“En aquel momento, yo no era consciente de la importancia histórica de aquel acontecimiento ni del cambio radical que generaría en el mundo. Simplemente era un adolescente con ganas de estar allá donde ocurría la acción”.
Tobias Seeliger era un aficionado a la fotografía de 15 años cuando cayó el Muro de Berlín. Ahora es un fotógrafo profesional, tiene 40 años y cuenta su historia entre tragos de té y sentado en un restaurante ruso situado en Prenzlauer Berg, distrito berlinés oriental donde nació, creció y en el que sigue viviendo.
"Entonces tenía una Praktica, una cámara germanooriental que se estropeó justo en octubre de 1989. Un amigo me prestó entonces una Zorki, una cámara rusa fabricada a imitación de la Leica pero en el campo soviético”. Con ella fotografió, la inesperada caída del Muro y los caóticos meses siguientes, que desembocaron en el fin de la Guerra Fría.
Tobias no tiene ni idea de cuántas fotos hizo entre las penúltimas elecciones municipales celebradas en la República Democrática Alemana (RDA) el 7 de mayo de 1989, cuya manipulación fortaleció el movimiento opositor al socialismo real, y el 3 de octubre de 1990, día en que la reunificación del país se hizo realidad.
A través del objetivo de esa cámara soviética, Tobias observó y documentó Die Wende (El cambio), palabra alemana que sirve para denominar los 17 meses transcurridos entre el inicio del hundimiento de la dictadura socialista y la adhesión de los territorios germanoorientales a la capitalista República Federal de Alemania (RFA).
Imágenes para la historia
Dos agentes de la oriental Volkspolizei (Policía del Pueblo) miran desconcertados a través de un gran boquete abierto en el Muro de Berlín; tres jóvenes muestran victoriosos un diario de Berlín occidental con la noticia de la caída del Muro; dos mujeres se abrazan emocionadas ante un paso fronterizo berlinés; un grupo de punks germanoorientales charlan ante una iglesia y junto a un grupo de cristianos opositores.
Berlin 1989/90 © Tobias Seeliger |
Todas esas instantáneas, tomadas entonces por Tobias, forman ahora parte del libro «Zeitenwende | A Turning Point in History» («Tiempos de cambio | Un punto de inflexión en la historia»), recién publicado en Alemania. “Ésta es mi historia, éstas son las imágenes de mi historia tal y como yo la viví. Ni más ni menos, sin la mínima pretensión de explicarlo todo ni de mostrarme políticamente correcto”. Así arranca el libro, que combina las fotografías con breves reflexiones sobre aquellos días.
Berlin 1989/90 © Tobias Seeliger |
Tobias no sólo documentó inconscientemente el momento histórico del (desaparecido) país en el que nació; también formó parte de la revolución pacífica que pretendió reformar y democratizar el socialismo real y que se oponía a la reunificación. “Yo mismo estaba en contra de la adhesión de la RDA a la Alemania occidental, pero la mayoría acabó decidiéndose por ello, seguramente porque no sabía realmente lo que significaba el capitalismo. No obstante, ahora, con perspectiva histórica, supongo que la reunificación fue la única consecuencia posible tras la caída del Muro”.
De lo que Tobias no tiene duda alguna es de que, aunque el escenario hubiera sido otro, aquel niño de 15 años habría estado allí para fotografiarlo.
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