
Tras el concierto, con la gente de la B2 y de Radio Multikulti (por cierto, los políticos berlineses la quieren cerrar), tuve la oportunidad de acceder a camerinos para estar un poco con la cantante del grupo. Con un puñado de fans alemanes y españoles, que pudieron fotografiarse y recibir autógrafos, pudimos conocer a la Mari. Pero cuando intentamos hacerle un par de preguntas a la líder del grupo, la alargada sombra de esa molesta figura del manager nos lo impidió.
No tuvo ni cinco minutos para una pequeñita charla. Desde luego, el manager del grupo demostró tener muy poca cuerda. Ojalá se hubiera acordado de la famosa canción de Kiko Veneno antes de ser tan poco profesional y, sobre todo, tan poco andaluz....
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