Sólo es un cartel, pero ya ha arrancado espacio en algunos diarios locales. En el gentrificado y echado a perder distrito de Prenzlauer Berg aparecieron antes de los fastuosos festejos por los veinte años de la reunificación alemana unos pósters que despertaron la curiosidad de periodistas y vecinos, y seguramente el enojo de los muchos wessis (alemanes occidentales) que se han ido instalando y apropiándose de ese barrio oriental durante los últimos veinte años.
"Nosotros somos un pueblo. Y vosotros sois otro. Berlín Este. 9 de noviembre de 2009", rezaban los carteles pegados a diestro y siniestro por el barrio. Con todas las celebraciones y lo que caía en forma de lluvia y concentración mediática sobre la capital alemana, los medios o bien no tuvieron espacio para la anécdota, o bien no quisieron correr el riesgo de que la anécdota pudiera empañar la fastuosidad de los festejos.
Es evidente que los carteles son idea y obra de ossis (alemanes orientales) que no están tan contentos ni observan con tanto triunfalismo el resultado de la reunificación de Alemania a veinte años vista. Porque fue una reunificación, ¿no? ¿O más bien fue una apropiación a golpe de terapia económica de shock con la privatización exprés como receta fundamental?
Sea como fuere, una parte cada vez menos residual de la sociedad alemana oriental (echad un vistazo a los resultados de Die Linke en Alemania del Este en las últimas elecciones federales) parece preguntarse si no fue que les engañaron, y se preguntan una y otra vez: "¿Dónde estarán los prosperos paisajes que nos prometieron?"
"Nosotros somos un pueblo. Y vosotros sois otro. Berlín Este. 9 de noviembre de 2009", rezaban los carteles pegados a diestro y siniestro por el barrio. Con todas las celebraciones y lo que caía en forma de lluvia y concentración mediática sobre la capital alemana, los medios o bien no tuvieron espacio para la anécdota, o bien no quisieron correr el riesgo de que la anécdota pudiera empañar la fastuosidad de los festejos.
Es evidente que los carteles son idea y obra de ossis (alemanes orientales) que no están tan contentos ni observan con tanto triunfalismo el resultado de la reunificación de Alemania a veinte años vista. Porque fue una reunificación, ¿no? ¿O más bien fue una apropiación a golpe de terapia económica de shock con la privatización exprés como receta fundamental?
Sea como fuere, una parte cada vez menos residual de la sociedad alemana oriental (echad un vistazo a los resultados de Die Linke en Alemania del Este en las últimas elecciones federales) parece preguntarse si no fue que les engañaron, y se preguntan una y otra vez: "¿Dónde estarán los prosperos paisajes que nos prometieron?"
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