martes, 9 de octubre de 2012

Narcoviolencia y neoliberalismo: ¿dos caras de la misma moneda?

El narcotráfico y la criminalidad organizada derivada del mismo no son fenómenos nuevos en México, como muchos puedan pensar ante la avalancha de informaciones ofrecidas por medios de todo el mundo sobre asesinatos en masa, decapitaciones y descubrimientos de grandes alijos de cocaína o marihuana en dirección a Estados Unidos. Como bien explica Ioan Grillo (periodista inglés afincado en México desde 2001) en su libro El narco, el cultivo de amapola (base de la heroína y el opio) y cannabis en las sierras mexicanas se remonta décadas atrás. Lo relativamente nuevo es lo que Grillo califica de “narcoinsurgencia”: la capacidad que los paramilitares ligados al narcotráfico muestran para poner contra las cuerdas al Estado mexicano.

La periodista mexicana Anabel Hernández, en su libro Los señores del narco, abunda en la idea de que el narcotráfico no es nada nuevo en su país, pero añade un componente político-histórico al origen del poder del que goza el crimen organizado actualmente en México y otros países latinoamericanos: 

“Durante casi una década (1981-1989), la CIA apoyó el movimiento armado de la contra nicaragüense para derrotar al gobierno establecido por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN). La agencia de inteligencia ejecutó su designio por medio de financiamiento y supuestas misiones humanitarias. Eran los años de la Guerra Fría: Estados Unidos consideraba que el FSLN era un gran peligro para la región debido a sus tendencias marxistas-leninistas, y que en Centroamérica estaba a punto de gestarse una nueva Cuba. (…) Cuando en 1986 estalló el escándalo Irán-contra, el equipo de Reagan reconoció que ‘algunos de los recursos obtenidos por la venta de armas de Estados Unidos a Irán fueron destinados a los contras’. (…) Varios funcionarios de la CIA (…) coludieron con narcotraficantes de América Latina para obtener recursos destinados a la contra nicaragüense.”

Según Anabel Hernández, que se apoya en documentos desclasificados tanto de la CIA como de la DEA, la agencia de inteligencia estadounidense apoyó a los grupos armados contrarrevolucionarios en Centroamérica en detrimento tanto de la salud pública de la población de EE.UU. como de los derechos humanos en América Latina. Una perspectiva histórica que encaja con la opinión de los hermanos Antonio y Alejandro Cerezo: la llamada guerra contra el narcotráfico y el modelo económico neoliberal no son más que dos caras de la misma moneda en México.

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