Marzo de 2019. Un grupo de periodistas de investigación alemanes llega a Santiago de Chile para consultar el Archivo Nacional del país sudamericano. Poco antes, habían sido liberados miles de documentos sobre la dictadura chilena y también sobre el rol de Colonia Dignidad, una secta alemana colaboracionista con el pinochetismo.
Los periodistas, del canal público MDR, sabían que el Archivo Nacional chileno contenía cientos de miles de fichas y documentos de la secta alemana, así como del archivo personal de Paul Schäfer, su líder. Schäfer había sido un colaboracionista con la dictadura chilena y Colonia Dignidad, un lugar en que se torturó y ejecutó a detenidos por el régimen de Pinochet tras el golpe de Estado contra el Gobierno de Salvador Allende el 11 de septiembre 1973.
Como confirma Christian Bergmann, uno de los periodistas alemanes que accedieron a los documentos, Schäfer era muy desconfiado y ordenó registrar todas las comunicaciones que salían y entraban de Colonia Dignidad, lo que permite ahora “tener acceso a acuerdos casi secretos”. El historiador y experto en la secta alemana, Jan Stehle, considera que el archivo de Colonia Dignidad es "el mayor archivo sobre la represión en Chile que hasta ahora se ha encontrado en Chile”.
El archivo de Colonia Dignidad confirma el ya sabido colaboracionismo de la secta con los golpistas y la dictadura chilena. Pero los periodistas alemanes encontraron algo más: indicios de que el Bundesnachrichtendienst - BND por sus siglas en alemán, es decir, los servicios secretos de la República Federal – pudo haber enviado armas a Colonia Dignidad como parte de los preparativos para el golpe contra Allende, como publicaron en un reportaje días antes del 50 aniversario del golpe de Estado contra Allende.
Los periodistas de MDR encontraron referencias a la presunta implicación de órganos estatales de la República Federal alemana, que podrían haber usado sus contactos con un traficante de armas para hacer llegar armamento a Colonia Dignidad antes del golpe de Estado de Pinochet. Lo encontrado hasta ahora en el Archivo Nacional de Chile no demuestra de forma concluyente que el BND estuviera implicado en la entrega de armas para los golpistas. Sí abre, sin embargo, una nueva puerta de investigación sobre las conexiones entre Colonia Dignidad, la dictadura pinochetista y los servicios secretos alemanes.
“La pregunta que abre ese reportaje es cuánto sabía el BND de esto. El periodista del reportaje llamó al armamentista al que Colonia Dignidad encargó un envío de armas y este armamentista contestó que él no podía hablar del asunto antes de que el BND le diera permiso para ello”, dice el historiado Jan Stehle. "Eso, creyendo a ese personaje, significaría que el BND estaba al tanto de estos envíos. Y yo pienso que esto es perfectamente posible, pero no lo podemos confirmar como investigadores hasta que tengamos acceso a la documentación del BND que aún está clasificada.”
Los servicios secretos de la República Federal de #Alemania ayudaron al golpe contra #Allende en Chile con el envió de armas, según una investigación de la televisión pública alemana @mdrde.
— Andreu Jerez Ríos (@AndreuJerez) September 5, 2023
El socialdemócrata Willy Brandt era entonces cancillerhttps://t.co/hq3jzN7Dwv
Oficialmente, el Bundesnachrichtendienst fue fundado en 1956. El origen de los actuales servicios secretos alemanes se remonta, no obstante, a 1945, poco después de la derrota militar de la Alemania nazi. Un grupo de oficiales del ejército alemán ofreció entonces sus servicios a la inteligencia militar estadounidense que ocupaba una parte de la Alemania dividida. La influencia de los servicios secretos de Estados Unidos en la inteligencia de la República Federal es, por tanto, evidente.
El BND es actualmente uno de los tres servicios de inteligencia con los que cuenta Alemania. Dependiente directamente del Gobierno federal, la misión del BND es obtener información militar, económica, técnica y política más allá de las fronteras de la República federal. Con 6.500 empleados, es el servicio de inteligencia con más recursos del país.
Oficialmente, el BND está sujeto al control de comisiones parlamentarias, una comisión independiente, al control del Comisionado Federal para la protección de datos y libertad de información, al del Tribunal de Cuentas y a la cancillería federal. Sin embargo, es sabido que los servicios secretos tienen cierta autonomía y métodos para actuar al límite de la ley y - a veces - incluso fuera de ella, como demuestran por ejemplo las escuchas de la NSA estadounidense a Angela Merkel cuando todavía era canciller alemana. En el caso del golpe en Chile, ¿podría haber actuado el BND a espaldas del entonces gobierno del canciller socialdemócrata Willy Brandt?
“Los servicios secretos tienen un cierto espacio libre, eso es muy claro, pero son instrumentos de un gobierno, dependen del gobierno” opina el historiado Holger Meding. "En Alemania, dependen y dependían de la cancillería, no son una institución completamente libre, aunque tengan espacio libre. En el caso de un golpe de Estado o de un suministro de armas, es muy difícil actuar con sin el consentimiento de un gobierno”, dice Meding, que conoce bien al BND. Forma parte de la llamada comisión independiente de historiados del BND, que tuvo acceso a los archivos de los servicios secretos y publicamos el libro Die Auslandsaufklärung des BND. Operation, Analysen, Nertwerke.
El contexto histórico
Tras el fin de la Segunda Guerra Mundial y la fundación del BND, los nuevos servicios secretos comenzaron a establecer redes en todo el mundo, también en Latinoamérica. El contexto político en esa región estaba marcado por la Guerra Fría y la influencia de los dos grandes bloques: el soviético, por una parte, y el occidental con Estados Unidos a la cabeza, por otra. En este último estaba encuadrada la República Federal de Alemania.
El anticomunismo fue entonces la principal base de las actividades del BND en América Latina, como demuestran numerosos estudios históricos. Y dentro de ese anticomunismo, los servicios secretos de Alemania occidental no dudaron en contar con la colaboración de antiguos criminales de guerra nazis. “Muchos de los agentes del BND tenían un pasado nazi, como miembro de partido, como miembro del servicio secreto durante la Segunda Guerra Mundial, como miembro del aparato represivo del Tercer Reich. Este pasado es muy bien conocido”, apunta el profesor Meding.
Los antiguos nazis, colaboradores del BND, tuvieron una evidente afinidad ideológica con dictaduras militares latinoamericanas, como la de Pinochet en Chile. Alguno de ellos, como por ejemplo Walter Rauff, incluso tuvo contacto y colaboración directa con el dictador chileno. Medios alemanes describen a Rauff como “el padrino alemán” de Pinochet. Rauff fue dirigente de las SS y responsable directo del Holocausto y los crímenes del nacionalsocialismo.
El archivo del BND
El antes mencionado libro sobre el BND, coescrito por el historiado Holger Meding, tiene casi mil páginas. Es el primero y hasta ahora único estudio sistemático sobre las actividades del BND basado en los archivos del mismo servicio secreto. El BND decidió encargárselo a una comisión de historiadores que pudieron consultar los archivos del BND, pero sólo hasta el año 1968.
Sin embargo, y como reconoce el propio profesor Meding, los historiados no pudieron publicar toda la información consultada. “Nosotros teníamos pleno acceso a todos los documentos, pero no tuvimos la posibilidad de publicar todo. Hubo una censura final y yo he sufrido mucho de esta censura. Me han quitado un capítulo entero y muchas informaciones que no puedo ahora divulgar”, reconoce el historiador.
La parte dedicada a Latinoamérica incluye capítulos sobre las actividades del BND en Argentina, Guatemala, Cuba, Venezuela o Brasil, pero ninguno sobre Chile, a pesar de la evidente actividad del servicio secreto en el país sudamericano antes y después del golpe de Estado contra el Gobierno de Allende. Esa ausencia llama poderosamente la atención. El acceso a los archivos del BND posteriores a 1968 será clave - si es que se acaba permitiendo - para poder contrastar la información recientemente encontrada por el canal público alemán MDR en el Archivo Nacional de Chile.
El problema reside en el marco legal actualmente existente en la República Federal: la ley permite al BND censurar qué parte de sus archivos puede ser publicada si esto sirve oficialmente para proteger fuentes de información o métodos de espionaje usados por el servicio secreto. "El estudio de Holger Meding muestra, sin embargo, que el único secreto de Estado entre comillas que querían proteger era el hecho de que estaban compinchados con criminales de guerra nazis”, responde Stenfa Rinke, historiador del Instituto de Estudios Latinoamericanos de Berlín.
La intransparencia sobre archivos relacionados con el papel jugado por los servicios secretos alemanes en la década de los 70 en los países latinoamericanos que fueron víctimas de dictaduras militares genera aún más preguntas y dudas. La pelota está en el tejado de la cancillería federal alemana.
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