Europa necesita a América Latina para superar la crisis económica y de deuda que está atravesando. Es una realidad reconocida por gobernantes que antes mostraban desinterés e incluso desgana ante países como Ecuador, Bolivia, Perú o Uruguay. Países ahora en pleno proceso de expansión económica mientras el Viejo Continente (y sobre todo su mal denominada "periferia") se estanca en el "crecimiento cero" o incluso se vuelve a hundir en la recesión. Se podría decir incluso que países como España y Portugal, parte de la comunidad iberoamericana y que por tanto tienen fuertes lazos históricos con los países de habla hispana y portuguesa del otro lado del Atlántico, descuidaron durante años su relación con esos países en detrimento del norte de Europa y América. Craso error, a la vista de la actual situación.
Las ansías de reconstruir los puentes de la comunidad iberoamericana por parte de Europa quedaron patentes en su última cumbre celebrada en Cádiz. El actual presidente español, Mariano Rajoy, e incluso el monarca español, Juan Carlos I, reconocieron abiertamente la necesidad que tienen las economías ibéricas de fortalecer los lazos con América Latina. Tarde y mal reaccionan esos políticos, pensarán algunos, tras el paternalismo y el desdén mostrados durante años para con Latinoamérica. No en vano, en la cumbre brillaron las ausencias de no pocos y relevantes gobernantes de la región.
Pero no sólo en la península ibérica despierta América Latina interés. Alemania hace tiempo que descubrió el continente latinoamericano como salida alternativa ideal a sus vitales exportaciones así como necesaria fuente de materias primas que alimenten su industria. El propio Gobierno liberal-conservador alemán de Angela Merkel, a través de su Ministerio de Exteriores, presentó esta misma legislatura su concepto de relación con la región, considerada "estratégica" por Berlín.
Precisamente el segundo partido de la oposición alemana, los Verdes, celebraron recientemente su conferencia sobre América Latina (que tuve la oportunida de cubrir como videoperiodista) con un mensaje contundente: el actual Gobierno alemán pone el enfásis en las relaciones comerciales (basadas en las exportaciones de productos industriales y en la importación de materias primas) dejando de lado asuntos de vital importancia como un crecimiento económico medioambientalmente sostenible o el innegociable respeto de los Derechos Humanos. Una loable iniciativa que, dados los precedentes gubernamentales del partido en cuestión, me sugiere inevitablemente la siguiente pregunta: ¿mantendrían los Verdes alemanes ese discurso en caso de entrar en el Gobierno federal tras las elecciones alemanas del año próximo?
Las ansías de reconstruir los puentes de la comunidad iberoamericana por parte de Europa quedaron patentes en su última cumbre celebrada en Cádiz. El actual presidente español, Mariano Rajoy, e incluso el monarca español, Juan Carlos I, reconocieron abiertamente la necesidad que tienen las economías ibéricas de fortalecer los lazos con América Latina. Tarde y mal reaccionan esos políticos, pensarán algunos, tras el paternalismo y el desdén mostrados durante años para con Latinoamérica. No en vano, en la cumbre brillaron las ausencias de no pocos y relevantes gobernantes de la región.
Pero no sólo en la península ibérica despierta América Latina interés. Alemania hace tiempo que descubrió el continente latinoamericano como salida alternativa ideal a sus vitales exportaciones así como necesaria fuente de materias primas que alimenten su industria. El propio Gobierno liberal-conservador alemán de Angela Merkel, a través de su Ministerio de Exteriores, presentó esta misma legislatura su concepto de relación con la región, considerada "estratégica" por Berlín.
Precisamente el segundo partido de la oposición alemana, los Verdes, celebraron recientemente su conferencia sobre América Latina (que tuve la oportunida de cubrir como videoperiodista) con un mensaje contundente: el actual Gobierno alemán pone el enfásis en las relaciones comerciales (basadas en las exportaciones de productos industriales y en la importación de materias primas) dejando de lado asuntos de vital importancia como un crecimiento económico medioambientalmente sostenible o el innegociable respeto de los Derechos Humanos. Una loable iniciativa que, dados los precedentes gubernamentales del partido en cuestión, me sugiere inevitablemente la siguiente pregunta: ¿mantendrían los Verdes alemanes ese discurso en caso de entrar en el Gobierno federal tras las elecciones alemanas del año próximo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario