la llaga mexicana. El filme, que tuve la oportunidad de ver en un ciclo en el Instituto Latinoamericano de la Universidad Libre de Berlín, recoge con un tono tragicómico los elementos clave de lo que está ocurriendo en México. El infierno es una implacable crónica social de un país que se hunde en unas arenas movedizas donde la ética y la moral brillan por su ausencia, y donde el dinero dicta sobre la vida y la muerte.
Precisamente mañana empieza en la Heinrich-Böll (la fundación del Partido Verde alemán) la conferencia "Criminalidad transnacional organizada y el futuro de la sociedad democrática global", en la que participarán varios ponentes mexicanos. Toda una oportunidad para entender mejor qué está ocurriendo en el país latinoamericano y, en general, este mundo, que parece acercarse cada vez al borde del precipicio.
jueves, 26 de mayo de 2011
'Stunde der Selbstkritik'
Pero se engañan los votantes del PP si creen que la alternativa electoral mayoritaria es la solución de los tres graves problemas que acucian a España, y por extensión también a Europa y Alemania. El primero, y principal desencadenante de las protestas, es la galopante crisis económica que está sufriendo el país. Una crisis que ha elevado la tasa oficial de desempleo por encima del 20 por ciento y destruido numerosos sectores productivos, así como miles y miles de pequeñas y medianas empresas. Una crisis sistémica causante de un 45 por ciento de paro juvenil, recortes salariales, el aumento de la edad de jubilación, el desmantelamiento del ya de por sí modesto Estado del Bienestar español y el desahucio de 300.000 familias. Todo ello mientras las 35 empresas del IBEX, el índice bursátil español, registran beneficios récord.
Se engañan los votantes del PP porque su apuesta electoral forma parte del problema, y no de la solución. El partido conservador ha sido partícipe y promotor del modelo económico que, junto a la especulación financiera internacional, ha llevado al borde del precipicio a la economía española: la sobredimensión de los sectores inmobiliario y del turismo, la insuficiente inversión en I+D y educación, el poco o nulo control de la concesión de créditos bancarios, el gasto público descontrolado en proyectos arquitectónicos de corte faraónico son las principales causas de esta crisis. El PP ha dado el golpe en las últimas elecciones municipales y autonómicas, y muy probablemente se hará con el Gobierno central en los próximos comicios generales, gracias, en parte, a la promesa de crear millones de puestos de empleo. Pero los conservadores no dicen cómo. Ni siquiera las viejas recetas neoliberales parecen ya valer.
El déficit democrático que padecen el sistema político y las instituciones españolas es el segundo gran problema. Empezando por la corrupción, que está carcomiendo la legitimidad de muchos representantes de lo público en ayuntamientos y gobiernos autonómicos. Un dato estremecedor: las listas (cerradas) de los principales partidos para las elecciones del pasado domingo presentaban más de 100 candidatos salpicados por casos de corrupción. A ello hay que añadir la actual ley electoral, hija de la alabada transición española y de la Constitución del 1978, que beneficia a los grandes partidos. La hace 30 años incipiente democracia española necesitaba de Gobiernos fuertes y estables para aguantar el terrorismo de izquierda y derecha. Quizá hace 30 años esa ley electoral proporcional ayudara a salvar a la joven democracia española. Hoy la está ahogando.
El tercer problema: el Estado español ha estado viviendo por encima de sus posibilidades. La administración ha gastado más de lo que se podía permitir y se ha equivocado en la forma de invertir el dinero público. Pero también los ciudadanos han contraído más deudas de las que podían hacer frente. Es la hora de la autocrítica: los españoles han tomado parte de un modelo económico que no era más que una ilusión de bienestar y que, como la novela de Gabriel García Márquez, era la crónica de una muerte anunciada. Porque bienestar no es comprarse un coche cada cuatro años, ni adquirir a crédito viviendas sobrevaloradas. Bienestar es que la gente pueda vivir de un trabajo digno, tener acceso a viviendas a precios normales así como a servicios públicos innegociables como la sanidad o la educación. El consumismo fomentado por el poder durante las últimas décadas pasa ahora factura a la sociedad española. Y son las clases medias y bajas las que tienen que pagar el precio de ese enorme endeudamiento.
Recientemente se hacía pública la cifra: los ayuntamientos españoles adeudan 35.000 millones de euros a pequeñas y medianas empresas que dan empleo a más de cuatro millones de personas. Si se cumplen los peores augurios, esa deuda llevará a la quiebra a miles de empresas, lo que elevará aún más las cifras de desempleo, ya hasta niveles insostenibles. Los dos grandes partidos han evitado hablar de este inmenso problema durante la campaña en una especie de pacto de no agresión. Los economistas más agoreros se atreven a predecir que el paro superará el 30 por ciento. Cuando esto ocurra, aquéllos que votaron al PP por fin se darán cuenta de que su decisión fue un error, porque lo que votaron fue parte del problema y no de la solución.
España necesita una refundación democrática, una segunda transición que, de momento, parece imposible a través de los grandes partidos tradicionales. Ello explica la espontánea reacción de miles de personas que salieron la calle pidiendo una democracia verdadera. Esta oposición, de momento extraparlamentaria, debería hacer reflexionar a ciudadanos y políticos, quienes deben reconsiderar su papel en una democracia parlamentaria de baja calidad como la española y participar de forma activa en el proceso de cambio. Nadie sabe todavía cuál será el alcance de esta revolución pacífica, ni qué objetivos alcanzará. Sin embargo, una cosa está clara: España ya nunca volverá a ser la misma. Tras el pasado 15 de mayo, algo ha cambiado en el país. Para siempre."
viernes, 20 de mayo de 2011
Las voces del Antiguo Régimen
"Este tipo de joven que tenemos no va a votar".
"Uno de los líderes es un abogado que está opositando. (...) Y no hay nada más burgués que un abogado opositando".
"Los jóvenes de hoy en día viven mucho mejor que los de hace 20 o 30. años (...) Ahora tienen problemas, pero ahora hay unas ventajas, como por ejemplo las redes sociales de comunicación..."
Son frases arrancadas de una tertulia de la Radio Nacional de España, la radio pública estatal, la que está pagada por los impuestos de todos los ciudadanos del Estado. Los que hablan son periodistas. Al final, entre risas, reflexionan y admiten que están "hechos unos carcas". Es la única parte de la conversación que es capaz de captar la verdadera esencia del momento histórico que están viviendo las Españas. Sin duda, los que hablan son la voz del Antiguo Régimen, los representantes de la sociedad analógica, los que todavía pueden sacar provecho de una posición de relativa comodidad económica y altura social. Los que se permiten el lujo de hablar con paternalismo y superioridad sobre los jóvenes y no tan jóvenes que han salido a la calle para mostrar su cansancio. Los que siguen utilizando conceptos de siglo XX como "burguesía" para analizar protestas del siglo XXI, que están mucho más allá, que se mueven en otros parámetros. Los que dejan claro que no son capaces de entender lo que está ocurriendo porque, sí, en efecto, son unos carcas, siguen anclados en el pasado.
Pero la voz del cambio y la indignación rompe el aparente equilibrio y unanimidad que gobiernan la conversación. La voz se llama Cristina y es de Burgos. Se llama Cristina y es de Burgos, pero podría ser Gonzalo de Murcia, Damián de Lugo o Mireia de Barcelona. Porque es la voz de los que se sienten agredidos por el desdén de esos contertulios que cobran de una radio que se llama pública, pero no parece que actúe como tal. La voz de Cristina es un torrente imparable de sentido común. Para mi hay una frase que resume a la perfección su posición y la de todos aquéllos que han salido a la calle para no abandonar la protesta ante unas elecciones autonómicas y municipales que ya son anecdóticas y secundarias porque hay mucho más en juego que el voto del próximo domingo. "Ya no es el momento de la indignación. No. Ahora ya es el momento de la reacción".
Reacción es la palabra, porque la indignación y el hartazgo hace tiempo que se vienen acumulando. Y el vaso se ha derramado. Razones hay de sobras, como resume telegráfica y exactamente Ignacio Escolar en su post "Hartos del votar y callar". Sí, perdón, sí se puede consentir una acampada en la Plaza del Sol. Lo que no se puede consentir es que en España haya un 45% por ciento de paro juvenil, además de cinco millones de desempleados; que el 63 % de los trabajadores vivan con 1.000 euros o menos en un país donde los precios no han hecho más que subir desde la introducción del euro; que casi 300.000 familias hayan sido expulsadas de sus viviendas por no poder pagar la hipóteca, y que, sin embargo, les sigan debiendo a los bancos el dinero que no valen esas viviendas. Todo ello mientras las empresas del IBEX baten récord en ganancias y las pequeñas y medianas empresas se hunden en la miseria, y se recortan las pensiones y los salarios. Y entretanto los grandes partidos tradicionales se muestran incapaces de reaccionar ante la demanda social, y apuntalan con su ineptitud y su inútil intercambio de reproches el déficit democrático que viene ahogando desde hace años esta democracia parlamentaria. ¿Qué es lo que realmente no se puede consentir, señores contertulios?
Muchos somos los españoles residentes en Berlín. Algunos hace muchos años que viven aquí. Otros llegamos hace unos cuantos años tras preveer la que se nos venía encima ante un modelo económico que, como la novela de Gabriel García Márquez, era la crónica de una muerte anunciada. Otros cuantos, muchos también, llegaron más recientemente huyendo de la tierra quemada que ha dejado tras de sí el desarrollismo sin freno y un modelo especulativo sin bases económicas fuertes ni una visión a largo plazo. Sí, la sociedad española también es culpable por haber participado de ese falso bienestar a crédito, por haber estado viviendo por encima de sus posibilidades sin pararse a reflexionar sobre lo que estaba ocurriendo. Pero ya tendremos tiempo de hacer autocrítica. Porque ahora ya no es momento ni siquiera de indinarnos con nosotros mismos. Ahora es el momento de la reacción.
Podríamos mirar para otra parte, pues nuestra situación aquí es más o menos cómoda. Pero no todos somos así: en Berlín ya hay un colectivo de españoles que cuenta con una organización embrionaria. Se formó ayer ante la embajada española en Berlín para mostrar solidaridad con las manifestaciones y concentraciones de España y para explicar a los alemanes qué está pasando en nuestro país. Porque sigue siendo nuestro, y algún día nos gustaría tener la oportunidad de volver. Esta tarde hay otra asamblea organizativa en el Lustgarten. Y mañana, una manifestación convocada a las 19:00 frente a la Puerta de Bradeburgo.
Tenéis toda la información en los siguientes enlaces:
http://democraciarealyaberlin.com/
http://www.facebook.com/event.php?eid=103153336442267&ref=ts
http://vimeo.com/groups/berlinya
Dia 1 - Organización Democracia Real Ya Berlin from Albert N. Romero on Vimeo.
miércoles, 4 de mayo de 2011
Contra el racismo y la discriminación
Uno de los interpelados se ofrece voluntario. Entra en el establecimiento y pregunta en la recepción si hay habitaciones libres. "Por supuesto. ¿La quiere individual, doble o colectiva?". El voluntario sale casi sin creérselo: efectivamente, los trabajadores del hotel se niegan a hospedar a la chica. "¿Por qué?", se pregunta ella angustiada, asegurando que tiene dinero para pagar. "Por racismo, creo", le contesta el voluntario. Ah, perdonad, se me había olvidado explicároslo: la chica era rumana, gitana y caminaba con dificultad porque tenía dos prótesis en las piernas.
El voluntario, todavía incrédulo, decide entrar con la chica para pedir explicaciones conjuntamente en la recepción del hotel. El empleado se da cuenta de la emboscada y baja la mirada mientras se sonroja. "Lo siento, pero es nuestro derecho de admisión", es la única respuesta que reciben. De nuevo, incredulidad y ahora también indignación. La chica da las gracias al grupo y se va llorando en busca de otro alojamiento donde la admitan. Si es que lo encuentra.
Casos tan evidentes de racismo y discriminación contra el colectivo gitano se dan a diario en Berlín, sospecho. Casos que, de los que a menos que seas testigo y te atrevas a denunciar, quedarán impunes y desconocidos para esta sociedad instalada en la fantasía de vivir en el mejor de los mundos posibles. ¿Quién dijo que el racismo en un país como Alemania no es un problema? Creo que un tal Sarrazin sentenció que la culpa era de los otros.
"Herdelezi" es el día de San Jorge, una de las festividades más importantes para los gitanos musulmanes y ortodoxos, sobre todo del sureste de Europa. El festival, organizado por Amaro Drom, convertirá la calle en un escenario por el que desfilarán músicos, actores y poetas, y que acogerá debates sobre la situación del pueblo gitano en toda Europa. Un festival que debe servir para hacer visible lo invisible: el racismo y la discriminación que este pueblo sigue sufriendo bien entrado el siglo XXI en el mismo corazón de Europa.
jueves, 21 de abril de 2011
La cara B del mercado laboral alemán
Desde entonces, se habla mucho de hacer las maletas y marchar a Alemania para encontrar trabajo. Sin pensárselo demasiado, sin saber la lengua. A la aventura. Y si bien es cierto que el mercado laboral alemán necesita cubrir urgentemenre puestos vacantes, generalmente no se habla tanto de los sueldos de miseria que pueden llegar a pagar los empresarios germanos (gracias a la inexistencia de un sueldo mínimo profesional) o del desempleo estructural que arratastra desde hace años la llamada locomotora económica europea.
La desesperación ante el paro se impone al sosiego a la hora de analizar la cara B de la realidad del mercado laboral. Aquí no es todo oro lo que reluce. Sobre todo esto y más, os dejo con un artículo que publiqué recientemente en El Economista. Aquí lo tenéis.
lunes, 28 de marzo de 2011
'Biutiful'
La vi en Berlín, y tras salir del cine me comentaron que el reputadísimo Süddeutsche Zeitung había publicado una crítica que ponía en entredicho la verosimilitud de la historia porque González Iñárritu muestra en ella una Barcelona en la que "todas las personas son grises". Os reproduzco dos de los párrafos del texto. No tienen desperdicio: "Este mundo frío sin sol, el espantoso y mísero barrio en el que la pobreza y la suciedad parecen estar pegadas en las paredes de todas las casas, y que desfiguran todos los rostros, se encuentra en Barcelona". Y sigue: "Uxbal apura su vida como si en Barcelona no hubiese ni una oficina de protección del menor y sólo la criminalidad le asegurase una vivienda ruinosa y las pobres comidas que les sirve a sus hijos".
La ignorante ingenuidad con la que la crítica intenta desmontar la película la delata. Supongo que Susan Vahabzadeh habrá estado muchas veces en Barcelona y que por tanto creerá que conoce muy bien la ciudad por haber recorrido en numerosas ocasiones Gràcia, el Born e incluso por haberse atrevido a aventurarse por las calles más estrechas y sucias del Raval, antes conocido como Barrio chino, donde todavía se ven putas y yonquis, aunque cada vez menos. Susan, presumo, no habrá estado nunca en el Hospitalet, en Fondo, en el Prat ni en el Carmelo. Para eso seguramente le faltó el interés, la curiosidad o el tiempo. O es que quizá su espíritu aventurero (de turista postcolonial) tenga un límite. Lamentable.
Susan debería saber que la Barcelona que muestra González Iñárritu no sólo sí existe, sino que además está mucho más cerca de la realidad que la Barcelona de Woody Allen. Y Susan también debería saber que la realidad siempre acaba superando a la ficción.
martes, 1 de marzo de 2011
Malas noticias
Vivir en Berlín es cada vez más caro, o mejor dicho, es cada vez menos barato. Porque si es evidente que alquilar un piso o una habitación en la capital alemana cuesta cada vez más dinero, no es menos cierto que sigue siendo más económico que en otras capitales alemanas, por no hablar de otras ciudades europeas como Londres, Barcelona o Copenhaguen, por poner sólo tres ejemplos.
Pese a esa diferencia de precios, el que lleve viviendo unos años en Berlín se habrá percatado de que la presión tanto sobre los precios de alquiler como sobre los de compra aumentan sin prisa pero sin pausa. Sólo hay que echar un vistazo a la evolución de ese termómetro de los precios inmobiliarios llamado Mietspiegel: el precio medio del metro cuadrado de la vivienda alquilada superó en 2010 los cinco euros. Suma y sigue. No parece que la tendencia se pueda frenar, aunque tal vez sí ralentizar.
Esa inflación, intuyo, tiene sus raíces en la creciente demanda de inmuebles, más que por los ciudanos berlineses de nacimiento o adopción, por empresas (extranjeras y alemanas) inmobiliarias cuyo objetivo es comprar ahora para hacer dinero más adelante. Es decir, la especulación como ecuación de negocio. Algo sabemos de ello los españoles. Malas noticias para los que no están metidos en el ramo (que somos mayoría) y sólo quieren vivir tranquilos. Malas noticias para Berlín.
La presión inmobiliaria especulativa, además de encarecer nuestros costes de vida, tiene efectos colaterales: por ejemplo, el desalojo de espacios autogestionados o de bloques postokupados. A principios de febrero, la policía desalojaba la Liebeg 14 con un despliegue de fuerza represora digno ser analizado. 2.500 policías se encargaban de sacar a los okupantes de la mítica casa, okupada desde 1990 y con muy buena prensa en el kiez donde se encontraba.
Otro de los lugares que pende de un hilo es el Tacheles, que ya ha sido puesto a subasta. Cierto que no es lugar santo de la devoción de mucha gente, sobre todo por las hordas de turistas que lo abarrotan día y noche, y porque hacía tiempo que se había convertido en un modelo de negocio que alimentó esa atracción del turisteo avido de consumir el mito berlinés. Con todo, hay que reconocer que había cosas dignas en el Tacheles, y que la calidad del arte urbano que desfiló por sus espacios ha sido remarcable. Es una pérdida, sin duda.
Para evitarla, un grupo de artistas ha decidido organizar un festival no sólo contra la venta del Tacheles, sino también contra la imposición del negocio inmobiliario especulador sobre la vivienda y los espacios accesibles a precio digno. Desde el próximo 4 de marzo hasta el próximo día 14 tendrá lugar en diferentes lugares de Berlín el festival de cultura y arte Lasst das Tacheles im Dorf. Para mi, esto sí es una buena noticia.
lunes, 14 de febrero de 2011
'All films before the latest shot'
Sin embargo, y casi de rebote, ayer me topé con una sorpresa que puede ser considerada como un agradable efecto secundario de esa extraña, desagradable y esperemos que inocua y pasajera enfermedad llamada Berlinale. Me fui al cine Babylon de Rosa-Luxemburg Platz con la intención de ver A serious man de los hermanos Coen. Por error pensé que la pasaban ayer, pero cuando me dijeron que tenía que esperar al próximo domingo, me di cuenta de que tenía toda la semana por delante para ver la filmografía completa de los Coen: desde el pasado sábado y hasta el próximo lunes, la revista zitty, en colaboración con el Babylon, ofrece los 27 años de cinematografía de los geniales cineastas plasmados en sus 15 obras. Todas las cintas en versión original, por cierto. Algo de agradecer.
All films before the latest shot, un ciclo que transcurre paralelamente a la Berlinale y que por tanto excluye de su programa al último filme de los Coen presentado en el festival, True Grit. Ayer, tres de sus grandes cintas: la absurdamente divertida O Brother. Where are thou?, la violentamente contenida No country for Old Men y la simplemente genial e inquietante The man who wasn't there.
domingo, 23 de enero de 2011
Tan en 'Orsai', tan desesperadamente solo
–Hola, Hernán, disculpame la hora, pero estamos cerrando.
–No, todo bien, decime.
–Estábamos editando tu columna y nos asaltó una duda. ¿Qué querés decir, exactamente, en el párrafo sobre Ratzinger?
–En qué parte.
–Donde ponés que a “Ratzinger le gusta que le metan una lámpara de pie en el ojete...” ¿Está contrastada esa información?
–No. Es una sospecha que tengo.
–Pero es muy delicado decirlo sin un sustento. Es una información muy fuerte.
–No es una información, es un chiste. ¿Querés sacar “ojete” y poner “ano”? Por mí todo bien, no soy quisquilloso.
–Me preocupa más la expresión “lámpara de pie...”. A nuestros lectores no les gustan esas referencias lumínicas hacia la Iglesia Católica."
El escritor es el autor y bloguero argentino residente en Barcelona Hernán Casciari, y el fragmento pertenece a un artículo publicado en Página 12. En él, Casciari, entrevistado, desgrana las razones que le llevaron a dejar todo lo que hasta el momento había estado haciendo como escritor profesional para invertir parte de sus ganancias en un proyecto tan descabellado a día de hoy: fundar una revista. De papel.
Hasta ahí todo bien. Este post no sería post si la revista en concreto, Orsai, no hubiese superado su primer número mostrando maneras de poder convertirse en un proyecto editorial sólido y referencial en un panorama en el que los lectores y autores (sobre todo jóvenes, pero no sólo) buscan nuevos faros en una costa marcada por la falta de ideas frescas, la crisis ecónomica y moral, y la unirideccionalidad editorial.
El primer número de Orsai, que recibí esta misma semana y que en Berlín es distribuido por la librería virtual La rayuela, es una clara muestra de un producto hecho con inteligencia, gusto, tino y, sobre todo, honradez. Recomendable cien por cien. Una ventana de luz en estos tiempos de oscuridad.

jueves, 20 de enero de 2011
arbor inversa

La inversión de lo natural para simbolizar a dios, y el espíritu en cierta manera subversivo que supone invertir lo natural. O como escribe el mismo Roberto: "Esta operación tan simple conlleva algo más que un mero cambio perceptivo: también participa de una actidud contestataria; se trata de la protesta básica y legítima de invertir (y subvertir) lo real buscando lo inesperado, lo lúdico y lo crítico".
Hasta el próximo 2 de febrero podréis visitar la exposición. Y hoy, la inauguración a partir de las 19:00 horas, con el músico alicantino Manolator con un "concierto-video" y con todo lo que conlleva acudir a una vernissage berlinesa un viernes por la tarde.
sábado, 15 de enero de 2011
Dissidenten: el viaje como instinto
Así se autodefine la banda de folk-fusión nacida en la capital alemana y de más de 20 años de historia. Debo reconocer que supe de ellos tan sólo hace unas semanas y a través de una radio española, Radio 3, gracias a la cual he conocido a tantas otras bandas y he disfrutado de tanta música, hasta no poder vivir sin ellas (sin la música ni la radio). Al escuchar el primer tema de Dissidenten lo primero que pensé es: "No tienen la marca Berlín". Quiero decir, Dissidenten no hacen ni electrónica ni post-punk-electrónico ni demás moderneces. Estos músicos eternamente nómadas en el sentido vital y artístico hacen puro folk de influencias norafricanas y árabes, y ribetes de metal y rock ochentero. Ahí os va unos de sus temas.