martes, 31 de marzo de 2009

¿Música avanzada a qué?


18.19.20.06.09 :: Trailer from Sónar 2009 on Vimeo.

Con este difícilmente clasificable vídeo (¿mediocre?, ¿genial?) anuncia el festival de música avanzada Sónar su decimosexta edición, que se celebrará los próximos días 18, 19 y 20 de junio en Barcelona. Para muchos, un acontecimiento imprescindible. Para otros muchos, un ejemplo más de la dirección elitista, vacía y egoístamente hedonista que ha tomado la capital catalana. Ahora me viene a la memoria un comentario sobre el Sónar de un conocido y polémico ilustrador catalán que en su día me arrancó una carcajada: "Dicen que es un festival de música avanzada...pero, ¿música avanzada a qué?".

Si todo sale como está previsto, el próximo y más que probable último número de la revista de cultura urbana B2 Magazine estará presente en el Sónar. Sigan conectados: les seguiremos informando.

jueves, 26 de marzo de 2009

El final de Karmanoia

Quizá el cielo que hay bajo Berlín esté muriendo poco a poco. Casas okupadas, proyectos de arte y cultura de orientación autónoma e ideas que desafían la lógica de intercambio capitalista ven como la ciudad-marca y la intención de embellecer la realidad urbana se van imponiendo poco a poco, y sin hacer mucho ruido. Tranquiliza, por otra parte, que la capital alemana sea tan extensa, tan grande y esté tan vacía, factores que permiten que cueste imaginarse un Berlín barcelonizado.

En la Mainzerstrasse nº5 morirá al final de esta semana un lugar, para mi gusto, referencial en el salvaje Neuköln. Un lugar donde se respira buen ambiente y libertad, donde se hacen y deshacen proyectos de teatro, música y demás con desparpajo y originalidad envidiables. No en vano, el lema de Karmanoia es: "Wir machen!"

Se trata de todo un bloque de viviendas de cuatro plantas que, pese a mostrar una apariencia de casa okupada, ya no lo es. Karmanoia es un típico ejemplo del proceso de postokupación que se ha desarrollado en esta ciudad desde antes de la caída del muro. Sus habitantes y visitantes pagan (poco) por vivir y por entrar allí. A cambio, uno accede a un espacio lleno de magia psicodélica, desbocada creatividad y sonrisas limpias, sanas y espontáneas.

"Hace un par de meses nos enteramos de que el dueño del bloque quería renovar el inmueble, y nos comunicó que nos teníamos que marchar a finales de marzo", me comenta apoyado en la barra del bar-camarote situado en las entrañas del edificio, entre el teatro y el laberinto, Andrija, uno de los habitantes del lugar. "¿Tristeza? La verdad es que no. Lo que hemos construido aquí desaparecerá físicamente, pero todo queda en la memoria de la gente, en nuestras cabezas. Te digo más: creo que hasta mejor que esto desaparezca: ya estábamos atrayendo a demasiados turistas. Por ver estar si Karmanoia renacerá en otro hueco de Berlín."

La casa ofrece esta semana un cargado programa que deparará más de una sorpresa. Si estás en Berlín, y te gusta ensuciarte, no dudes en pasarte por allí. El domingo se baja el telón.

Aquí os dejo con una de las magníficas escenas paridas en los pasillos de Karmanoia. Sin palabras:

sábado, 21 de marzo de 2009

Robert Lebeck: fotoperiodista

"Hay que acercarse al objeto, incluso cuando se trate de un motivo inerte, con la mayor de las cautelas y con pies de plomo, pero con cien ojos." Son palabras de, nada más y nada menos, Henri Cartier-Bresson. Palabras que Robert Lebeck usa como reseña para explicar cómo un fotógrafo y periodista (es decir, un fotoperiodista) debe encarar la materia bruta de la que brotan sus instantáneas.

Hace cosa de un mes tuve la oportunidad de visitar la exposición Robert Lebeck: Fotografien 1955-2005 en la Martin-Gropius-Bau: más de media docena de salas en las que se acumulan las imágenes más representativas de cincuenta años de profesión. Allí descubrí un nombre más que apuntar a la lista de fotógrafos documentalistas célebres. Algunos afirman que pertenece al grupo de fotoperiodistas fundamentales del siglo XX.

Como apunta Hans-Michael Koetzle en el texto introductorio del libro de la exposición, "lo que fascinaba a Lebeck no era la fotografía, sino viajar y descubrir." Y valerse de la cámara para redescubrir a través del objetivo lo que se descubre a primer golpe de vista, suponemos. Koetlze confirma mis sospechas: Lebeck ha sido un documentalista obsesivo: "De una u otra manera, Robert Lebeck siempre ha sido un coleccionista. Primero de sellos, después de continentes, países, personas, postales, arte, fotografía histórica y, finalmente, de publicaciones impresas."

Todos los grandes fotoperiodistas o fotógrafos documentalistas fueron, creo, coleccionistas obsesivos de retazos realidad, de grandes y pequeños momentos históricos. Precisamente por eso, en parte, se convirtieron en grandes fotógrafos. Aquéllos que se autoimponen la obligación de documentar con su cámara lo que les toca vivir, respetan esa autoimposición y, además, encuentran el talento y la suerte, se convierten en fotoperiodistas célebres. Lebeck, sin lugar a dudas, es uno de ellos.

Durante su carrera, trabajó para publicaciones como Stern, Geo, Revue o Kristall. Estuvo en la España franquista, en la Italia postbélica y postfascista, en el África de los años 60 sacudida por la oleada de movimientos independentistas, en Asia, la Unión Soviética y sus satélites, en Estados Unidos o los Balcanes. Tuvo la oportunidad de retratar, entre otros, a Elvis Presley, Willy Brandt, Breznev, Francisco Franco, Michail Gorvachov, Helmut Kohl o Louis Amstrong. Robert Lebeck es, en definitiva, un fotoperiodista de raza, un profesional que ha demostrado que el buen fotoperiodismo, más que con la técnica, tiene que ver con una actitud ante el mundo y ante la propia vida.

viernes, 20 de marzo de 2009

És aquesta la vostra democràcia?



Barcelona, "la rosa de foc", vuelve a arder. Al menos, un poquito...

Las imágenes no dejan lugar a dudas: los mossos d'esquadra, policía autonómica catalana, vuelven a las andadas. Este cuerpo policial, que ya ha demostrado otras veces su poca profesionalidad y su falta de respeto a los derechos básicos del ciudadano, cargó esta semana contra todo lo que se cruzó a su paso. Esto bajo la dirección de un conseller del partido Iniciativa Calunya Verds, heredero del PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña). Será que al final la tradición estalinista del amor incondicional al poder y de la falta del respeto a la democracia acaba saliendo por los poros por mucha careta y discurso progresista de salón. Quizá por eso se preguntaban a gritos los manifestantes: "Aquesta és la vostra democràcia?"

miércoles, 18 de marzo de 2009

Homenaje



Y cierro la serie de entradas sobre mi viaje a Cuba con un homenaje fotográfico a la isla y a su gente. Sé que es difícil transmitir a través de apenas cuarenta fotografías lo que ví, olí, saboreé, toqué y escuché. Pero algo queda.

Ésta es mi pequeña aportación al mundo de la documentación fotográfica. Creo que los grandes fotógrafos documentalistas son aquéllos que van por el mundo con su cámara a cuestas cueste lo que les cueste. Aquéllos que son conscientes de la responsabilidad que cargan sobre sus hombros tras haberse autoimpuesto la misión de convertirse en notarios de la realidad que pasa ante sus ojos. Algunos de ellos: Cartier-Bresson, Capa, Brassaï, Lebeck, Avedon, Centelles... Obviamente, ni soy ni seré ni uno de ellos. Con todo, pongo mi grano de arena.

Las fotos que aquí os dejo muestran una Cuba que se debate entre el pasado, omnipresente en el espacio público y la dialéctica del poder, y el futuro, omnipresente en la mente de las nuevas generaciones. Una Cuba que vive, sueña, ríe, baila y salta pese al bloqueo exterior e interior. Un país que, pese a quien le pese, acabará encontrando su propio camino.

viernes, 13 de marzo de 2009

El silencio de los Quandt



El pasado lunes Helg Sgarbi, bautizado por la prensa centroeuropea como “el gigoló más famoso de Suiza”, fue condenado por la Audiencia Regional de Múnich a seis años de cárcel por estafa e intento de extorsión. Durante el juicio, que apenas duró unas horas, el tribunal consideró probado que Sgarbi había conseguido alrededor de 9 millones de euros de varias mujeres a través de la extorsión. ¿Su arma?: el uso de vídeos con contenidos sexuales comprometedores para al menos cuatro mujeres adineradas. Entre ellas, la mujer más rica de Alemania, Susanne Klatten.

La lectura del veredicto, aceptado por Sgarbi con una media sonrisa de aparente satisfacción y las palabras “lo siento en lo más profundo”, fue el último episodio de un culebrón que comenzó en julio de 2007, y que de momento parece haber concedido una tregua a la opinión pública. Aquel verano, el gigoló suizo entró en contacto con Susanne Klatten. La multimillonaria alemana se dejó seducir por su sonrisa, sus buenas maneras y su desenvoltura sin ser consciente de que ello acabaría con su vida discreta, hasta ese momento siempre apartada de los focos de las cámaras y de las portadas de la prensa pese a ser la heredera de una de las mayores fortunas del mundo.

Ese aparentemente fortuito encuentro estival supuso el principio de un tormentoso romance. Tras haber conseguido ganarse los encantos de Klatten, Sgarbi comezó a pedir dinero a su presunta amante. Primero, intentando infudir misercordia en el corazón de Klatten a través de inverosímiles historias: Sgarbi le aseguró a Susanne haber atropellado y dejado paralítica a la hija de un mafioso estadounidense, por lo que necesitaba siete millones de euros para poner su vida a salvo. Tras una primera negativa, la multimillonaria cedió y aceptó darle al suizo medio millón de euros en metálico. Pero Sgarbi no se conformó con ello y siguió exigiendo a Klatten cada vez mayores sumas de dinero. Ante las constantes negativas de Susanne, Sgarbin sacó su as de la manga: le amenazó con entregar a la prensa los comprotedores vídeos.

En contra de los cálculos de Sgarbin, Susanne Klatten decidió dar un paso adelante y denunciar el caso a la policía, a pesar de ser consciente de que, antes o después, la historia llegaría a las páginas de la prensa y a las pantallas de televisión. Tras el juicio exprés celebrado el pasado lunes, Sgarbin tendrá que cumplir íntegramente los seis años de prisión que le han sido impuestos por su inquebrantable negativa a declarar sobre sus supuestos cómplices y sobre el paradero del dinero extorsionado.

Como era de prever, el nombre de Susanne Klatten se ha convertido en pasto de las portadas de diarios y en suculento material para programas televisivos más o menos serios. Así las cosas, era inevitable que comenzasen a surgir preguntas sobre la vida de la mujer más rica del Alemania, que hasta el momento había conseguido mantener su privacidad al margen de los focos de la actualidad: ¿de dónde procede su fortuna? ¿Quiénes son sus antepasados? ¿Cuál es la historia de su familia? ¿Por qué ha elegido una vida discreta, apartada de los medios y de la vida pública de la sociedad alemana?

Para para comenzar a dar respuesta a todas estas cuestiones hay que remontarse a 1881. Ese año nació Günther Quandt, el abuelo paterno de Klatten, fundador de la saga de los Quandt y del actual patrimonio de Susanne, que la revista Forbes ha estimado recientemente en 7.000 millones de euros, fortuna que la sitúa dentro del grupo de las 25 personas más ricas de Europa. Empresas como Altana, Varta, Milupa o BMW, icono de la fortaleza de la economía alemana, forman parte de la historia de ese imperio empresarial levantado por Günther Quandt. Un imperio que ha cruzado como un transatlántico la historia del siglo XX y que mira con optimismo al siglo XXI.

Sin embargo, no es oro todo lo que brilla. Como bien apunta la voz popular, en todas las familias hay trapos sucios, y la estirpe de los Quandt no se salva de ello. El documental Das Schweigen der Quandts (“El silencio de los Quandt”), elaborado por periodistas del canal público alemán NDR y que salió a la luz en 2007, apunta en esa dirección. A través de la recuperación de documentos oficiales y privados correspondientes a la época de los años 30 (durante el ascenso del nazismo en Alemania), a la Segunda Guerra Mundial y al periodo posbélico de los años 50, el documental señala que el abuelo de Susanne Klatten, Günther Quandt, su padre, Herbert Quandt, y su tio lejano, Harald Quandt, se apoyaron en el régimen de Adolf Hitler para fortalecer sus empresas y aumentar así su fortuna.

El documental ofrece nombres y datos con una fría precisión. Estremecedores relatos de supervivientes del campo de concentración Hannover-Stöcken parecen dejar bastante claro que el imperio Quandt se sirvió del trabajo forzado al que eran sometidos los presos para producir baterías en la fábrica de la empresa AFA, propiedad del abuelo de Susanne Klatten. Cientos de personas murieron a causa las condiciones miserables en las que eran obligadas a trabajar. Además, según historiadores y economistas que aparecen en el vídeo, esas baterías iban destinadas en buena parte al Ejército alemán, que las usaba con fines bélicos. Por tanto, parece claro que los Quandt participaron de forma activa en el alzamiento y desarrollo de la estrategia militar del régimen nacionalsocialista. Además, Günther Quandt también sacó provecho de los procesos de expropiación de empresas judías y no judías en Alemania y en el resto de Europa.

Tras el final de la guerra, numerosas familias capitalistas alemanas que habían desempeñado un papel activo en el desarrollo industrial bajo la dictadura de Hitler, como por ejemplo los Krupp, tuvieron que responder por crímenes contra la humanidad en los juicios de Núremberg. Pero Günther Quandt y sus dos hijos Hebert y Harald consiguieron escapar de la justicia pese a los evidentes lazos económicos y políticos que les unían con el nazismo. Un ilustrativo ejemplo de ello: la primera esposa de Günther Quandt, Magda Ritschel, madre de su tercer hijo, Harald Quandt, y de la que se separó en 1929, se acabó casando con Joseph Goebbels, uno de los políticos más importantes e influyentes del nacionalsocialismo y jefe de la propanda nazi. El documental Das Schweigen der Quandts incluso sugiere que el abuelo de Susanne Klappen utilizó ese contacto para ganar posiciones en el sector industrial durante el Gobierno de Hitler.

Günther Quandt consiguió así escapar de la cárcel y sus dos hijos, Herbert y Harald, pronto se pusieron manos a la obra para reactivar las empresas familiares. La gran fortuna de los Quandt había conseguido sobrevivir al nacionalsocialismo, a la Segunda Gran Guerra y a la derrota alemana en la contienda. Los Quandt se adaptaron una vez más a los nuevos tiempos. Con la riqueza amasada, Herbert se hizo con la mayor parte de acciones de BMW y reflotó la empresa automovilística, que con perspectiva histórica es considerada como uno de los paradigmas del llamado milagro económico alemán de la posguerra. Mientras seguían aumentando sus ganancias, la familia Quandt optó por llevar una vida discreta, apartada de las excentricidades y de los medios de comunicación, probablemente consciente de que su negro pasado les obligaba a mantener la discreción.

Susanne Klatten nunca conoció a su abuelo: nació en 1962, cuando Günther Quandt ya llevaba ocho años muerto. Creció en una mansión en Bad Homburg, una pequeña localidad situada en el Estado federado de Hesse, en el corazón de Alemania. Su infancia fue relativamente normal, pese a la riqueza que le rodeaba y de la que quizá no fue consciente durante sus primeros años de vida. Cuando su padre murió repentinamente a los 71 años, en 1982, Susanne todavía era una jovencita de 20 años. Una jovencita que había heredado un inmenso patrimonio del cual, y según la voluntad de su propio progenitor, ella no debía ocuparse. Susanne sólo debía prepararse para el futuro profesional.

En 1981 comenzó a estudiar Ciencias Económicas en la Universidad de Buckingham, y después cursó un máster en el Instituto Internacional de Desarrollo Directivo de Lausanne. Pese a saber que no tenía la necesidad de trabajar para poder vivir, a diferencia de la mayoría de sus compañeros de universidad, Susanne no se dejó seducir por las mieles de la jetset. Según varios perfiles publicados en medios alemanes, la heredera siempre ha tenido a su madre, Johanna Quandt, como modelo de mujer perseverante y trabajadora al que imitar. Tras la muerte de su marido, Johanna pasó a formar parte de los consejos de vigilancia tanto de BMW como de Altana, en lugar de dejar el trabajo en manos de asesores y especialistas.

Después completar diversos periodos de prácticas en las empresas cuya parte de la propiedad le pertenecía en herencia, y durante los que siempre ocultó su auténtico apellido para pasar desapercibida, Susanne Klatten dio el salto en 1993. Con 31 años entró a formar parte del consejo de vigilancia de la farmacéutica Altana. A partir de ese momento los resultados de la empresa comenzaron a subir como la espuma. Con todo, Susanne siempre mantuvo la compostura: la joven directiva parecía haber heredado no sólo la fortuna, sino también la discreción posbélica de los Quandt.

Hasta ahora, la empresaria nunca se había salido del guión, no había concedido entrevistas ni aireado informaciones sobre su vida privada. Su figura perseguía mantener siempre un perfil bajo. Susanne parecía querer mantener siempre bien escondidas su cartas. Hasta que conoció a Helg Sgarbi y cometió un desliz bien caro para el mantenimiento en secreto de su vida privada.

En una excepcional entrevista concedida a finales de 2008 al Finantial Times Deutschland, Susanne Klatten afirmó lo siguiente sobre su experiencia con Sgarbi: “En el momento de la extorsión, tuve claro que me había convertido en una víctima, y que me tenía que defender en mi nombre y en nombre de todas las mujeres de mi familia.” Algo similar pretenden aquéllos que sobrevivieron a los trabajos forzados en las fábricas que funcionaron bajo el mandato de su padre y su abuelo durante el nacionalsocialismo: una indemnización histórica o, al menos, un perdón. Desde luego, algo más que el discreto silencio mantenido hasta ahora por los herederos de los Quandt, que arrastran una ingente riqueza de oscuras raíces.

martes, 10 de marzo de 2009

Multicult 2.0

Hace ahora unos meses cerraron Radiomultikulti, un intento de hacer radio en alemán por redactores y locutores no germanohablantes con una función social integradora. Para algunos fue una medida necesaria en tiempos de crisis, en los que el poder mete la tijera sin escrúpulos en los presupuestos de los medios de comunicación públicos y privados. Para otros muchos, en cambio, no fue más que una auténtica capitulación de lo estatal ante el evidente carácter multicultural de la sociedad berlinesa.

Pues bien, pese a esa capitulación estatal, la gente de Radiomultikulti no ha capitulado. De hecho, la radio mira ahora hacia el futuro a través del más que probable futuro de los medios de comunicación: internet. Radiomultikulti ha mutado en Multicult 2.0 y, con apoyo de amigos, instituciones y empresas varias, ahora emite a través de la red de redes.

Sin duda, todo un triunfo en estos tempestusos y grises tiempos que corren para los periodistas y la gente de los medios en general. Sin duda, una iniciativa que debería servir de ejemplo para el panorama de la comunicación en España.

miércoles, 4 de marzo de 2009

"Nazis raus!"

En la calle Petersburgerstrasse nº 94, en el barrio oriental de Friedrichschain, ha abierto recientemente una tienda de la marca de ropa Thor Steinar. El local, amplio y luminoso, vende prendas muy populares entre la extrema derecha alemana. No es la primera tienda de este tipo que abre en Berlín. En Mitte ya tuvo que cerrar una por los constantes ataques que recibían su fachada y su escaparate.

Es de alabar cómo la sociedad civil alemana suele reaccionar ante este tipo de intentos de la extrema derecha de articular actividades comerciales con el objetivo de recaudar fondos y normalizar su presencia social. Casualmente trabajé durante un año en una ONG que se encuentra al lado del polémico local. Las asociaciones no gubernamentales que tienen su sede en el edificio ya se han comenzado a movilizar y a reunir firmas para hacer presión e intentar que los filonazis se marchen con sus ropas a otra parte. El pasado sábado dos centenares de personas se manifestaron ante el local y un cordón policial que protegió la tienda. Todo esto mientras el partido de extrema derecha BZÖ del fallecido Jörg Haider acaba de obtener la mayoría absoluta en el estado federado austriaco de Kärtner y el neonazismo de partido sigue enrocándose en el Este de Alemania.

En España, donde muchos grupos ultras sigue mostrando sin tapujos banderas con el águila fascista imperial y donde sigue habiendo demasiadas calles con nombres de militares golpistas del régimen de Franco, haría falta que los ciudadanos tomaran nota. La diferencia, claro, es que éstos ganaron la guerra e impusieron su paz, y aquéllos la perdieron y buscan recuperar su sitio en la sociedad alemana revisando la historia e intentando encontrar un nicho en el mercado textil y electoral.

Para muestra del coraje social que demuestra parte de la sociedad civil alemana, un botón. El pasado 6 de diciembre, una marcha neonazi en el barrio berlinés oriental de Lichtenberg fue bloqueada una y otra vez por jóvenes y mayores pese a la represión policial al grito de "Nazis raus!" :



P.D: en el siguiente link encontrarás un buen reportaje de periodismo social sobre aquel bloqueo.